La vimos en Mad Men, la mítica serie que la catapultó a la fama y, desde entonces, la carrera de Christina Hendricks no ha parado de crecer, apuntando en su filmografía títulos de géneros tan numerosos como dispares, desde el drama hasta el terror, pasando por la comedia y el misterio. Ahora, la actriz, de 48 años, conquista la pequeña pantalla con una nueva serie de época, Las bucaneras (Apple TV+). Ambientada en 1870, un grupo de chicas estadounidenses viajan a Inglaterra para buscar marido y allí se enfrentarán a un choque cultural entre ambos países. Al más puro estilo Jane Austen, pero con los tintes modernos y rompedores que podemos apreciar en Los Bridgerton ,Las bucaneras llega para cautivar los corazones de los espectadores más fieles al género -Amor, amistad, empoderamiento femenino, y mucho, mucho drama-. Hablamos con Christina Hendricks sobre su nuevo proyecto, su papel en la serie y sus aprendizajes en la industria.
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—¿Con qué rasgo de tu personaje te identificas?
—Amar mucho. Miss St. George ha amado muchísimo a sus hijas toda su vida, y cuando yo amo lo hago así: muchísimo.
—¿Cómo ha sido tu experiencia con un proyecto de época? ¿Cuál fue el mayor reto?
—Para mí era un sueño, así que lo he acogido con todo mi corazón. Es muy emocionante cuando vas a trabajar por la mañana aún de noche, te maquillan, y al salir ya es de día y te encuentras delante de un castillo. Te deja sin palabras. El vestuario, los interiores, antigüedades por todas partes… Era como estar en el cielo (risas). En cuanto al reto… La gente suele preguntar por los corsés, pero eso no me molestaba… Diría que fueron las faldas enormes. Con tanto volumen alrededor necesitas mucho espacio para moverte. Pero aparte de eso...amé cada segundo.
— Como veterana en el cine, ¿diste algún consejo a tus compañeras de reparto?
—No…creo que no me pidieron consejo (risas). Eran mujeres que tenían una idea muy clara de quiénes eran y eran muy conscientes de sí mismas. Son poderosas y muy individualistas, así que fue divertido verlas actuar así, con confianza.
—¿Cómo te preparaste para tu papel?
—Investigué sobre el origen de Miss St. George, de Saratoga (Nueva York), y en qué clase de ambiente se movía, cómo se había hecho rica y cómo se había adaptado a Manhattan, en una ciudad grande, con esa sociedad y todo ese dinero. Y lo que le había costado hacerse un nombre en una nueva comunidad… Sobre todo me interesé por su entorno y por su experiencia física en todo ese proceso.
—Parece que hay un boom con las series y películas ambientadas en la época de Orgullo y Prejuicio, el siglo XVIII/XIX…¿cuál es tu clásico preferido? ¿Eres fan de Jane Austen y la literatura de época?
—Disfruto todo de esas películas, la verdad, el sentido del humor de Jane Austen, el romance de las historias…¿cuál es mi clásico favorito? Siempre vuelvo a las clásicas novelas de Ana la de Tejas Verdes, ellas son con las que crecí, y me encanta que sean tan victorianas, pero concentradas en una generación más joven. Para mí esas son las novelas que me influenciaron mucho cuando era más joven.
—¿Cuál será tu próximo personaje?
—Estoy trabajando en una serie en Irlanda, Small town, big story. Es muy diferente: está ambientada en la vida moderna, es comedia…
—Tu personaje en la serie es madre y ‘cabeza de familia’, ¿cuál dirías que es el mejor consejo que te dio tu madre?
—(piensa) Nunca tomes decisiones mientras estés con el periodo (risas).
—Se acerca la Navidad. ¿Cómo te gusta celebrarla? ¿Qué planes tienes?
—Este año voy a pasarlas en Escocia. Me enamoré del lugar durante el rodaje de Las bucaneras y quiero pasar otra Navidad escocesa.
—¿Cómo ha sido tu evolución desde Mad Men? ¿Qué aprendiste con ese papel?
—Me abrió las puertas a otro tipo de trabajos, de drama criminal, de época, comedias...he tenido la oportunidad de hacer más cosas de las que habría podido hacer antes. Lo que aprendí en Mad Men es que los detalles importan. Y que ser meticuloso te lleva, de hacer una serie que está bien, a que sea maravillosa. También que, por muy bien que me lo esté pasando, cuando estoy en el set, me pongo seria.
—¿En qué momento de tu vida estás?
—Más confiada que nunca. Estoy muy feliz, y a la vez pienso muy bien cuál es mi siguiente paso. En el pasado fluía más, y ahora pienso más “¿qué es lo que me va a hacer feliz?”.