Si hay un modelo de mujer septuagenaria, esa es Jane Seymour. A sus 72 años, la exestrella de James Bond luce fabulosa en traje de baño mientras se da un chapuzón, para una exclusiva sesión de fotos con Hello!, nuestra edición británica, en la piscina de su mansión frente al mar, en Malibú. En un mundo preocupado por el envejecimiento, la actriz británica afrontó los cambios que se le presentaron a lo largo de las décadas con una mirada positiva: “Siento una libertad extraordinaria en este momento, de verdad”, asegura.
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Jane, que nunca se duerme en los laureles, vive la vida al máximo. No solo como estrella de Hollywood y protagonista de la célebre serie de televisión Doctora Quinn, en la década de los 90, sino también como una devota madre de cuatro hijos —Katherine (41 años), Sean (38) y los gemelos John y Kristopher (27)— y abuela. “Todos mis hijos ya despegaron y se fueron de casa, es momento para mí”, dice. “No tiene sentido hablar del año que viene o del siguiente porque no sé cómo será mi mañana. Vivo mucho el momento. Si alguien me pregunta: ‘¿Quieres?’, yo le respondo: ‘Sí, hagámoslo ahora, no lo dejemos para mañana’”.
Su nuevo romance con un guitarrista
Como alguien que parece conocer todos los secretos para vivir una vida larga, feliz y saludable, Jane comparte su experiencia sobre el envejecimiento y la menopausia con la esperanza de eliminar parte de los estigmas sobre estos temas: “El mundo está en contra del envejecimiento. Lo odiamos. Solemos exclamar: ‘¡Ay, Dios mío, una arruga! Hay que deshacerse de eso’. ‘¿Canas? ¡No, son aterradoras!’. Pero también se puede ver desde otra perspectiva y decir: ‘Ahora tengo tiempo en mi vida para hacer las cosas que realmente quiero hacer y tal vez pueda convertirme en la persona que quiero ser’”, reflexiona Seymour. “Nadie quiere hablar de envejecimiento, especialmente las mujeres, que están haciendo todo lo posible para parecer 20 o 30 años más jóvenes. Siempre existió esa cosa de que, una vez que cumples los 50 y no tienes bebés, listo, no sirves más. Pero, en mi caso, yo no había terminado en absoluto”, agrega.
‘Estoy feliz de estar viva y bastante sana. Y también me siento agradecida por tener excelentes relaciones con mis hijos, mi familia y mis amigos cercanos e incluso de la escuela’
De hecho, Jane permanece radiante y rebosa positividad y un entusiasmo contagioso: “Estoy muy feliz de estar viva y bastante sana. Y también me siento agradecida por tener excelentes relaciones con mis hijos, mi familia y mis amigos cercanos e incluso de la escuela”. Su alegría de vivir también puede ser el resultado de su nuevo romance con el guitarrista John Zambetti. Recientemente compartió en su cuenta de Instagram una foto junto al músico y escribió: “Nunca fui más feliz”. Después de cuatro matrimonios y una relación de nueve años con el productor de cine David Green, la actriz se siente afortunada de haber vuelto a encontrar el amor: “No guardo rencores. Proceso cosas con las que mucha gente se queda atrapada por el resto de sus vidas. Yo, en cambio, lo acepto y cambio. No tengo miedo de probar algo nuevo”.
La actriz atribuye su aspecto a dormir mucho, seguir una dieta mediterránea y no cambiar lo que no necesita arreglo: “Soy una persona de mejoras temporales más que de mejoras permanentes”
Jane domina el arte de envejecer con gracia y atribuye su aspecto a dormir mucho, seguir una dieta mediterránea y no cambiar lo que no necesita arreglo. “Soy una persona de mejoras temporales más que de mejoras permanentes. Si necesito pestañas, me las pongo. Si necesito más pelo, me lo pongo”, dice. “El privilegio de estar en el centro de atención es que te iluminan en la dirección correcta. Como soy actriz, a veces me piden que interprete a alguien mucho más joven (que mis años) y luego, en el mismo programa, mucho mayor que yo, así que mantengo mi cara en movimiento. No hago las cosas que hace mucha gente porque soy un lienzo en blanco. Quiero poder reproducir todas las emociones que existan”.
Su madre, un modelo a seguir
Mantenerse en forma también es importante, aunque es moderada con el ejercicio. Incluso solía practicarlo mientras aprendía sus diálogos para dar vida a la doctora Quinn: “No soy de esas personas obsesionadas con la actividad física. Era bailarina y mi cuerpo recuerda su tono muscular. Lo recupero bastante rápido si hago estiramientos y los movimientos básicos de barra que solía hacer cuando era bailarina de ‘ballet’”. También se asegura de dormir ocho horas cada noche , mantener una dieta saludable y hacer ayunos intermitentes. “Por lo general, le doy a mi cuerpo 16 horas, como mínimo, para que se recupere. A mí me funciona, pero no soy fundamentalista en ese sentido. Si salgo a una comida gloriosa, todo se va por la ventana”.
Octubre marca el mes de concienciación sobre la menopausia y, mientras reflexiona sobre sus propias experiencias, Jane recuerda haber superado esta fase de la vida con la ayuda de su doctora, Sherry Ross: “Llegué a la menopausia entre los 50 y 51 años, lo cual es perfectamente normal, y como no tenía antecedentes familiares de cáncer de mama, me recetaron terapia hormonal sustitutiva”, cuenta. Sin embargo, admite que no tuvo tiempo para los síntomas perturbadores de la menopausia, como el sueño, la confusión mental, la sudoración, la cara roja y la falta de memoria, porque su carrera despegó de repente. “Tenía que ocuparme de mis gemelos de cinco años y también de muchos negocios. Mi médico cree que mi actitud en ese momento de mi vida tuvo tanto que ver con mi éxito para superarla como los medicamentos que tomaba”.
También reconoce a su madre, Mieke Frankenberg, como un modelo a seguir. Mieke, que nació en Holanda y sobrevivió tres años y medio en un campo de prisioneros de guerra japonés, siempre fue una inspiración para ella: “De mi mamá aprendí mucho sobre cómo sobrevivir y de cómo aceptar las cosas y seguir adelante. No permitió que estar en los campos le impidiera tener una vida vibrante y fabulosa, por lo que la menopausia no fue gran cosa para ella”.
El consejo que le dará a su hija
Jane también es muy sincera respecto a cómo los cambios hormonales afectaron a su sexualidad: “El sexo se vuelve doloroso y tienes que encontrar otras formas de afrontarlo”, dice. “Hay medicamentos que pueden ayudar y, como todo en la vida, encuentras algo que funcione para ti y para tu pareja. Hay muchas formas diferentes de encontrar placer en la vida y ser una mujer completa”.
El consejo que le dará a su hija es el mismo que comparte con mujeres de todo el mundo: “Consulta a tu médico, averigua cuál es tu historia familiar y aprende a lidiar con tu superpoder, no hay nada de lo que avergonzarse”. En la misma línea, sostiene: “Ten sentido del humor y sigue adelante. No te digas que no puedes hacer cosas por eso. Repítete a ti misma que puedes, que lo vas a hacer y date una palmadita en la espalda cuando lo consigas”.
A la actriz le interesa señalar que la menopausia también tiene aspectos positivos: “No vas a tenerla por el resto de tu vida y no te quedarás embarazada. Puedes verlo de otra manera y decir: ‘Está bien, ahora tengo tiempo para ser mi verdadero yo, mi yo completo’”. Aprovechando cada oportunidad en la vida, recientemente hizo un viaje a Islandia: “Llevé a mis hermanas conmigo. Una de ellas había lidiado con problemas de salud importantes y ahí estábamos todas, volando en un helicóptero para observar un volcán activo”, cuenta. “Ahí me dije: ‘Esto está bien, esto es vivir’”.