El pasado marzo, Valentina Suárez-Zuloaga recibió la llegada de la pequeña Tatiana, su segunda hija con Manuel de Lacalle. Pero este no es el único cambio en su vida familiar. La empresaria acaba de instalarse en su nuevo hogar , de 250 metros cuadrados, ubicado en el madrileño distrito de El Viso. Adentrarse en la casa de Valentina es descubrir arte en cada rincón: tiene un dibujo de su tatarabuelo Ignacio Zuloaga y varias obras de autores contemporáneos, además de llamativas esculturas y otras piezas decorativas que adornan la casa con un gusto exquisito. “Valentina mezcla muy bien colores, tiene una cosa innata”, nos apunta su madre, Margarita Ruyra de Andrade, que termina uniéndose a la sesión fotográfica de manera espontánea.
Su pasión por el arte, toda la decoración y la artesanía made in Spain , al igual que por la moda que se hace en nuestro país, la promueve en ES Fascinante, la plataforma que creó con su madre hace ahora cinco años. Un valor por lo español que Valentina nos trasmite a la vez que nos habla de los grandes cambios de su vida y posa en familia con sus dos hijas.
—¿Cómo ha sido la llegada de la pequeña Tatiana?
—Maravillosa, porque no puede ser más buena, más alegre, más feliz y más sonriente.
—¿Encuentras mucha diferencia entre el carácter de Valentina y su hermana, Tatiana?
—Las dos son muy buenas y sonrientes. Es la verdad, he tenido mucha suerte.
—¿Cómo ha recibido Valentina a su hermana?
—Con bastante dignidad. Muchos niños sufren un poco de celos o se sienten apartados, pero Valentina es una niña superquerida y segura de sí misma. Está feliz de tener a una hermana a la que cuidar.
—Nadie diría que has dado a luz hace siete meses. ¿Cómo te has recuperado?
—Ha sido el estrés (ríe). Cualquier madre que trabaje lo puede entender. Cualquiera. Me ayuda mi madre día a día, pero ha sido todo muy intenso.
“La maternidad lo ha cambiado todo: la forma de organizar y la vida. Dicen que las mentes un poco más creativas son un poco desorganizadas y en mi caso es completamente así”
—¿En qué te ha cambiado la maternidad?
—Me ha cambiado todo: la forma de organizar y la vida. Dicen que las mentes un poco más creativas son un poco desorganizadas y en mi caso es completamente así (ríe). Pero, a raíz de tener hijos, sí o sí tienes que ser más organizada.
—¿Cómo va esta etapa en la nueva casa?
—Muy ilusionante. Había que empezar todo desde cero y conseguir que todo esté bien decorado en el tiempo previsto: tres meses. Ha sido rápido porque tengo a la mejor, Lucía Sayans, que es arquitecta e interiorista. Gracias a Lucía, a mi madre y al apoyo que he tenido desde el equipo de ES Fascinante de arte y decoración, he logrado asimilarlo todo en ese tiempo.
—Nada más entrar en la casa se percibe mucho arte. ¿Qué puedes decir de la decoración?
—Todo es español. Casi todas las piezas son bastante modernas o tienen toques contemporáneos que se mezclan con lo tradicional. Incluso el cuadro de Ignacio Zuloaga —colgado en su salón—, por la manera en la que está enmarcado. Toda la decoración va enfocada a dar color y también a dar esa importancia a cada zona. Que no se coma zonas, sino que respire un poco. Luego, el mueble que más me gusta de toda la casa es el sofá azul, que es de The Bilboquet.
—Además, es maravilloso tener un cuadro de Zuloaga en el salón.
—Es una suerte. Es un dibujo realista clásico y luego se hizo el cuadro en óleo — ‘El chepa de Quismondo’—. Siempre ha gustado ese cuadro, porque es España: raíces y tradición, con un aspecto muy interesante. Consigue belleza algo que, de primeras, no es estéticamente lo más bello. Lo logra por la importancia que le da, la postura y la mirada.
—¿Qué tal pintas tú?
—(Ríe). Yo pintaba relativamente bien, porque mis padres me inculcaron la pintura desde niña. Pero hay que tener mucha paciencia y no la tengo (ríe). Hay que dedicarle tiempo y, para mí, todo tiene que ser inmediato (ríe).
—¿Qué te llama la atención de la vida de tu tatarabuelo?
—La gente tan fascinante que pintó y de la que se rodeó. En Zumaia se reunía con Albéniz, Valle-Inclán… También compartió estudio con Gauguin, en París. Eso es algo que he tenido muy presente: hay que rodearse de gente buena, que te aporte y te haga mejor.
—¿Qué admiras de su figura?
—Lo trabajador incansable, comerciante y estratega que fue. Se vio en su faceta de coleccionista. Luego, tenía una vena de empresario. Esa combinación me parece única. Sobre todo, en esa época.
—¿Qué supone llevar el apellido Zuloaga?
—(Se para a pensar). Si te soy sincera, lo voy asimilando con la edad. Nunca le he dado ni más ni menos importancia. Esa es la suerte de nacer en mi familia y con los valores en los que me han educado.
—Se cumplen cinco años de tu aventura empresarial. ¿Qué balance haces?
—Ha sido una montaña rusa de emociones, pero siempre hacia arriba. Ahora queremos internacionalizar ES Fascinante. Sobre todo, a Estados Unidos, donde tenemos una audiencia que nos compra más. También comunicar el momento lifestyle, de decoración de arte. ES Fascinante va más allá de la moda e incluye todas las artes decorativas y la artesanía.
—¿Qué supuso para vuestro proyecto que la Reina Letizia fuese cliente vuestra?
—Fue maravilloso. Cualquier marca que vista doña Letizia lo nota, tanto en su visibilidad como en ventas. A nivel posicionamiento internacional, nos hace un favor a España.
—Entonces, es real su repercusión.
—Es real. Al igual que se espera que Kate Middleton vista de moda inglesa, de la Reina Letizia se espera que vista moda española, a la que apoya muchísimo. Esperamos vestirla más.
—¿Has conocido a la Reina en persona?
—No, pero mi madre sí, en el 275 aniversario del nacimiento de Goya. La casa en la que nació Goya —en Fuendetodos (Zaragoza)— es de mi familia.
Valentina admira el estilo de Sofía Palazuelo, gran amiga suya: “Nos conocemos por nuestras madres. También su tatarabuelo Gregorio Marañón e Ignacio Zuloaga eran íntimos”
—¿Quién dirías que te parecen elegantes?
—Beatrice Borromeo, mi madre… También me encantan Carolina de Mónaco y Kate Middleton, que es perfecta para la función que desempeña. Obviamente, Sofía Palazuelo —su amiga— me parece elegantísima. También mi abuela Margarita, la madre de mi madre.
—¿Habláis mucho de moda Sofía y tú?
—De moda no tanto. Ella tiene un estilo muy claro y se conoce muy bien. Cuando viene a ES fascinante ya sabe lo que quiere. Ahora estamos con el momento bebés.
—¿Intercambiáis consejos, habiendo sido las dos madres de dos niñas al mismo tiempo?
—Ha sido impresionante lo de nuestro grupo de amigas, porque, en cinco meses, cinco hemos sido madres seguidas. Encima, casi todas con niñas. Entonces, nos acompañamos mucho y compartimos consejos, inquietudes, frustraciones y planes. Estar en un mismo momento vital te hace unirte más. Es la realidad.
—Es curioso cómo es el destino que tu tatarabuelo pintaba a la familia Alba y, ahora, Sofía es de tus mejores amigas de la infancia.
—Nos conocemos porque nuestras madres eran amigas. También Gregorio Marañón —tatarabuelo de Sofía— e Ignacio Zuloaga eran íntimos. En nuestro grupo hay otra amiga que es descendiente de Juan Belmonte —torero vasco—, que era íntimo de Marañón y Zuloaga.
—Madre, empresaria de éxito… ¿Cuál dirías que ha sido tu mayor golpe de suerte?
—Mi marido. Es la persona más importante de mi vida.