“Ha salido mitad a su padre, mitad a mí: es responsable como él y fisícamente es más yo”. Estefanía Luyk rebosa orgullo por los cuatro costados cuando habla de su hija Aroa, la mayor de los dos hijos que tiene con el empresario José Luis Díez de Baldeón. Razones no le faltan... No solo es guapa, sino que, sobre todo, es una buena estudiante que afronta el segundo curso de bachillerato, mientras se prepara como modelo. Ya habíamos conocido a la nieta de Paquita Torres recién nacida, en nuestras páginas, y madre e hija habían posado en anteriores ocasiones. Ahora vuelven a protagonizar una nueva sesión de fotos en la que ponen de manifiesto, una vez más, el enorme cariño y la gran complicidad que mantienen entre ambas.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
“Nos pasamos el día riendo”
—Estefanía, sesión de fotos... y de nuevo repitiendo con tu hija. ¿Cómo la has visto esta vez?
—Bueno...yo creo que la “peque” se va soltando cada vez más y que va teniendo un poquito más de tablas.
—¿Te pide consejos para protagonizar estos posados?
—Claro. Me los pide y yo, claro está, también se los doy. Es una pregunta que me hace mucha gracia porque es la misma que me hacían cuando posaba con mi madre.
—¿Cómo es vuestra relación y la experiencia de trabajar juntas, Aroa?
—A mí me encanta posar con mi madre, porque es como una amiga y nos pasamos el día riendo. Hablamos de cualquier cosa y eso hace que todo sea más divertido y ameno.
“La ‘peque’ se va soltando cada vez más y va teniendo un poquito más de tablas”
—Estefanía, tu hija cumplió 17 años el pasado 1 de noviembre. Cuando la miras y ves la joven en la que se ha convertido, ¿qué sientes?
—Me siento muy orgullosa de Aroa. Es muy buena niña, humilde, responsable, buena estudiante y muy amiga de sus amigos. No me puedo quejar de nada, la verdad.
—¿Cómo reaccionaste cuando te dijo que quería ser modelo?
—Es que no me lo dijo.
—(Aroa asiente y añade): Es cierto, no hubo un momento particular en el que se lo dijera. Como he crecido en una casa donde la moda estaba siempre muy presente, por mi abuela y mi madre, mi vocación fue surgiendo poco a poco.
—¿Te gustaría este mundo, que fue el tuyo, para tu hija?
—¿Por qué no? El trabajo de modelo es muy bonito y a mí me ha dado grandes satisfacciones, así que, si a ella le gusta, yo encantada. Lo que creo es que se debería lanzar a viajar, para hacer también cosas fuera y nutrirse con la experiencia.
“Desde que era pequeña, me ha atraído la moda y me encantaba contemplar cómo mi madre elegía sus vestidos para los eventos. Por ello, y por pura vocación, me fui adentrando en este mundo”
—A ti, Aroa, ¿te había atraído siempre la moda o te influyó tu madre?
—Desde que era pequeña, me ha atraído la moda y me encantaba contemplar cómo mi madre elegía sus vestidos para los eventos. Por ello, y por pura vocación, me fui adentrando en este mundo poco a poco, pero siempre teniendo claro que era como una opción B y que lo primero era mi formación.
—¿Te ves capaz de compaginar la moda con los estudios?
—Sí. Lo que quiero estudiar está, además, relacionado con el mundo del modelaje.
—¿Qué carrera es la que quieres hacer?
—Marketing de Moda con un grado en Gestión y Comunicación.
Los consejos de su abuela
—En tu caso, no solo tienes a tu madre, sino a tu abuela como una de las mejores “maestras” a la hora de posar. ¿Cuál es el mejor consejo que te ha dado?
—Siempre me ha dicho que sea natural, supereducada y buena persona, que no soy el centro de atención y que igual de importantes que yo son los que me están haciendo las fotos, el maquillador y el estilista.
—¿Pasas mucho tiempo con ella?
—Desde que he vuelto de Estados Unidos, cada vez voy más a su casa. Me río un montón con mis abuelos, así que me encanta.
“Me siento muy orgullosa de Aroa. Es muy buena niña, humilde, responsable, buena estudiante y muy amiga de sus amigos”
—¿Te ha contado cómo ha sido su vida como Miss España y Miss Europa y como modelo internacional?
—Sí, desde que era pequeñita me ha contado un montón de cosas acerca de sus viajes, de sus concursos y de cómo conoció a mi abuelo. Yo creo que habré escuchado veinte veces cada historia, pero no me aburro nunca.
—Cambiando de tema, ¿en qué te pareces y en qué te vas pareciendo más a tu madre, a medida que vas cumpliendo años?
—Pues yo creo que en lo de estar siempre rodeada de gente. No soy de las que quieren pasar sola un fin de semana, así que me apunto a cualquier plan que haya.
—¿Con tu madre también?
—Por supuesto. Hace unos días salimos a comer y después nos fuimos a tomar algo. No me pude reír más, te lo digo en serio. Me cuenta unas historias de las cosas que le han pasado que me dejan alucinada.
—¿Qué otras aficiones tienes al margen de la moda?
—Me gusta cocinar, leer y todo lo que sea pasar tiempo con mis amigos.
“Me encanta posar con mi madre, porque es como una amiga y nos pasamos el día riendo. Hablamos de cualquier cosa y eso hace que todo sea más divertido y ameno”
—¿También practicas deporte?
—Lo practico en el gimnasio que tenemos en casa, aunque he probado un montón de deportes desde pequeña, como el patinaje, la natación, el voleibol y el golf. Y también he hecho mucho baile.
—¿Cómo describirías a tu hija, Estefanía? ¿Qué es lo que más te gusta de ella?
—Lo risueña que es y a eso se suma que es una chica sencilla y de gran corazón.
Sus ‘ojitos derechos’
—¿Es tu “ojito derecho”?
—¡Uff...! Yo diría, en este caso, que tengo dos “ojitos derechos” que son su hermano y ella, porque el pequeñajo me tiene loca. Aunque es más trasto, me muero de amor por Ilan.
—¿Cómo te definirías como madre? ¿Eres dura, blanda, comprensiva, exigente, permisiva...?
—Yo, como madre, no soy nada dura. El duro es el padre. Yo soy más permisiva.
—¿Alguna vez desaparecen “misteriosamente” cosas de tu armario que, después, encuentras en manos de tu hija?
—¡Bueno...! Es que medio armario mío está en el suyo. Que yo recuerde, siempre me ha quitado ropa.Y Aroa, entre risas, confiesa: “Es cierto. Tengo vídeos probándome sus zapatos con tacones altísimos cuando era pequeña. Me quedaban enormes. Y también recuerdo que me colaba en su habitación y empezaba a ponerme sus abrigos, sus collares y sus anillos”.
—¿Le has inculcado también algún truco de belleza a tu hija?
—A día de hoy, con las redes sociales, los trucos de belleza no los tenemos que dar las madres, porque están todos los días con los tutoriales. Es más, es ella la que me da consejos a mí.
—La Navidad está a la vuelta de la esquina. ¿Cómo la vais a pasar?
—Con mis padres y mi hermano el día de Nochebuena y el Fin de Año vendrá la familia de mi marido a nuestra casa, donde nos solemos reunir veintitantos.