Pasan los días tras el fallecimiento de Concha Velasco y el vacío que deja es cada vez más inmenso. Los dos hijos de Cocncha Velasco, Manuel Velasco y Paco Marsó, deben volver a la rutina y aunque para ellos es una pérdida irreparable, de la que les costará mucho recuperarse, se llevan el inmenso cariño del público, familiares y seres queridos. Anoche ambos se enfrentaban a uno de los momentos más duros al tener que ir a la residencia, en la que pasaron cada tarde acompañando a Concha durante los últimos meses, para recoger todas sus pertenencias. Con el rostro serio y lleno de dolor, abandonaban el centro Orpea Punta Galea de Las Rozas, donde la artista fue cuidada y mimada hasta el último momento.
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Las imágenes de Manuel y Paco reflejan el mal trago que tuvieron que pasar al tener que volver a esa habitación vacía en la que su madre permaneció el último año y medio y donde celebró su 84º cumpleaños. Cargados de bolsas, enseres e incluso cuadros, Manuel y Paco regresaron a su domicilio con sus objetos personales. Después de su retirada de los escenarios, Concha Velasco tuvo que ingresar en la residencia de ancianos. Sus problemas de movilidad, provocados por la artrosis que padecía desde hacía años, fueron el detonante para que la intérprete tomara la decisión junto a sus hijos de trasladarse a un centro privado para recibir los cuidados que necesitaba las 24 horas del día.
Allí recibía visitas asiduamente de familiares y amigos y quiso acondicionar su habitación de tal modo que fuera una réplica del lugar en el que siempre había vivido y así la decoró para sentirse como en su propia casa. De ahí las innumerables pertenencias que han tenido que recoger sus hijos tras su partida.
-Manuel Velasco: 'Yo no le he prohibido ninguna visita a nadie'
La querida e inolvidable "chica yeyé" falleció el pasado 2 de diciembre, apenas unos días después de haber cumplido 84 años. La gran dama de la interpretación fue velada en la capilla ardiente instalada en el Teatro La Latina de Madrid, donde sus familiares, amigos, compañeros de profesión y admiradores le dieron un últimos adiós, y en su ciudad natal, Valladolid, donde se ofició una misa en la Catedral de la ciudad por su eterno descanso y fue enterrada en el Panteón de los Hombres Ilustres en el Cementerio del Carmen.
Manuel Velasco ha agradecido infinitamente todas las muestras de cariño y apoyo que han recibido. Para él no solo era una madre, sino también un referente y su mejor amiga. "He enterrado a dos padres. Enterré a Paco Marsó y a Fernando Arribas hace poco. Ahora a mi madre", señalaba. "Dentro de dos semanas voy a estar fatal porque sé que te viene el bajón, pero mi hermano y yo somos afortunados de haber gozado de la mejor madre del mundo y de haber recibido el cariño de todos los españoles", manifestaba el escritor, lleno de dolor pero con el consuelo y la satisfacción de saber que todo el mundo la quería y que siempre será recordada como una de las actrices más importantes y reconocidas de nuestro país.