Solemos decirlo con la salud. Y quizás sea un cliché, pero siempre nos damos cuenta de lo bien que estábamos hasta ese instante en el que el dolor irrumpe de repente en nuestras vidas. Aunque ocurre con todo lo demás. Que no tienes consciencia de lo afortunado que eres hasta que la suerte —o los astros— se confabulan contra ti. Quizás es en Navidades cuando ese yin y ese yang de la vida es más evidente. Es un momento de luces y brillos, de sueños y magia, de alegría desmedida, de regalos, grandes cenas, brindis y de familia… pero, sin querer, es cuando más echamos en falta eso que hemos perdido, lo que se fue. Lo que, en definitiva, no tenemos. Es imposible que no se te encoja el corazón y que, por ende, eches mano del espíritu navideño para revertir, en la medida de lo posible, esas carencias y dar a los que necesitan. Nieves Álvarez está en esas. Ella, a quien la vida y todas sus bondades (belleza, éxito, trabajo y amor) le sonríen, no puede abstraerse del caos del mundo. De ahí que, siempre que puede, se remangue —ustedes ya me entienden— y se ponga manos a la obra: “Ayudar a los más vulnerables es algo a lo que le doy prioridad. Hay personas que no tienen la misma suerte, para los que la soledad es su única compañera… Y cuando la vida es agradecida contigo y eres afortunada, es importante que no te olvides”.
La modelo y presentadora pone su “granito de arena”. El diminutivo lo utilizamos porque así es la frase hecha, pero su implicación con la Solidarity Xmas Tree, que corre ya por su séptima edición, es total. Desde hace tres, forma parte del consejo asesor de esta iniciativa y ejerce de maestra de ceremonias de su gala navideña, en la que el momento culmen de la noche es una subasta con Christie’s. La puja, que tuvo lugar hace unos días, volvió a llenar de creatividad el gran salón estrellado del Teatro Real. Y de bellezas solidarias como Laura Ponte, Blanca Cuesta y Mónica Anoz, que también dan rienda suelta a su espíritu creativo en la fotografía, la pintura o la joyería.
Creatividad, inventiva… pero también lujo, sofisticación y magia, un afortunado mix que a Nieves, una mujer de gusto y modos exquisitos, le “ganó el corazón”. Porque el proyecto cuenta con la colaboración de las firmas más exclusivas (entre ellas, Omega, Cartier, Chaumet, Chopard, Loewe, Giorgio Armani y Aquazzura) para diseñar, en un alarde de arte y estilo, un emblema de estas fechas: el árbol . Este, después, se subasta. Los fondos recaudados se destinaron en esta edición a dos fundaciones, Apsuria y Proyecto Persona, que trabajan por las personas con discapacidad intelectual severa.
Nieves nos cuenta que, precisamente por la “carga emocional” que tienen las Navidades, que le gusta vivir “a tope” con todas sus tradiciones y en familia, debe darle un sentido. “Es importante —dice— que reflexionemos sobre nuestras vidas, agradezcamos las cosas bonitas que nos han pasado y, por qué no, nos marquemos propósitos de cambio”.
—¿Cuáles serían los de este año?
—Me marco metas y lucho y trabajo por hacerlas realidad, pero yo al año nuevo siempre le pido lo más importante: salud para disfrutar de la vida al máximo.