Cada vez somos más conscientes de que lo que comemos no solo afecta a nuestra salud física, sino también a nuestra salud mental. La frase “somos los que comemos” tiene cada vez más sentido porque vamos conociendo más sobre la importancia de la alimentación y una de las personas que trabaja para ello es Marta Verona. La nutricionista, que saltó a la fama como ganadora de la sexta edición del talent culinario MasterChef, trabaja duro a través de la televisión y las redes sociales para fomentar un estilo de vida y unos hábitos alimenticios saludables. También da clases de Nutrición en varias universidades y a cocineros en el Basque Culinary Center y con ella hemos hablado de la importancia de aprender a comer bien y los efectos que tiene la comida basura en nuestro organismo.
“Además de que la salud física es importante, también lo es la salud mental y por eso debemos evitar obsesionarnos con la comida, esa es una de mis labores en redes sociales también”, nos explica la nutricionista, que posaba en páginas de ¡HOLA! con su pareja, el entrenador Cesc Escolá, a quien también la pequeña pantalla cambió su vida, después de su programa Muévete en casa y de ser entrenador de Operación Triunfo. Parte de los hábitos alimentarios que tenemos los hemos adquirido de niños, por eso es muy importante que los más pequeños aprendan en los colegios y un problema que tenemos en la actualidad es que cada vez existen más productos comúnmente llamados “comida basura” o fast food. “Se está produciendo un aumento de consumo de alimentos ultra procesados que, literalmente, nos “hackean” el cerebro. Paralelamente, se está perdiendo un poco la dieta mediterránea. Conclusión, comemos peor y hay un mayor índice de obesidad y un mayor índice de enfermedades metabólicas”, cuenta Marta.
Este tipo de alimentos, afectan no solo a nuestro organismo, sino también a nuestro estado de ánimo. “Puedes llegar a tener ansiedad. Porque todavía tenemos un cerebro primitivo. Todavía seguimos pensando como el ser primitivo, aunque nuestra realidad ha cambiado de forma muy brusca. Entonces, ¿qué pasa? Antes el hombre primitivo no sabía cuándo iba a volver a tener su próxima ingesta y cuando encontraba alimentos que tenían mucha energía en forma de azúcares libres, refinados y de grasas saturadas, no podía parar de comer. Esto nos genera una sensación de ansiedad y de hiperactividad que es brutal”, nos detalla.
Además, también nos cuenta cómo actúa nuestro cerebro ante el azúcar: “Pienso que es como una droga, porque cuando la tomamos, nuestro cerebro se siente fenomenal. Si tomo alimentos con muchos azúcares, mi cerebro libera endorfinas y me siento satisfecha. ¿Qué sucede? Que nuestro cuerpo está acostumbrado a obtener esta sensación de recompensa de forma muy rápida con los alimentos con mucho azúcar, entonces, cuando yo me siento con ansiedad y triste, ¿qué hago? ¿Por qué la ansiedad me da hambre? Como azúcar porque me va a hacer sentir súper bien, igual que una droga”.
Este tipo de alimentos, si no los tomamos en su justa medida, tienen consecuencias en nuestro organismo a largo plazo, pero también a corto: “A corto plazo es un poco lo más visible, como malas digestiones, te puedes sentir súper hinchado, te sientes pesado, te puedes notar incluso la piel mal. Y a la larga, te puedo poner por ejemplo que ahora enfermedades metabólicas como la diabetes o enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, que son típicas en personas de 50 años en adelante, están apareciendo ya en personas de 25 años y esas cifras son alarmantes”.
Por eso es importante crear unos hábitos que podamos mantener en el tiempo y eso se consigue con constancia y también con paciencia, que, como nos dice Marta, es un factor muy importante a la hora de ver resultados. “Creo que nos hemos convertido en una sociedad muy impaciente. Queremos todo aquí y ahora, incluida también la salud y por eso caemos en las dietas milagro. Si comemos alimentos ricos en antioxidantes, en fibra, en proteína de calidad, mi cuerpo se va a sentir fuerte y esto me va a permitir también sentirme bien, sin tener que utilizar atajos que pongan en riesgo la salud a largo plazo”.