Durante meses, para 21 jóvenes pertenecientes a la realeza, a la aristocracia y, por supuesto, a algunas de las familias más influyentes del mundo empresarial o del arte, la del sábado 25 de noviembre era una fecha marcada en rojo en su calendario. Este fin de semana, cumplían un sueño y su puesta en escena parecía sacada o bien de un cuento de hadas o, teniendo en cuenta su edad y el siglo en el que estamos, de un capítulo de Bridgerton . Porque entre abejas imperiales, escudos con una gran ‘N’ coronada, guirnaldas, laurel y águilas en los frescos, chimeneas, balaustradas y boiseries... ellas, las 21 nuevas debutantes, debían bajar las regias escaleras del petit palais del número 10 de la Avenue d’Iéna. Ese que, en su día, fue la residencia de Roland Napoleón Bonaparte, sobrino de Napoleón III, y hoy uno de los hoteles más exclusivos de París y, por ende, de Europa, el Sangri-La Paris. Estaba por comenzar la mágica noche de Le Bal des Débutantes, que, en su edición 2023, la XXVI desde su fundación, presentaba en sociedad a un florido ramillete de bellezas donde se cruzaban familias imperiales con nuevas y antiguas fortunas. Desde la nieta de los emporios empresariales de Cristina Macaya y Ella Fontanals-Cisneros, Victoria Mestre Cisneros, a Ildiko de Habsburgo, hija del archiduque Jorge de Habsburgo, bisnieta de la Emperatriz Zita de Borbón-Parma y descendiente de la mítica Sissi, pasando por Olivia Ford Uzielli, tataranieta del magnate automovilístico estadounidense; la tataranieta del Rey de Etiopía, Haile Selassie, o la heredera de los Berlingieri de Venecia, la joven marquesa Barbara Berlingieri, entre otras.
Así, vestidas con creaciones exclusivas de alta costura , con joyas de VMuse y brindando con Laurent Perier, pudimos contemplar por primera vez a las mujeres que marcarán el futuro de los negocios, la banca, la cultura o el deporte y también, por qué no, del estilo, la elegancia y la memoria sentimental y emocional del siglo XXI. Y del brazo de cada una de ellas, los llamados cavaliers, jóvenes de su tiempo, unas veces familiares, otras sus primeros amores.
Lucas Macaya Cisneros fue el único español de la gala. El nieto de la mítica Cristina López Mancisidor ejerció de cavalier de su prima Victoria
Acompañando a la caraqueña Victoria Mestre Cisneros, el único español de la gala, su primo Lucas Macaya Cisneros, nieto de la mítica Cristina López Mancisidor, una de las grandes damas de la alta sociedad mallorquina.
Este año, los fondos recaudados de este baile fastuoso, pero también benéfico, irán destinados a la unidad de investigación de cardiología ARCFA del hospital Necker-Enfants Malades, que se centra en niños con defectos cardíacos, y a la organización World Central Kitchen, que ofrece comida a las personas en situación de vulnerabilidad.