A sus 50 años, Tori Spelling ha pasado por la etapa más dura de su vida. Se separó el pasado mes de junio de su marido, Dean McDermott, padre de sus cinco hijos; tuvo que abandonar su mansión de Beverly Hills, infestada de moho negro, lo que la llevó a vivir en una autocaravana; fue ingresada este verano por culpa de una insuficiencia respiratoria, y, a mediados de octubre, la Policía la evacuó de su casa de alquiler tras atrincherarse un vecino en ella con un arma. Todo un cúmulo de catastróficas desdichas a las que se suman sus supuestos problemas económicos, que parecían impedirle recuperar la sonrisa. Sin embargo, poco a poco, lo va consiguiendo.
Y ahí tiene mucho que ver Ryan Cramer, un atractivo hombre que ha trabajado como diseñador de juegos para Microsoft, director de arte en Toyota/Lexus y en iFilm y, en la actualidad, ocupa el cargo de director ejecutivo de la agencia Neuron Syndicate Inc. Aunque han vivido el comienzo de su romance en la sombra, la actriz y su pareja, que guarda un gran parecido con su exmarido, ya viven su relación con toda naturalidad. Y sí, no hay más que verlos. Días atrás fueron vistos paseando por el barrio de Koreatown, en Los Ángeles, donde disfrutaron de una romántica cena que culminaron con un apasionado beso a la vista de todos.