Matthew Perry tuvo una extensa y exitosa carrera profesional. El actor, que perdió la vida el pasado sábado a los 54 años, llegó a ganar hasta un millón de euros por cada episodio de Friends que grababa (más los correspondientes beneficios por las posteriores reposiciones que se han hecho de la comedia). Un dinero que sumado a otros trabajos en la pequeña y gran pantalla y a sus inversiones en el sector inmobiliario hicieron que el intérprete amasase una fortuna estimada en 120 millones de euros según ha podido calcular Celebrity Net Worth, un portal estadounidense especializado en temas de patrimonio de las celebrities.
Se desconoce si en el momento de su muerte el querido Chandler Bing tenía hecho testamento, pero al ser soltero y sin hijos el medio Page Six asegura que sus herederos serán sus padres: Suzanne Landon y John Bennett Perry; y sus cinco hermanos: Caitlin (42), Emily (38), Will (36), Madeleine (34) y Mia (37). Una familia muy unida que actualmente está rota de dolor por tan inesperada pérdida.
Hay que recordar que cuando el actor era tan solo un niño sus progenitores se separaron y rehicieron sus vidas con otras parejas. Su madre, que fue periodista y durante años trabajó en el gabinete de comunicación del exprimer ministro de Canadá Pierre Trudeau, se volvió a casar con el reportero y presentador Keith Morrison. Fruto de esta unión nacieron Caitlin, Emily, Willy y Madeleine.
Su padre, un reputado actor y modelo, también contrajo matrimonio en segundas nupcias con Debbie Boyle y amplió el clan dando la bienvenida a Mia, a la cual Matthew Perry estaba especialmente unido porque fue un apoyo fundamental en sus peores momentos con sus problemas de adicción. “Mientras que era como un robot Mía siempre estuvo conmigo. Yo lloraba porque sabía que todo lo que me estaba pasando era mi culpa, pero ella estaba ahí para consolarme”, relató el actor con cariño en su libro biográfico Friends, Lovers and The Big Terrible Things. (Amigos, amantes y aquello tan terrible).
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Precisamente, su enfermedad hizo que perdiese gran parte de su dinero, puesto que gastó nueve millones en intentar rehabilitarse pasando por 15 centros de desintoxicación y acudiendo a más de 6000 reuniones de Alcohólicos Anónimos. Además, entre 2013 y 2015 fundó una casa de acogida en Malibú para hombres en su misma situación con menos recursos económicos. Desgraciadamente, este lugar tuvo que cerrar sus puertas al no ser viable. “No funcionó porque era algo demasiado costoso y difícil de administrar”, reconoció en una entrevista con The Hollywood Reporter.
Sin embargo, el actor nunca se rindió en su lucha por intentar que otras personas no tuvieran que pasar por el mismo calvario que él con las drogas y alcohol y hasta el último momento estuvo implicado con distintas asociaciones benéficas. Por ello, Page Six tampoco descarta la opción de que algunas de estas ONGs puedan beneficiarse de alguna manera de la herencia.