El recientemente desaparecido Matthew Perry jamás pudo sentarse a ver la serie que le encumbró a la fama. El actor, de 54 años, quien moría de manera repentina este pasado sábado 28 de octubre tras sufrir un paro cardíaco, revelaba hace ahora justo un año que era incapaz de verse a sí mismo dando vida a su personaje de Chandler Bing en Friends porque "podía decir temporada tras temporada" en qué etapa se encontraba su adicción a las drogas y el alcohol.
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"Podía ir a beber, tomar opiáceos, cocaína... Me di cuenta temporada a temporada por cómo me veía. Por eso no quiero verlo, porque eso es lo que veo", confesaba el actor en una entrevista con Tom Power para el podcast Q, de la CBC. "Y no creo que nadie más pueda verlo, pero yo sí, y por eso no quiero verla" añadía Perry.
"Estaba extremadamente delgado. Tomaba 55 vicodinas al día, pesaba 60 kilos, me estaban viendo 30 millones de personas en Friends", pero él era incapaz de verse porque irremediablemente le hacía revivir el proceso de su adicción, así como todos los problemas a los que tuvo que hacer frente cuando no estaba delante de una cámara.
"Puedes seguir la trayectoria de mi adicción si mides mi peso de una temporada a otra: cuando estoy gordo, es alcohol; cuando estoy flaco, son pastillas. Cuando tengo barba de chivo, son muchas pastillas" relataba el irremplazable interprete, cuya perdida llora el mundo entero.
Mathew, quien llegó a confesar que se había desintoxicado 65 veces, la primera vez cuando tenía 26 años, explicó que todo iba a peor a medida que avanzaba la serie y aunque tenía la regla de no beber ni consumir drogas durante el trabajo por "respeto a las cinco personas con las que trabajaba", lo que hacía cuando se apagaban los focos y regresaba a su realidad irremediablemente le pasaba factura. "Un día llegué al set con una gran resaca. Estaba temblando tanto que tenía que pasar de la estantería a la mesa, apoyándome en cada uno de los muebles para no temblar" admitía el actor.
A pesar de los malos recuerdos que le traía la serie, Mathew, cuyo peso llegó a oscilar de los 58 kilos a los 102 durante la década que duró Friends, acabó admitiendo en el mencionado podcast que estaba barajando la posibilidad de volver a ver los capítulos, porque en el fondo, y dejando en un segundo plano sus adicciones fue una "experiencia increíble". “Fue magnífico tocar los corazones de diferentes generaciones. El papel de Chandler se ha convertido en algo muy importante y significativo para mí y, sí lo volvería a ver. Fue muy divertido y toda la gente fue amable. Y he estado demasiado preocupado por lo que viví aquellos años” señalaba el actor.
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Y es que, aunque logró salir de aquel pozo, Mathew no dudaba en afirmar por aquel entonces que "estuvo a punto de morir" por las secuelas de las drogas. De hecho, hace cinco años su colon estalló por estos excesos y a punto estuvo de no contarlo.Pasó dos semanas en coma, cinco meses y casi un año pegado a una bolsa de colostomía. Lo que le hizo replantearse de nuevo su orden de prioridades, después de que los médicos les dijeran a sus familiares que tenía un 2% de probabilidades de sobrevivir.
Ahora, su vida se ha apagado para siempre, pero su dura experiencia y su recuerdo no solo quedara en la memoria colectiva de aquellos telespectadores que desconectaron de sus problemas viendo Friends y a los que Perry hizo reír aún en sus peores momentos, sino por la huella imborrable que ha dejado en la historia de la televisión.