Esconderse es uno de los instintos animales más básicos. Lo hacen tanto para cazar como para no ser vistos por los depredadores, aunque no todos tienen la misma habilidad. Hay algunas especies que se camuflan a la perfección con su entorno, como es el caso del búho que se encuentra sobre estas líneas. Por su plumaje en tonos blancos y marrones, es casi imperceptible por el ojo humano mientras se posa en las ramas, lo que lo convierte en un brillante cazador, ya que sus presas no son capaces de detectar su presencia.
A su lado, un colugo, que, por su tono marrón y verdoso, también puede hacerse pasar por un trozo de la corteza del árbol. Tan solo se le ve cuando salta de un árbol a otro. El caso contrario al de estos genios del camuflaje es el de los dos felinos africanos de las imágenes superiores. Ellos se intentan esconder... pero acaban siendo descubiertos. A la izquierda, un guepardo procura no salir en las fotos de los turistas en la reserva Tswalu Kalahari, en Sudáfrica, mientras que, al lado, un imponente león quiere pasar desapercibido en Masai Mara (Kenia)... pero su melena lo delata.
Una animalada de saltos... ¡también en el agua!
En tierra son rápidos, muy ágiles y jugar siempre se les da muy bien, pero hay algunos perros que van un poco más allá y son como auténticos atletas no solo en tierra firme, sino también en el agua, donde tienen que desarrollar más fuerza aún para correr e impulsarse.
Sobre estas líneas, un grupo de perros muestra sus increíbles habilidades mientras pasan un buen rato con sus dueños: desde la fuerza de un labrador corriendo donde el agua le cubre medio cuerpo hasta tres border collie que no dejan escapar su frisbee por muy alto que se lo lancen, y para descansar, se atreven también a practicar yoga. Son deportistas natos.