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Jennifer Lawrence ha estado compaginando su vida profesional con la personal de la mejor forma que ha podido. Para la actriz estadounidense, de 33 años, lo primero es su hijo Cy, que ya tiene año y medio, pero siempre ha tenido claro que no quería dejar de lado su carrera. De hecho, se incorporó al trabajo rápidamente tras dar a luz. Durante estos últimos meses, la ganadora de un Oscar por El lado bueno de las cosas ha retomado también su vida social, acudiendo a diferentes estrenos, galas de premios, desfiles... recuperando el estilo y el glamour que siempre la han caracterizado.
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© Getty Images
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Así de espectacular la hemos visto esta semana en la fiesta anual WWD Honors, que reconoce a diferentes personalidades del mundo de la moda, y que se ha celebrado en el exclusivo restaurante Cipriani South Street de Nueva York. Jennifer se convirtió en el centro de todos los flashes con su elegante vestido negro de escote asimétrico firmado por Dior que combinó con unos tacones de charol nude. Además, dio el toque de color a su look con unos intensos labios rojos y unos llamativos pendientes dorados tamaño XXL.
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© GtresonlineHoras después, la protagonista de Los juegos del hambre, Gorrión rojo y No mires arriba cambió totalmente de registro para disfrutar de un paseo con su hijo. Jennifer pasó de la elegancia a la comodidad, tal y como puede verse en estas imágenes. La actriz recorrió las calles de Nueva York junto a Cy, que iba sentado en su carrito.
Lawrence quiso ir bien preparada y llevaba de todo: desde un patinete a un casco, pasando por diferentes juguetes, una silla plegable, un plumas, una mochila... La intérprete estadounidense iba vestida de lo más normal, con un jersey de color mostaza, camisa blanca larga y gafas de sol, además de unas sandalias planas y calcetines.
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No hay duda de que la oscarizada actriz está viviendo una etapa muy bonita. En la primavera de 2018 conoció al galerista Cooke Maroney y, aunque intentaron mantener su relación alejada de los focos, no pudieron evitar que su amor se hiciera público. La pareja se comprometió en febrero de 2019 y unos meses después celebraron su boda rodeados de sus familiares y amigos. Jennifer y Cooke eligieron para darse el 'sí, quiero' el castillo Belcourt de Newport, en Rhode Island, que es conocido por las misteriosas leyendas y fantasmas que lo rodean. Les acompañaron alrededor de 150 invitados, entre los que hubo rostros tan conocidos como Emma Stone, Amy Schumer, Ashley Olsen, Adele o Kris Jenner.
Dos años después, en febrero de 2022, vino al mundo su primer hijo. La pareja quiso ponerle el nombre de Cy en honor del pintor Cy Twombly, uno de los artistas favoritos de Maroney. Desde entonces, tanto la actriz como el galerista están totalmente volcados en la crianza de su pequeño, que se ha convertido en la alegría de la casa.
