“Ni en mis mejores sueños podía imaginar un día así. Fue tan bonito, tan especial… Lloré un montón, fue superemotivo, una montaña rusa de emociones”, eran las palabras de Marta Pombo , “aún en una nube”, un día después de dar el “sí, quiero” rodeada de su familia y amigos al padre de su hija, el odontólogo Luis Zamalloa.
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Era el broche de oro a una relación que empezó en 2021, cuando ellos menos lo esperaban, y que avanzó con paso firme hasta que cumplieron su sueño de formar una familia, con la llegada de su primera hija, Matilda. Meses antes de su nacimiento, se comprometieron y fijaron la fecha de su enlace: sería el 21 de octubre de 2023 y el destino quiso que terminara coincidiendo con el primer cumpleaños de su pequeña.
La influencer dio el “sí, quiero” en una ceremonia civil en la que su hija, Matilda, que celebró su cumpleaños, y sus sobrinos, Martín y Vega, tuvieron un importante papel
Antes de la una del mediodía, comenzaron a llegar los primeros invitados a La Borda del Mentidero, escenario de la ceremonia civil y la fiesta. Un lugar lleno de significado para la familia, ya que en este restaurante de Madrid han festejado muchas cosas, como el bautizo de Matilda o la pedida de mano de María, y ahora era el momento de crear allí un nuevo y bonito recuerdo.
La sonrisa de las hermanas de la novia, María y Lucía, lo decía todo: iba a ser un enlace muy especial. María, acompañada por su marido, Pablo Castellano, y sus hijos —Martín, de dos años, y Vega, de tres meses—, no podía ocultar ciertos nervios, al igual que Lucía, que fue con su marido, Álvaro López Huerta.
Entre los 200 invitados, la mitad de ellos del País Vasco —tierra natal del novio—, no faltaron compañeros de profesión de las hermanas Pombo, que en los últimos años han terminado convirtiéndose en su segunda familia: desde María García de Jaime y Tomás Páramo, María Fernández-Rubíes, Marta Lozano y Lorenzo Remohi —que esperan su primer hijo—, Teresa Andrés Gonzalvo e Ignacio Ayllón hasta Natalia Coll con Adrián González y Gotzon Mantuliz con su mujer, Patricia Andreiñua.
El novio hizo su entrada del brazo de su madre, Isabel, y con su pequeña en brazos. Tras ellos, Martín protagonizó una de las anécdotas más tiernas, ejerciendo de paje y llevando a su hermana pequeña en un moisés. Después, llegó el momento más esperado, la entrada de la novia junto a su padre, Víctor Pombo, y quedó desvelado su gran secreto: su vestido de novia.
Marta confió en Jorge Redondo, fundador y director creativo de la firma Redondo Brand, y apostó por un vestido de costura confeccionado especialmente para ella en crepe de seda, con falda para la que han empleado más de 30 metros de bambula de seda y cuerpo de tul ligero de seda, drapeado en el pecho.
Durante la ceremonia hubo muchas lágrimas y los novios pronunciaron sus votos con el corazón en la mano: “Eres exitosa, pero humilde; eres generosa, cariñosa, amas a tu familia , siempre buscas el bien de los que te rodean y no hay nada mejor que estar a tu lado”, decía Luis.
“Lloré un montón, fue una montaña rusa de emociones”, confesaba al día siguiente Marta, que sorprendió con sus dos looks nupciales
También fueron muy comentadas las palabras que les dedicó Tomás Páramo: “De repente apareciste tú, Zama, cuando ella era incapaz de amarse a sí misma, le enseñaste a amar tan fuerte que aprendió el valor de quererse, transformaste en luz su oscuridad e hiciste de unos ojos, por aquel entonces apagados, un universo lleno de estrellas”.
Un primer cumpleaños feliz
Una vez terminada la ceremonia, los invitados felicitaron a los recién casados y disfrutaron de un cóctel y de un almuerzo a base de canelón de cigalas y langostinos tigre con jugo de gamba roja y puerro; solomillo de buey con salsa Perigord acompañado de patatas horneadas a baja temperatura, y de postre, tarta Paulova con coulis de frutos rojos.
Después, fue el momento de la otra gran protagonista del día, Matilda, que sopló la vela de su tarta en brazos de sus padres, mientras todos entonaban el cumpleaños feliz.
Tras el almuerzo comenzó el baile, donde hubo música en directo, y al caer la noche, la fiesta continuó y Marta lució su segundo vestido nupcial , también firmado por Jorge Redondo. Todos bailaron, hasta los más mayores, para celebrar el final feliz de la historia de amor de Marta y Luis, que ya disfrutan de su luna de miel en Sri Lanka y Maldivas.