El exasistente de Gina Lollobrigida, Andrea Piazzolla, ha sido condenado a tres años de prisión por expoliar el patrimonio de la actriz hasta su muerte, el pasado 16 de enero a los 95 años, aprovechándose de su avanzada edad, tal y como han confirmado fuentes del proceso a EFE. El tribunal de Roma le condenó en primera instancia a esta pena de prisión, desoyendo la petición de la Fiscalía, que el pasado 18 de septiembre había reclamado una pena de siete años y medio de cárcel. Medios como el diario italiano La Repubblica informaron de que además deberá entregar de manera inmediata 450.000 euros a la familia de la actriz. Los abogados de los demandantes cifraron en 10 millones de euros el dinero que se habría llevado Piazzolla, que se habría apropiado además de más de 350 bienes de la actriz (puestos a la venta en casas de subastas). Este ya ha asegurado que recurrirá la decisión del tribunal. "Yo fui el único que cuidó con amor a Gina Lollobrigida" dijo.
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La fiscal encargada del caso, Eleonora Fini, le imputó un delito de “manipulación a persona incapacitada beneficiándose de su debilitamiento para percibir correctamente la realidad”. La resolución coincide con la versión de la familia de Lollobrigida, quienes aseguraron, ante el juez, que la actriz, durante sus últimos años de vida, era “sugestionable, mantenida en aislamiento, y en estado de vulnerabilidad”. A su juicio y el de los familiares de la actriz que iniciaron el proceso judicial, Lollobrigida en su última etapa de vida era "sugestionable, mantenida en aislamiento y en un estado de vulnerabilidad".
La artista estuvo durante años junto a su asistente en su villa de la Appia Antica de Roma. En su testamento, fechado el 5 de enero de 2017 y que fue abierto por la notaria Barbara Franceschini, quedó reflejado que, como obliga la ley la mitad de su legado es para su hijo Milko, mientras que la otra mitad fue para Andrea Piazzolla, su mano derecha desde 2014. La relación entre ambos ha sido bastante polémica en los últimos años debido a los duros intercambios de acusaciones que se dedicaron. De hecho se sentaron separados en el funeral celebrado en memoria de la artista.
Este desencuentro provocó el distanciamiento entre madre e hijo pues Milko, nacido del matrimonio de la intérprete con el médico esloveno Milko Skofic, de quien se divorció en 1971, aseguraba que ella malgastaba su dinero haciendo regalos a su asistente y amigo personal. Incluía en su última voluntad la actriz una sociedad con sus obras de arte que también quedó en manos de Piazzolla y del empresario Horacio Pagani, constructor de coches argentino con quien tenía una cercana amistad. La tarea de esta es dar a conocer su actividad artística, un deseo que, como dijo hace meses la abogada de Piazzolla, Francesca Romana Lupoi, su representado tiene intención de cumplir.
La otra mitad de su testamento, con su mansión romana, joyas, obras de arte y restos arqueológicos, fue a parar a su único hijo, Andrea Milko. El juicio contra Piazzolla fue anunciado el 9 de julio de 2020 por la jueza Emanuela Attura siguiendo una denuncia de los familiares de la actriz, en concreto de su hijo, de su nieto, Dimitri Solfic, y de su exmarido, el empresario español Javier Rigau.
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