Adriana Abenia (39 años), una de las caras más conocidas de la pequeña pantalla, fue madre hace cinco años de su hija Luna, que se ha convertido en su prioridad, y aunque la también creadora de contenido nació en Zaragoza, ya hace mucho tiempo que vive en la capital, donde ha experimentado algunas de las emociones que le han cambiado la vida, como el nacimiento de su niña, fruto de su relación con Sergio Abad, con quien comenzó a salir cuando era adolescente y con el que ha celebrado su octavo aniversario de boda. Ahora les hemos visto disfrutar de un paseo en familia por Madrid, en unas imágenes llenas de ternura.
En una de las últimas entrevistas de la presentadora a ¡HOLA!, Adriana nos confesaba que no le gustaría que su pequeña se dedicara al mundo de la televisión: "Pues no, me gustaría que no se dedicara a nada de esto porque es un mundo muy inestable en el cual solo si tienes la cabeza muy bien amueblada puedes aguantar, y yo la tengo. Probablemente es la madurez que te dan los años". Y añadía que ahora se siente muy segura de mí misma. A la vista de estas imágenes, podemos apreciar que la presentadora es una mamá cariñosa y atenta con su niña, con la que pasea por las calles de Madrid cogida de la mano y a la que no duda en hacer caricias y carantoñas, ante la antenta mirada de su marido, Sergio.
Sergio, el amor de su vida
Con Sergio, su compañero de vida y con el que ha formado una familia, es su gran apoyo: "En mi caso fue el azar, un flechazo. Le conocí en el instituto y en el momento en el que le vi por primera vez dije: "Es él". La pareja se casó en el 2015, en una original ceremonia civil que tuvo lugar en Zaragoza y para la que Adriana vistió un look de novia muy rockero y poco convencional: una falda larga de tul de color melocotón combinada con una cazadora de cuero negra.
Su libro, en el que "se desnuda"
Adriana, también escritora, 'se desnuda' emocionalmente con su libro La vida ahora, donde no duda en compartir con los lectores cómo ha sido su experiencia en primera persona para sobreponerse a la presión del éxito, que le llevó a tener problemas de salud física y mental, y también cómo aprender de la experiencia. Lo narra desde las entrañas, en primera persona, echando la vista atrás hacia ese pasado que llegó a hacerle daño, pero contando cómo consiguió sanar sus heridas.