María de la Orden, Blanca Miró y Gabriela Palatchi estaban destinadas a encontrarse. Además de su amistad, comparten el gusto por el savoir faire, los detalles exquisitos, el estilo único, la moda con personalidad y su espíritu emprendedor. María, la diseñadora madrileña afincada en París, y Blanca, también diseñadora y experta en moda, son socias en varios proyectos. Gabriela, que triunfa como chef con su catering , conoce a Blanca desde pequeña, porque las dos llevan toda la vida veraneando en Menorca. Ahora, se puede decir que las tres son inseparables, aunque vivan en diferentes ciudades (María en la capital francesa; Gabriela en Madrid, tras unos años en Estambul, y Blanca en Barcelona).
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Por eso, siempre que sus agendas se lo permiten, hacen lo posible por verse y organizan alguna reunión, como la que nos ocupa, en la que, con la llegada de la fiestas como telón de fondo, protagonizan una velada con ambiente y aroma navideños, gracias al toque de las velas y las esencias de Loewe Perfumes.
Ciprés y eucalipto
“Para mí, el olor de la Navidad es el del campo, la tierra mojada, la leña recién cortada y la chimenea, el hogar”, nos cuenta María. Esta será su primera Navidad con su hija, por lo que la afronta “con una ilusión renovada, asumiendo mi nuevo rol como madre en estas fechas”. Gabriela también se ha estrenado este año como madre, por lo que, nos dice, “por primera vez he puesto el árbol y me ha hecho mucha ilusión. Lo he adornado con mi hija, que tiene siete meses, y flipa con las bolas de colores”. Sus Navidades, confiesa, huelen a ciprés: “Este año he puesto todas las velas de Loewe de ciprés, que me encanta; es un aroma muy natural, salvaje, que me recuerda a la montaña, me trae memorias de cuando éramos pequeños». «A mí me gusta que la casa huela a eucalipto”, interviene Blanca, que nos descubre que introduce “entre rama y rama del árbol de Navidad un poquito de eucalipto natural y así permanece el aroma”.
—¿Cómo vais a celebrar las Navidades?
Gabriela Palatchi.—En familia y en España, que hace mucho tiempo que no me quedaba aquí. Pasaré todas las vacaciones con mi hermana, que acaba de ser madre también.
Blanca Miró.—Voy a pasar una parte en Barcelona y la otra en Menorca. Es la primera vez que vamos a la isla durante las fiestas, pero me hace mucha ilusión hacer una escapada en invierno allí, porque también tiene su parte acogedora.
María de la Orden.—En el campo, junto al resto de mi familia.
—¿Cómo os gusta decorar la casa en estas fechas?
M.O.—Para la Navidad, soy tradicional y sencilla: corona en la puerta, árbol y belén. A partir de ahí, dependerá del día: velas, guirnaldas, centros de mesa… todo sin abigarrar ni recargar los espacios.
G.P.—Como no tengo mucho tiempo, he optado por comprar adornos y lazos de terciopelo en Amazon. He puesto lacitos por todos lados y la verdad es que queda muy mono.
B.M.—Cada año intento hacer el árbol un poco diferente, pero me encantan los adornos y allá donde voy siempre intento comprar alguno. Ahora me ha dado por añadirle al árbol otro tipo de plantas, e incluso algunas pintadas en dorado o en rojo, que le dan un toque y lo hacen un poco más salvaje.
“En mi familia somos bastante tradicionales. Todos los años tomamos el mismo menú, con la misma receta: la sopa de galets de mi bisabuela. Es una receta que pasa de generación en generación”, nos cuenta Gabriela
—María, además de la decoración, ¿te gusta ambientar tu casa con alguna fragancia?
—Sí, siempre que se trate de olores suaves y deliciosos como los que emanan de las velas de Loewe, que son absolutamente espectaculares.
—¿Qué tienen de especial los aromas de Loewe?
G.P.—Son muy diferentes. Tienen aromas de tomate, de pepino..., que me recuerdan también a la cocina. Aparte, visualmente, las velas son preciosas.
B.M.—Sí, son preciosas, tienen una estética que nunca te cansa, superelegante y divertida. Lo que más me gusta es que tienen mil aromas y uno de mis favoritos es el de naranja, soy muy fan de todo lo cítrico. Es una adicción total.
M.O.—Me encanta el diseño original y su carácter de producción artesanal en las velas, así como sus olores tan bien conseguidos.
Tradiciones navideñas
—Gabriela, ¿te vas a encargar tú de preparar los menús navideños?
—Este año es la primera vez que no cocino, y yo, feliz de que me hagan la comida —ríe—.
—¿En tu familia tenéis alguna tradición navideña que siempre cumplís?
—Sí, somos bastante tradicionales. Todos los años tomamos el mismo menú, con la misma receta, la sopa de galets de mi bisabuela. Es una receta que pasa de generación en generación. También vamos a comprar las butifarras a Valls, que es de donde era mi bisabuela, y vamos a la misma carnicería... La verdad es que es increíble y es una maravilla.
—¿Y en la tuya, María?
—Para nosotros, las tradiciones familiares son similares a las de casi todo el mundo: árbol de Navidad, belén y reunión familiar alrededor de una buena mesa.
—¿Blanca, cuál es tu deseo de Navidad?
—Cuando tengo que pedir un deseo, pienso, sobre todo, en la salud de la familia, de los amigos, que para mí es lo más importante. Poder estar tranquilos y dormir tranquilos. Para mí la salud es lo primero, realmente el resto no importa tanto.
“A nivel personal, lo mejor de este año ha sido el nacimiento de mi hija... Afronto la Navidad con una ilusión renovada, asumiendo mi nuevo rol de madre e estas fechas”, confiesa María
—¿No te gustaría ser madre, como Gabriela y María? ¿Podría ser también uno de tus deseos para el año que viene?
—Puede ser, sí, puede ser —ríe—.
—María, ¿cuál es tu look infalible para la cena de Nochebuena?
—Algún look de terciopelo de mi marca... y la mejor de mis sonrisas.
—¿Qué ha sido para ti lo mejor de este año que está a punto de terminar?
—A nivel personal, el nacimiento de mi hija. Profesionalmente, la apertura de dos tiendas más, una de ellas en Madrid.
—¿Cuál es vuestro propósito de año nuevo?
M.O.—Dedicarle un poco más de tiempo a mi familia.
G.P.—Equilibrar un poco mejor mi vida personal y profesional, porque estoy trabajando mucho y me agobio bastante, porque no sé decir que no a nada. Pero bueno, la verdad es que trabajo con mi hija en brazos, porque viene conmigo a todas partes, a la oficina, de viaje..., o sea, que no soy menos madre porque trabaje, pero me gustaría tener más tiempo libre para dedicárselo realmente a mi familia.
B.M.—Yo, realmente, no me puedo quejar. Me gustaría que todo siguiese como está ahora mismo, en la misma situación, tanto laboral como personal. Ojalá que todo siga así por muchos años y pueda hacer crecer mis empresas y mis marcas, y mantenerlo ahí, que es lo más difícil.
—Llama la atención la conexión y la complicidad que tenéis las tres, aunque vivís en diferentes ciudades. ¿Cómo lográis mantenerla?
B.M.—A las tres nos gusta mucho viajar. Siempre que podemos intentamos buscar una excusa para montar un viaje donde sea, en una de las ciudades donde vivimos cada una o por ahí. Al final, creo que la clave es que las tres viajamos mucho y siempre intentamos encontrarnos en un punto, por eso nos vemos mucho y tampoco estamos tan lejos.
M.O.—Lo verdaderamente importante es la amistad. Si esta existe, poco importa la distancia, menos aún en el mundo que nos ha tocado vivir.