Las series de época han ganado protagonismo en la preferencia de los espectadores en los últimos años. Tener la posibilidad de asomarse a una ventana desde la que poder descubrir épocas pasadas explorando sus costumbres, la moda, la política y la sociedad de otros periodos históricos fascina a la audiencia, quienes se trasladan sin moverse del sofá a otros tiempos a vivir otras vidas.
Conoce a los protagonistas de 'La Promesa', los otros reyes de las tardes televisivas
Del palacio de Tamara Falcó al de La Granja, el nuevo escenario de ‘La Promesa’
Este es uno de los secretos del éxito de La promesa, una producción española al más puro estilo de Downton Abbey, que arrasa en la sobremesa de La 1. Una mujer, una venganza y una gran historia de amor son los ingredientes principales que han enganchado a un público que no deja de crecer. La ficción esconde también algunas curiosidades que te desvelamos a continuación.
Una localización de cuento en la Tamara Falcó pasó por el altar
La trama de la serie tiene lugar en el palacio de La Promesa, edificio que da título a la ficción y que existe en la vida real con el nombre de El Rincón. Parte de las grabaciones tienen lugar en este espectacular inmueble de finales del siglo XIX que es propiedad de Támara Falcó, quien lo heredó de su padre, el marqués de Griñón. Un lugar de ensueño que la Marquesa recordará toda la vida porque allí ha vivido uno de los momentos más importantes de su vida: fue la finca que eligió para darse el 'sí, quiero' con Íñigo Onieva el pasado 8 de julio.
Al contrario que en la serie, esta joya arquitectónica no está situado en el Valle de los Pedroches, en Córdoba, sino que está ubicado en Aldea del Fresno, una localidad cercana a Madrid. Se trata de un enclave con mucha historia ya que, durante años, fue el lugar elegido por Alfonso XIII para organizar sus cacerías y un hogar frecuentado en años sucesivos por los Reyes de España, don Juan Carlos, así como por su hijo Felipe VI.
Otros decorados con mucha historia para el rodaje
Además de en El Rincón, otro de los lujosos lugares donde se han desarrollado las tramas de la ficción de época ha sido el monasterio de Lupiana, en Guadalajara, y palacio de La Granja de San Ildefonso. Fue Felipe V quien, tras enamorarse de este último lugar situado entre bosques de pinos y altas montañas en la vertiente segoviana de la sierra de Guadarrama, mandó levantar esta emblemática construcción.
Por los jardines de este pequeño Versalles hemos visto pasear en la ficción a los miembros de la familia Luján para asistir a una fiesta organizada, precisamente, por el abuelo de Felipe VI y su esposa, la reina Victoria Eugenia.
Monumentales platós
Además de los majestuosos palacios, la serie también se rueda en dos espectaculares platós que cuentan con una extensión de 3.000 m2, en los que destaca una gran recreación del palacio propiedad de Tamara Falcó en el momento en la que se ambienta la ficción: el final de la Restauración, una época casi desconocida, pero fundamental de la historia de España, comprendida entre los años 1874 y 1923.
Se trata de una reproducción perfecta del momento histórico que retrata y que representa de manera fidedigna la diferencia de clases, que podemos apreciar en el contraste de las lujosas las habitaciones de los señores así como en los grandes salones y comedores, en lo que corresponde a la zona en la que se mueven los marqueses y su familia, con las diversas y modestas estancias donde hacen vida los miembros de la servidumbre.
La curioso motivo por el que se eligió a la protagonista
La actriz Ana Garcés da vida a Jana, una mujer que llega pisando fuerte salvándole la vida a Manuel, uno de los hijos de los Marqueses. El aristocrático padre del joven le ofrece una recompensa económica, pero ella solo quiere trabajo en el Palacio puesto que tiene un objetivo: hacer justicia a su madre asesinada hace quince años e investigar el paradero de su hermano, secuestrado cuando era un recién nacido. La única pista que tiene le conduce a los Luján. Ha llegado el momento de vengarse y solo hay un elemento con el que no había contado en su perfecto plan: Manuel, la última persona de la que esperaría enamorarse.
La intérprete vallisoletana, de 25 años, realiza un gran trabajo dando vida a esta valiente mujer. Es la primera vez que la artista trabaja en una serie. Ana fue elegida para este papel tan solo unas horas antes de que Josep Cister, creador de la serie, fuera a Televisión Española con la propuesta de casting definitivo, al verla quedó deslumbrado con la actriz, que en ese momento trabajaba como dependienta en una tienda de moda de Madrid.
"Vi algo muy potente en ella, cuando, en plena prueba, se giró, me recordó a Keira Knightley y me pareció que tenía una fuerza espectacular, algo muy arrollador", ha afirmado el artífice de la ficción. Y ese fue el motivo por el que Ana se hizo con el personaje principal.
De GH a actor de éxito
El papel de protagonista masculino corre a cargo de Arturo Sancho, quien, al igual que su compañera, fue elegido en el último momento para convertirse en Manuel Luján. En su caso, Josep Cister ha reconocido que no tuvo dudas ya que "enseguida vi a un galán de época, un tipo con una cara amable y divertida, que cae bien, que genera empatía en los demás".
El artista bilbaíno, de 33 años, que fue conocido por concursar en Gran Hermano 12 en 2010. Entró en la casa de Guadalix para ganar popularidad porque quería ser actor, pero ha reconocido que esa experiencia no le ayudó mucho en su carrera ya que, después de su participación en el programa, le costó que le tomaran en serio por su vinculación con el reality. La Promesa es su primer trabajo audiovisual importante.
Un reciente cambio de nombre artistíco
Seguimos con el actor vasco, la serie de época de La 1 no es su primer papel en pantalla, pudimos verlo meterse en la piel de Bernat Estanyol en Los herederos de la tierra para Netflix. Este personaje era interpretado por dos actores: Rodolfo Sancho, de 48 años, en la mayoría de los episodios, y Arturo Sancho, en la versión más joven del protagonista. Pese a compartir apellido, ambos actores no tienen ningún tipo de parentesco.
Tras la detención de Daniel Sancho, de 29 años, hijo del protagonista de La piel de tambor, por presuntamente matar y descuartizar a Edwin Arrieta en Tailandia, al ser preguntado en varias ocasiones por varios medios de comunicación por su posible vinculación con la familia, para evitar confusiones, el intérprete decidía cambiarse el nombre artístico, pasando a llamarse Arturo García Sancho, según informaba Formula TV.
La anécdota más repetida de los actores de la serie con sus fans
Tanto Ana Garcés como Arturo García Sancho han contado en más de una ocasión lo que les suele ocurrir con sus seguidores, sobre todo con los de mayor edad, cuando los ven en carne y hueso fuera de plató. La actriz de ¡Sálvese quien Putin!, está feliz con el cariño que recibe por parte de la gente, aunque le divierte que, algunas personas, se sorprendan porque su aspecto sin caracterizar no coincide con el de Jana, el personaje que interpreta, y les choquen detalles como que lleve un piercing en la vida real.
Algo parecido le sucede a su compañero en la ficción de época, quien ha explicado que siente el amor del público y que le hace gracia porque cuando se dirigen a él, tanto en persona como a través de su perfil, no quieren saber cosas sobre él, sino que le hablan de la serie, sobre lo que quieren que pase. Tanto es así, que el actor bromea asegurando que hasta en su propia familia están empezando a llamarle Manuel.
Los actores hacen tan bien su trabajo que los seguidores no son capaces de discernir la realidad de la ficción, muestra de la veracidad que dan a sus personajes y de lo metidos que están los espectadores en la ficción, detalle que ambos artistas agradecen.