La inolvidable Concha Velasco ha fallecido en Madrid a los 84 años. Dos años después de anunciar su retirada, la dama de la interpretación nos ha dicho adiós para siempre después de meses aquejada de serios problemas de salud. Su escasa movilidad, sumado a otros problemas de diversa índole, hicieron que en febrero de 2022 tuviera que ser ingresada en una residencia para estar atendida las 24 horas del día. Así lo daban a conocer sus hijos, Manuel y Paco, que no se han separado de ella y la han visitado continuamente, desde el primero hasta el último día. Precisamente, han sido ellos los que han confirmado la triste noticia a través de este comunicado. "A los medios de comunicación, con enorme gratitud y pesar: Lamentamos informar que nuestra madre, Concha Velasco, ha fallecido hoy sábado 2 a las 02.00 en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, habiendo recibido los Santos Sacramentos, a consecuencia de su enfermedad".
De la misma manera, han dado las gracias a todos los cuidadores y personas que la han cuidado con tanto cariño hasta el último momento. "No tenemos más que palabras de agradecimiento para el personal del hospital y de las residencias Santa Matilde y Orpea Punta Galea que tan bien han cuidado de ella en estos difíciles tiempos. Somos unos afortunados por haber gozado de la mejor madre del mundo y por recibir el cariño de tantos españoles que la quieren y la admiran. Gracias a todos. Rogamos una oración por el descanso eterno de su alma. Nuestra familia también se lo agradecerá. Sus hijos, Manuel y Paco". Para todos los fans que quieran darle un último adiós a la artista se abrirá una capilla ardiente a partir de las 13.30 hasta las 22.00 en el Teatro La Latina (Madrid).
Más de seis décadas sobre los escenarios
El mundo de la cultura, el cine y la comunicación llora la muerte de esta veterana artista, que dedicó toda su vida a la interpretación. A lo largo de su toda recibió importantes galardones como la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio, el Goya de Honor, que recibió de manos de su sobrina Manuela Velasco, la Medalla de Oro de las Bellas Artes, el Premio Nacional de la Cultura, otorgado por los reyes Felipe y Letizia, la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y el premio de la Fundación La Casa del Actor, entre muchos otros.
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Nació en Valladolid el 29 de noviembre de 1939, pero los primeros años de su infancia los pasó en Marruecos, donde había sido destinado su padre. Hija de un militar y una maestra republicana, vino al mundo recién acabada la Guerra Civil. Desde niña sintió una debilidad por la música y el baile, por lo que sus padres la matricularon en un estudio de danza. Debutó en el cine con solo quince años en la película La reina mora, a la que siguieron grandes títulos como La fierecilla domada, Muchachas en vacaciones o Las chicas de la Cruz Roja. En los sesenta su nombre comenzó a ser un rostro indispensable en las películas de la época. Nadie puede olvidar su participación en La verbena de la Paloma, Historias de la televisión o El día de los enamorados.
Conchita, como la llamaba la gran mayoría en aquella época, además de actriz destacó previamente como bailarina y cantante. Estudió danza española y clásica en el Conservatorio Nacional y se estrenó como bailarina en el cuerpo de baile de la Ópera de La Coruña y en la compañía de Manolo Caracol como bailaora flamenca. Posteriormente debutó como cantante en la escuela de Celia Gámez. De su labor en el teatro destaca el musical Mamá, quiero ser artista, todo un éxito que le reporta gran popularidad, Don Juan Tenorio, Carmen Carmen, Abelardo y Eloísa, Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?
Sus amores
Precisamente fue en la película Historias de la televisión, en 1965, donde descubrió su faceta como cantante. En una escena del filme tuvo que interpretar una canción compuesta por Augusto Algueró y el letrista Antonio Guijarro que se convertiría en uno de sus grandes éxitos, La chica ye-ye, un tema por el que pasaría a los anales de la historia del cine y que grabaría en un álbum. En esta película trabajó a las órdenes de su pareja sentimental, el director José Luis Sáenz de Heredia, veintiocho años mayor que ella y con el que mantuvo una relación que duró once años. Él era un hombre casado y con hijos, por lo que su romance lo llevaron en secreto, aunque toda la profesión lo conocía. Sáenz de Heredia llegó a dirigirla en seis películas.
Después de vivir una relación en secreto, se enamoró de Juan Diego, un hombre distinto, más joven, que había sido pareja de Ana Diosado, y con quien formó pareja en La llegada de los dioses y Abelardo y Eloísa. Su relación culminó porque "yo me quería casar y formar una familia, y él no". Entonces es cuando conocería al director de fotografía Fernando Arribas, padre de su hijo Manuel. Una relación y una paternidad que estuvo oculta hasta el día de su muerte porque él estaba casado y tenía una familia.
Paco Marsó, el hombre de su vida
Entonces apareció Paco Marsó, según ella "el gran amor de su vida", y con quien tuvo un hijo, Francisco Martínez Velasco. La primera vez que se vieron fue en el año 1964 en la obra La alondra. "No podía ser más guapo", recuerda Concha en sus memorias, pero no fue hasta el año 1975 en el rodaje de Mi mujer es muy decente cuando comenzaron su historia de amor. Entonces él era un actor en ciernes con fama de conquistador y ella una reconocida actriz de cine y teatro. Se casaron el 18 de abril de 1977, él aportaba al matrimonio una hija de una relación anterior, Diana Patricia, de tres años, y Concha al pequeño Manuel, que entonces tenía nueve meses. Esta unión duró más de veinte años, pero, además de apasionada, fue un tanto turbulenta.
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Se separaron en 2005 y cinco años después, el 5 de noviembre de 2010, tras varios días ingresado de gravedad, fallecía Paco Marsó. A raíz de su separación Concha se encontró con que después de toda una vida trabajando, le embargaban su casa de La Moraleja y le acechaban sus problemas con Hacienda. La veterana artista no dejó de trabajar hasta un año antes de su fallecimiento. Célebre es su participación en series de televisión como Gran Hotel, Bajo sospecha, Velvet o Las chicas del cable. Malasaña 32 fue su última película y La habitación de María, la última función, escrita por su hijo Manuel Martínez Velasco, que representó en el teatro. Hasta siempre. DEP Concha Velasco.