Los duques de Sussex siguen tratando de encontrar una base sólida en Hollywood, después de que sus planes americanos no hayan salido tan bien como esperaban. Tras batir récords con su docuserie autobiográfica —fue el documental más visto de Netflix en diciembre de 2022— y lograr que las memorias del príncipe Harry, En la sombra, se convirtieran en el libro de no ficción más vendido de la historia, han visto cómo otros proyectos se han quedado por el camino. Entre ellos, su pódcast en Spotify, tras una única temporada de Archetypes. Bill Simmons, un ejecutivo de la plataforma de streaming, les llamó ‘estafadores’ y a Meghan se le acusó de falsificar entrevistas. También se publicó que la duquesa había firmado un contrato millonario con una maison de moda para ser su musa, pero la propia firma francesa se apresuró a desmentirlo.
Así las cosas, la pareja quiere estabilizar su futuro sin tener que hablar de su vida ni de la de la Familia Real y tienen abiertos varios frentes. Pero el principal, al menos en el corazón de Harry, parece ser la reconciliación con su padre. De hecho, a pesar de que ni él ni su mujer fueron invitados a las celebraciones por el 75 cumpleaños de Carlos III, el duque llamó a su padre para felicitarle y, según The Telegraph, Meghan participó en la conversación. Además, sus hijos, Archie (cuatro años) y Lilibet (dos) grabaron un vídeo para dar una sorpresa a su abuelo.
Con este paso al frente, Harry parece querer enterrar el hacha de guerra con el Rey de Inglaterra. Pero la relación entre ambos no es fácil desde que, en 2020, los Sussex renunciaran a sus obligaciones reales, sin olvidar el ‘tsunami’ mediático que provocaron con sus revelaciones en televisión.