Los diamantes son los mejores amigos de una chica. No lo decimos nosotros. Fue cosa de Marilyn Monroe, vestida de satén rosa para la eternidad en Los caballeros las prefieren rubias. Eso ocurría en 1953. Pues bien, una década antes exactamente, la familia Suárez ya se había dado cuenta de que los amores, e incluso las amigas, pasan, pero una piedra preciosa en cambio... y engarzada en oro y platino... ¡Ay! Eso es para siempre.
Y estuvieron tan acertados que estas emblemáticas joyerías acaban de cumplir la friolera de 80 años. Pero como la edad es solo un estado de ánimo, han celebrado su longevidad con energías renovadas y una visión de futuro casi posmoderna. Tanto es así que su cena cumpledécada, en un hangar al más puro estilo portuario neoyorkino —con una exposición de sus piezas emblemáticas ad hoc—, parecía obra de Warhol y su mítica Factoría.
“Es una familia tan maravillosa... Mi suegra es lo mejor que me ha pasado en la vida. A mi suegro me lo como. Mis cuñados son la pera; mis cuñadas, o sea... son joyas. Hasta la exmujer de mi marido es un amor que me llevo... Es muy importante y, sin embargo, no es fácil encontrar una familia tan completa, tan respetuosa y tan amorosa con la que sentirte como en casa”. Nos lo contaba Carola Baleztena, mujer de Emiliano Suárez, el mayor de los hijos del ‘clan’. Porque si bien conocemos la maestría del trabajo de la firma, sentíamos curiosidad por saber cómo es de puertas para adentro... Y nos confirman: es igual de imponente y estupenda.
“Ojalá hubieran sido de Suárez las piedras blancas que me puso (Juan) Gatti para la portada del disco de Olé Olé en la que yo era como Marilyn... Pero en aquella época, fíjate, no apreciaba tanto las joyas...”. Ahora, sí. Marta Sánchez, a sus espectaculares 58, sabe más que nunca lo que quiere. O no. “¿Casarme? Me lo preguntas siempre. Mira, llevo un solitario de compromiso que me regaló Fede (León) y ya me vale de alianza. Y, más que boda, haría una fiesta con amigos. En cuanto a lo de vestirme de blanco… ¡no! Para nada. ¿O a lo mejor sí? Mira, yo a estas alturas puedo hacer lo que me dé la gana”. Obviamente, Marta.
“Soy una “abuelona”, pero muy estupenda”, nos decía entre risas Cari Lapique, que lleva 21 años colaborando con la firma; mientras, Marta Nieto nos confesaba: “Mi hijo es mi mayor tesoro, pero un tesoro que no para de crecer”
Lulu Figueroa, en cambio, está más supeditada. Afortunada, aunque devotamente, al ritmo que le marcan las niñas. Incluso Miami parece que puede esperar. La han reclamado de la ciudad de Florida, nuevo centro neurálgico del arte contemporáneo, para que dé el salto internacional, pero... “estoy en un momento complicado. Cuando los niños sean más mayores, porque, por ahora, me absorben. Cuando llegue el momento, ¿no?”. Y mientras, la maternidad, con sus claroscuros, constituye gran parte de su inspiración, tanto como que será el leitmotiv de su próxima expo.
¿Vuestras joyas más preciadas son vuestros hijos?, les preguntamos a Vega Royo-Villanova y Karla Covarrubias. “Claro que sí, pero si con cada hijo te pueden regalar un anillo... Bienvenido el hijo y bienvenido el poderío”, responden entre risas casi al unísono.
Una avanzadilla de la Generación Z de la alta sociedad se rindió a las propuestas de joyería de la noche