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Fue en 2012 cuando el recientemente fallecido Fernando Fernández Tapias, de 84 años, recibió el golpe más duro de su vida, la pérdida de su hijo Bosco José, de 40 años, el cuarto hijo que el empresario naviero tuvo con su primera mujer, Victoria de la Riva, con la que pasó veinticinco años de su vida. El joven desapareció el 28 de septiembre de 2010 mientras practicaba submarinismo en la costa de Puerto del Carmen (Lanzarote), y no fue hasta dos años después cuando dos buceadores descubrieron su cuerpo a 90 metros de profundidad, poniendo así punto final a todas las esperanzas de encontrarle con vida.
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A pesar de amplió dispositivo de búsqueda que se organizó para encontrarle, tras sospecharse desde el primer momento que el hijo del empresario podría haber sufrido un accidente durante su inmersión, los esfuerzos no dieron los resultados esperados y en junio de 2012 tras las pruebas de ADN pertinente tan sólo se pudo confirmar que el cuerpo hallado en las profundidades de playa Chica, en el municipio de Tías, al sur de Lanzarote, era el de Bosco José Fernández Tapias.
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Completamente abatido, Fernando Fernández Tapias hizo público un sentido comunicado antes de refugiarse en Galicia en compañía de su familia. "Mis hijos Fernando, Borja, Iñigo, Sandra, Tito, Iván y Alma, y mi esposa, Nuria González, queremos agradecer enormemente todas las muestras de afecto, de apoyo y condolencia que nos han enviado por el fatal y triste accidente que ha padecido Bosco. Muchísimas gracias y un fuerte abrazo".
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Cabe recordar, que el empresario, que también fue presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE entre 1985 y 2002 y vicepresidente primero del Real Madrid Club de Fútbol, tuvo ocho hijos y ha estado casado hasta en tres ocasiones. La primera de ellas, tal y como hemos mencionado anteriormente, con Victoria de la Riva, de cuyo matrimonio nacieron cuatro hijos: Fernando, Borja e Íñigo, así como el fallecido Bosco. Años después Tapias contraería matrimonio con Juana García-Courel, con la que ampliará la familia hasta en dos ocasiones con la llegada de Alejandra y Juan Carlos. Y, por último, con Nuria González, madre de sus hijos Iván y Alma, y junto a la que acaba de celebrar su vigésimo primer aniversario de boda el pasado 14 de octubre.
Sin embargo, el dolor por la muerte de su hijo siempre estuvo presente para él, tanto en la intimidad como en los grandes momentos, donde siempre le recordaba, ya fuera un cumpleaños, un aniversario o una reunión familiar, pues el vacío que dejo su inesperada marcha en la vida del empresario tras sufrir aquel terrible accidente fue imposible de llenar.
