El mayor evento ecuestre a nivel nacional ya está aquí con la Madrid Horse Week 2023, donde podemos ver durante el fin de semana a los grandes nombres de la hípica española y, entre ellos, a una joven asturiana que está dando mucho que hablar. Es Carolina Villanueva, cuyo amor por los caballos la ha llevado a lograr cotas que parecían impensables para su edad, y que vive con enorme orgullo el volver a participar en una competición de tanto prestigio.
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Cayetano Martínez de Irujo participa en el Trofeo ¡HOLA! de la Madrid Horse Week
Con el objetivo de dar lo mejor de sí, la amazona de 22 años ha preparado a fondo la importante cita y así nos lo cuenta con gran ilusión. También charlamos con ella de su singular historia personal, tras vivir en hasta quince países diferentes desde que era niña debido al trabajo de su madre. Una auténtica trotamundos que solo tiene palabras de agradecimiento para su familia -en especial para su abuela fallecida- por todos los éxitos cosechados hasta hora.
La infanta Elena tira de humor al hablar de su aparatosa caída en la Madrid Horse Week
En su horizonte no muy lejano, está el poder llevar algún día la bandera española en los Juegos Olímpicos porque "no hay mayor honor que este para un deportista de alto nivel", subraya. De su pasión por los equinos a sus sentimientos y aficiones cuando no está a lomos de su purasangre francés, Carol -como la llaman sus allegados- se sincera con nosotros en esta entrevista.
Estás entre los veinte mejores jinetes del país y, además, estudias un doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales. ¿De dónde sacas el tiempo?
Sí (ríe). Estoy en mi quinto año de la IE University que está en la Torre de Madrid y, aparte, también estudio chino
No es la primera vez que te vemos en la Madrid Horse Week, donde ya has tenido un gran papel
Es la tercer edición que participo y voy a correr de nuevo con mi caballo Voice de Chenaie en las pruebas de salto de obstáculos de una estrella, de sábado a domingo
¿Qué supone para ti esta competición?
Para mí es algo muy especial porque hay pocos concursos así en España y en Europa, que te dan la oportunidad de competir delante de tantas personas que no son solo del mundo de la hípica. Aquí pueden venir fans míos que me conocen de las redes, o gente que ni siquiera me ha visto nunca pero que en el evento nos hacemos supercercanos
Dicen que lo importante es participar, pero tú vas ahí para ganar...
Soy muy competitiva (ríe). Lo saben las personas que me rodean y es algo con lo que se nace, algo que siempre he dicho. A veces, en situaciones como esta, la gente se pregunta: ¿cómo puede saltar a la pista a las ocho de la mañana, diluviando y en una prueba que ni siquiera es la grande del día?... Pero es que lo llevo dentro
Además del bonito trofeo que te llevas a casa, aquí también hay una gratificante compensación económica
La verdad es que IFEMA Madrid Horse Week da muy buenos premios, pero este es un deporte muy caro y sacrificado
Tus dedicatorias son muy especiales, ya que lo haces levantando la mano y señalando al cielo. ¿De quién te acuerdas?
De mi abuela materna que falleció hace un par de años, que fue la persona que me introdujo en este deporte. Cuando vivíamos en Holanda, ella fue la que pagó mi primera clase de equitación con solo tres años y, desde entonces, ya nunca me quise bajar del caballo
Queda claro que, para entender tus éxitos, tu abuela ha sido fundamental
Con ochenta y pico años, ella siempre viajaba para verme donde fuera y estaba horas y horas debajo del sol o de la lluvia. Desde que murió llevo puesto su collar, que nunca me puede faltar, y tiene en el medio una piedra de aguamarina
La tienes siempre muy presente...
Pero no solo cuando gano. Antes de entrar en la pista, cuando me santiguo, rezo para que ella y dios cuiden de mis caballos y esté todo bien. Es como mi ángel de la guarda
Al resto de tu familia también estás muy unida
No tengo hermanos, pero con mis padres tengo un núcleo familiar donde no me falta de nada. Mi madre es como mi mejor amiga. Puedo hacer lo que hago todos los días, lo que más me gusta en el deporte, estar al nivel que estoy y aspirar a ser olímpica gracias al esfuerzo de mi familia.
Ademas, te apasionaste por la equitación desde muy niña
Así es. Con tres años no quería un balón, ni una raqueta, ni ser bailarina, ni gimnasta... y ellos, que no eran del mundo de los caballos, estaban ahí a mi lado sin pensárselo dos veces. Mi madre, por ejemplo, tiene que viajar por su trabajo casi todos los días del año, pero viene los fines de semana desde Estados Unidos, Japón, Australia o donde esté para verme competir.
Tu padre, igualmente, te apoyó cuando eras pequeña
Mi padre me llevaba todos los días a montar cuando yo no tenía coche. Una dedicación absoluta y sin obtener nada a cambio, porque entonces era tan pequeña que lo único que hacía era dar vueltas con el caballo. No es como ahora con los entrenamientos, cuando preparo una competición internacional o una Copa de Naciones, que es diferente. Ellos siempre han estado pendientes de cada cosa que hacía y es algo que agradezco profundamente.
¿Tienes pareja?
Sí, y me encanta que me hagas esa pregunta que nunca nadie me la hace en las entrevistas. Tengo novio, se llama Daniel y llevamos juntos cuatro años. Lo conocí justo antes de empezar la universidad en un programa de estos que te ofrecen para conocer a tus compañeros. Él estudia Derecho pero no íbamos a la misma clase.
¿Y cómo es vuestra historia de amor?
Desde el primer momento nos hicimos mejores amigos y su apoyo ha sido fundamental, porque no es fácil estar con una deportista. No siempre tienes días buenos y, además, él tampoco era del mundo de los caballos. Está tan implicado que, a veces, estamos juntos y lo veo con el móvil mirando un concurso internacional de caballos (ríe).
Ahora llevas cuatro años afincada en Madrid, pero durante tu infancia y adolescencia viviste en hasta quince países, ¿cómo se explica eso?
Mi madre es una supermujer que trabaja en Recursos Humanos para diferentes empresas. Cuando yo era niña, un proyecto le obligaba a viajar por todo el mundo de aquí para allá y ella supo mantener el ritmo con su familia a todos los lados. Estábamos en España, Holanda, Francia, Suiza, Bélgica, Alemania, Noruega, Rusia, China... en un año vivía incluso en tres países
Tu bagaje cultural debe ser impresionante
Hablo inglés, español, francés, holandés, portugués y chino, pero siempre iba a colegios internacionales porque si no era imposible, claro (ríe). A parte de todas las personas y culturas que conocí de cerca, el viajar tanto te da una perspectiva de la vida un poco diferente a la que tienen los demás
Pero el amor por lo tuyos está intacto...
Así es. Por eso tengo un núcleo familiar tan establecido. A pesar de que las escuelas y los amigos cambiaban, siempre tenía ahí a mis padres y eso se refleja también en cómo pienso y en lo que valoro de la vida.
¿Qué más te gusta hacer en tu tiempo de ocio?
Escapaditas con mis amigas, salir con ellas y encontrar huecos para disfrutar. Soy muy de actividades, ir a pintar...
¿Eres cocinillas?
Para nada. Me pides que te haga un huego frito y lo quemo (ríe)... y eso que vivo sola. Antes era de arroz en el microondas y ahora de pasta o ensaladas
Volviendo al deporte, tu gran reto es estar en unos Juegos Olímpicos
Es mi mayor sueño y de cualquier deportista de élite, porque en mi caso no hay honor más grande que representar a España, mi país. Hace un mes estuve en Cádiz y competí en dos pruebas que eran calificatorias para los JJOO. Qué quiere decir esto: que para estar en la selección de jinetes que hace la Federación Española, tienes que tener esta especie de título y me quedé a solo tres puntos -que en mi deporte no es nada- de lograrlo
¿Llegas o no entonces a la cita de París 2024?
Ójalá, pero no es asequible porque hay otros jinetes muy buenos y España irá con cuatro que llevan preparándolo muchos años. Este es el primero para mí a este nivel y hay que ir paso a paso, porque siempre tengo una meta cercana y otra a largo plazo. Todos los días trabajo para conseguirlo
Por último, hablando de tu magnífico caballo Voice de Chenaie, la conexión con él también es primordial
Totalmente. Porque no son máquinas, sino animales que a veces tienen mejores o peores días. Desde luego, una amazona de verdad es la que entiende a su caballo perfectamente y establece con él una conexión profunda