Algo más de ocho años han pasado desde que Aida Domènech, más conocida en Internet como Dulceida, y Alba Paul anunciaran su relación sentimental. Ocho años en los que sus vidas han dado un giro mayúsculo en todos los aspectos y que les han llevado a consolidarse como una de las parejas más queridas del panorama influencer. Su historia de amor es una de esas que parece sacada de una comedia romántica y que despierta la admiración de millones de personas, pero no ha estado exenta de momentos duros, pues, pese a que ambas siempre han sabido que eran la una para la otra, decidieron emprender caminos separados hace justo dos años, en octubre de 2021. Una ruptura muy complicada para ambas que se desencadenó pasada la pandemia y tras la que en abril de este año se dieron una segunda oportunidad, título con el que han bautizado el primer capítulo del proyecto que han lanzado mano a mano, su nuevo podcast Destino: las estrellas, y que esta noche presentan en el plató de El Hormiguero.
De Laura Escanes a Anabel Pantoja: la gran fiesta del pijama de Dulceida por su 34 cumpleaños
El inicio de su historia de amor
Este podcast es el primer proyecto laboral que Dulceida, que ayer sopló las velas de su 34º cumpleaños arropada por los suyos, un aniversario que celebró el pasado viernes con una fiesta de temática Pijama Party, y Alba, de 36, lanzan juntas. Un reto que acaba de ver la luz en Podimo y en el que prometen sumergirse en el viaje a dos "más emocionante que han hecho hasta la fecha": "En cada episodio la pareja hará un alto en el camino para acurrucarse en la parte de atrás de su camioneta y tener una conversación íntima sobre temas que interesan a ambas", desde amistad hasta autoestima, pasando por celos o haters, reza la descripción del espacio. Ha sido precisamente en su primera entrega donde han reflexionado sobre el tiempo que pasaron separadas antes de reconciliarse. "Llevábamos un año y medio de mucho dolor por ambas partes", ha reconocido Alba, unas palabras a las que Dulceida ha replicado que le daba miedo que no fuesen capaces de perdonarse "ciertas cosas que habían pasado durante ese tiempo" en el que el vínculo tan sano que tenían durante su romance pasó a ser tóxico y tuvieron varios meses de contacto cero.
Pero hasta llegar a estas profundas reflexiones, las influencers catalanas han vivido una infinidad de momentos que han forjado su férrea unión a lo largo del tiempo. Alba descubrió el mundo de las redes sociales al conocer a Dulceida, que por aquel entonces ya contaba con varios años de trayectoria en el sector, y en la actualidad se dedica a crear contenido, además de su faceta como empresaria en The Feather Van, compañía de alquiler de campers en Madrid, Barcelona, Valencia, Tenerife, A Coruña y Sevilla en la que comparte acciones con una amiga. Sus caminos se cruzaron en la inauguración de una galería en la Ciudad Condal donde la hija de Anna Pascual y Salvador Domènech estaba trabajando y, aunque la primera impresión que Alba tuvo de Dulceida no fue la mejor, con el paso del tiempo surgió la chispa. Los frecuentes encuentros en fiestas y la sintonía de la influencer con las amigas de Alba hizo que se reunieran en más de una ocasión y terminaron encajando hasta el punto de convertirse en uña y carne.
Su primer beso, su primer viaje y su compromiso
Si bien no tuvieron una primera cita como tal, aprovechaban cada instante para pasar tiempo juntas y quedada tras quedada todo fluyó con naturalidad. Pronto llegó su primer beso, en el que Alba dio el paso inicial, y conocieron a sus familias: Dulceida ya había presentado a Alba en casa como a una amiga y Alba llevó a Dulceida a su Girona natal para que conociera a su madre, a sus hermanas y a su abuela. "Me enamoré de su familia y de ella más", reconoció Dulceida tiempo después: "Yo la conocí y pensé 'qué chica más guapa', y me sorprendió. Pero no lo dije como una chica cualquiera, noté algo. No la estaba viendo como a una amiga mía. Hasta que un día mi madre me dijo 'te gusta, ¿verdad?'. Me dejé llevar y fue maravilloso", comentó en una visita a El Hormiguero. Luego llegó su primer viaje juntas a Ámsterdam y, meses después, la gran pedida.
Fue durante el Dulceweekend, el festival de Dulceida, de 2016 cuando Alba se sobrepuso a la verguenza que se apoderaba de ella para regalar a la que terminaría siendo su mujer "la pedida más alucinante del mundo": "Me sorprendió muchísimo", admitió Dulceida, a quien entregó un espectacular anillo de Tous de oro blanco con un fabuloso diamante de cuatro quilates. En pleno concierto acústico de Carlos Sadness, que también ejerció como oficiante del posterior enlace junto a Javier Calvo, Alba se arrodilló e hizo la gran pregunta. "Obviamente, ¡sí!", replicó emocionada Dulceida, que recuerda aquel como "uno de los mejores días de mi vida". Rápidamente, todos sus amigos entraron al escenario y, mientras las novias se fundían en un sentido beso, rociaron litros de cava sobre ellas.
Su gran boda y sus planes de formar una familia
El gran enlace se festejó en un entorno de excepción. La cala Morisca de Sitges, ciudad costera ubicada al sudoeste de Barcelona, fue el escenario que vio a la radiante pareja sellar su amor al son de I don't Wanna Miss a Thing, de Aerosmith, y Let it go, de la película Frozen. Arropadas por todos sus seres queridos y enfundadas en impresionantes estilismos del diseñador Ze García, amigo de ambas, pronunciaron su inolvidable 'sí, quiero', al que siguió el baile nupcial, con Comiéndote a besos, de Rozalén, de fondo. El feliz matrimonio, que instaló su residencia en la Ciudad Condal, se consolidó en un referente de masas y en un incondicional apoyo la una para la otra en sus respectivos proyectos personales y profesionales.
El pasado año, en noviembre de 2022, Dulceida, que también es la creadora de los Premios Ídolo y de la agencia de creadores digitales IN Management, lanzó su propio documental en Amazon Prime Video, Dulceida al desnudo, una producción que tenía por objetivo acercar a sus fans a su frenética y extravagante vida repleta de compromisos, viajes, desafíos y altibajos. En los cuatro capítulos, en los que se muestra cercana y natural, también aborda asuntos tan íntimos como sus problemas de salud, la ayuda terapéutica que recibe, su enfrentamiento judicial con una acosadora y los dos grandes varapalos de su vida: la ruptura con Alba y el fallecimiento de su abuela, por quien sentía profunda devoción. Por fortuna, las vidas de la pareja vuelven a estar unidas y la felicidad de Alba que conquistó a Dulceida, a quien se refiere cariñosamente como su "bebé", está más presente que nunca en sus corazones y ahora también en formado audiovisual cada domingo en Podimo. De cara al futuro, ambas tienen presente su propósito de formar una familia, planes de maternidad de los que Dulceida ha hablado recientemente: "Del año que viene no pasa", aseguró en una entrevista que ofreció al programa de Nil Ojeda, 100 minutos.