El pasado 21 de octubre, a Marta Pombo y Luis Zamalloa los acompañó, en el día de su boda, una obra de arte muy especial que encierra una bonita historia detrás: la escultura de la Virgen que colocaron rodeada de flores junto a los novios cuando pronunciaron sus votos y se juraron amor eterno. Se trata de la réplica de ‘La madre de la Esperanza’ que sus grandes amigos María García de Jaime y Tomás Páramo les prestaron para la ocasión y para la que la propia María sirvió de modelo.
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Esta pieza de arte sacro es obra del artista Javier Viver y forma parte de un proyecto que comenzó en el otoño de 2017, con la construcción de la Clínica Universidad de Navarra de Madrid. El equipo de Ginecología y Obstetricia tanto de Madrid como de Pamplona quería “consolidar un proyecto de inspiración cristiana, que dejara una huella en el tiempo”, como explican en su web y, unos años después, en febrero de 2021, encargaron una virgen al artista, que es un reconocido imaginero que ha expuesto obras en importantes museos, como el Reina Sofía de Madrid, el Queens Museum de Nueva York o la Galería Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Roma.
El matrimonio recibió una réplica de la escultura días antes de la boda de Marta Pombo y se la prestaron para que estuviera a su lado en su gran día
Él se puso en contacto con María y Tomás, quienes por entonces estaban contando los días para dar la bienvenida a su hija, Catalina, y le pidió a la influencer que fuera su modelo para el molde de la escultura. Sin dudarlo, aceptaron y se embarcaron en un curioso proceso del que nos han hablado. “Tiene el rostro de María, aunque si tú la ves de frente, no la reconoces mucho, porque la ha modificado un poco para que no sea exactamente igual. La tripa también es de ella, de cuando estaba embarazada de ocho meses y medio de Catalina”, nos cuenta Tomás. “Es una imagen que guarda mucha verdad, porque al final, cuando ves la cara, notas la hinchazón típica de una mujer que ya está casi a punto de dar a luz”, dice sobre el minucioso detalle de la obra.
“Fuimos durante una mañana y es un proceso en el que te ponen como una especie de silicona en la cara y te dejan abiertos solo los orificios de la nariz para que respires. Luego ponen capas de yeso y estás así una hora y media sin moverte, hasta que se seque”, nos explican sobre cómo tomaron el molde del rostro. Reconocen que esta parte fue muy emocionante, a la par que un poco agobiante: “María, mientras tanto, pensaba en todas las personas que algún día iban a rezar a esa imagen. Fue muy bonito saber que estaba siendo un instrumento para algo que sería el consuelo de alguna persona”. Después le tomaron el molde de la tripa, algo que siempre será un recuerdo muy bonito, tanto para ellos como para Catalina cuando sea mayor.
A cambio de ser modelo del artista, este les preguntó si querían cobrar por ello —como se hace habitualmente por este tipo de trabajos—, pero se negaron y solo le pidieron si podían tener una pequeña réplica para tenerla en su casa y que los acompañara siempre. Casualmente, esa réplica se la entregaron días antes de la boda civil de Marta y se la prestaron, para que la Virgen estuviera a su lado en su gran día. Un detalle que la mediana de las hermanas Pombo agradeció mucho.
No es la única réplica que existe, se pueden adquirir reproducciones y los beneficios van destinados al programa ‘CUN Te Acompaña’ de la Clínica Universidad de Navarra, que ofrece asistencia a pacientes que tienen un embarazo de mal pronóstico. María no ha sido la única que ha sido modelo del artista: Tomás también trabajó con él para una Piedad que, nos ha contado, se encuentra en la catedral de Shanghái (China).