El heredero de Red Bull, Mark Mateschitz, es uno de los multimillonarios más jóvenes del mundo y el milennial más rico de toda Europa. El joven, de 31 años, ha recibido solo este mes un dividendo de 582 millones de euros como primer pago desde que heredó el imperio austríaco de bebidas energéticas tras fallecer su padre, Dietrich Mateschitz, en octubre de 2022.
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Mark Mateschitz con su padre, Dietrich Mateschitz, fallecido en 2022
Red Bull repartió la mitad de los beneficios de 1.560 millones de euros del año pasado entre los accionistas y pagó a Mark Mateschitz, que posee el 49% de la empresa, un total de 582 millones.L a familia Yoovidhya de Tailandia es propietaria del 51% restante. El año pasado el gigante de bebidas austriaco vendió un total de 11.600 millones de latas de Red Bull y registró unos ingresos de 9.835 millones de euros.
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Desde que falleciera su padre a la edad de 78 años, el patrimonio de Mateschitz está en aproximadamente 32.000 millones de euros, lo que le sitúa en el número 35 de la lista de multimillonarios en tiempo real de Forbes. Su padre fundó Red Bull en 1987, junto al fallecido empresario tailandés Chaleo Yoovidhya, que murió en 2012 y fue sucedido por su hijo, Chalerm, que posee el 51% de la compañía. Juntos hicieron que la firma de bebidas energéticas patrocinara el fútbol, las carreras de Fórmula 1 y deportes como el skate o el snowboard.
Mark Mateschitz con Christian Horner, director de la escudería Red Bull de Fórmula 1
Mark estudió Administración y Dirección de Empresas y, antes de que su padre muriese, ya tenía puestos de responsabilidad en la compañía. Sin embargo, tras herederar el imperio renunció a la división de bebidas orgánicas y a la administración de los otros negocios de su padre para centrarse por completo en su papel como accionista.
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El secreto del éxito de Red Bull radica en su historia. Después de un largo y agotador viaje hasta Tailandia, el fundador Dietrich Mateschitz pidió en el bar de un hotel de Bangkok que le pusieran una bebida que le ayudara a combatir el cansancio producido por el jet lag. Entonces le sirvieron una copa de Krating Daeng, una bebida local que utilizaban los camioneros para mantenerse despiertos en sus largos viajes. Después de probar ese curioso brebaje, Mateschitz quedó fascinado por el repentino bienestar que sintió en su cuerpo de forma milagrosa. A partir de entonces decidió asociarse con el creador de esa bebida, el tailandés Chaleo Yoovidhya, y juntos crearon su propia bebida para aumentar la resistencia física, la capacidad de concentración y reacción, que aportara más energía y mejorara el estado de ánimo. Con su eslogan “Red Bull te da alas”, los empresarios trataron de transmitir a los consumidores la idea de que todo aquel que la probara tendrías ganas de triunfar y alcanzar el éxito.