Desde la llegada de Ana Sandra Lequio - el pasado 20 de marzo-, la vida de Ana Obregón se ha teñido de rosa y ganas de vivir. Estas van a ser sus primeras Navidades juntas, y la actriz las espera con mucha ilusión. En el emotivo bautizo de la pequeña, celebrado el 17 de diciembre, la presentadora ha querido hacer un guiño a su hijo, Aless Lequio, fallecido a causa de un cáncer hace tres años.
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Puntual a la cita, Ana Obregón y su nieta llegaban a la parroquia de Nuestra Señora de La Moraleja, acompañadas de su familia y amigos más cercanos como Susana Uribarri, acompañada de su hija Carlota, y Raúl Castillo. Como vemos en estas imágenes, Ana Sandra lució un faldón blanco, utilizado por primera vez en 1938. “El faldón, con el que se bautizó a Aless, lo tuve que mandar a arreglar, porque Anita es muy alta. Con ocho meses, usa una talla 16 y pesa nueve kilos. Claro, tiene a quien salir porque su papá medía 1,95”, expresa Ana Obregón.
La historia
Esta pieza pertenece a la Familia Real. El rey emérito fue bautizado con este faldón, también las infantas, el rey Felipe VI y los hijos de ellos. Además, Aless Lequio lo llevó en su bautizo, y ahora, ha sido su propia hija. Pero, ¿cuál historia hay detrás?
Se trata del traje de cristianar de los Borbón, una de las reliquias mejor conservadas de la familia real, confeccionado con tela de hilo de color beige con sobrecapa, puntillas de Valenciennes, encajes bordados a mano con guirnaldas de flores y cintas de raso.
Como hemos comentado, este faldón se usó, por primera vez, el 26 de enero de 1938 en el bautizo de don Juan Carlos de Borbón, que recibió el sacramento del bautismo de manos del cardenal Eugenio Pacelli (después Papa Pío XII), en la capilla del Palacio Magistral de los Caballeros de la Orden de Malta.Tras el bautizo, se guardó el traje en un paño blanco de terciopelo, que, tal como dicen, es como se deben guardar los vestidos de cristianar y se puso en un baúl junto a otros recuerdos, con el objetivo de ser utilizado algún día.
Años de historia, y ha sido ahora, el domingo 17 de diciembre, cuando el faldón se ha vuelto a utilizar para la pequeña Ana Sandra, quien nueve meses después de su nacimiento, ha recibido las aguas bautismales. En las páginas de nuestra revista, la actriz nos cuenta que estaba esperando el momento, y que el bautizo haya coincidido con la Navidad no es una casualidad. Ana llevaba tres años sin celebrar estas fechas tan especiales, pero esto ha llegado a su fin. La llegada de su nieta le ha devuelto la ilusión, las ganas de vivir y junto a ella y su familia, pasará estas fechas. Por ella ha cambiado todo.