“Me gusta vivir en Mallorca porque es lo que conozco, porque aquí está mi familia y porque es una isla muy bonita, donde podemos llevar una vida poco estresante”, confesaba Toni Nadal hace unos días en las páginas de ¡HOLA! Junto a su mujer, Joana Vives, el tío de Rafa Nadal nos abrió las puertas de su casa y, en un reportaje excepcional, posó pro primera vez con su familia.
El que fuera entrenador durante 27 años de uno de los mejores deportistas de todos los tiempos vive en Porto Cristo, un pueblo pesquero de la parte oriental de Mallorca, en una preciosa y apacible villa junto al mar, de la que Toni y Joana nos han enseñado algunos rincones. Aunque es la residencia habitual de la familia, se trata de una casa en la costa, por lo que su estilo es relajado y mediterráneo, una fusión de tendencias y piezas artesanales, en espacios abiertos, que, como la propia isla, invitan a la calma.
Se trata de una casa de fachada limpia y cubierta plana. El minimalismo, el juego de volúmenes y la sostenibilidad son los aspectos que dominan en este tipo de construcción. En su interior, las superficies acristaladas permiten disfrutar de las vistas y de toda la luz exterior, que inunda las estancias de luminosidad.
Palmeras y buganvillas
La vivienda, distribuida en varias alturas, está rodeada por un extenso jardín, en el que abundan palmeras y plantas trepadoras, sobre todo buganvillas, que aportan calidez y color a la zona chill out. Bajo una pérgola de estructura metálica, se encuentra un cómodo y moderno sofá de exterior, con múltiples cojines, que decoran y aportan un extra de confort. Además de disfrutar de largas sobremesas, desde esta zona del jardín la familia disfruta de la espectacular visión del mar, cuyo azul se confunde con el de la infinity pool, enmarcada por losetas de piedra caliza.
Junto a la zona de los sofás, en el porche, se encuentra el comedor de verano, formado por una mesa rectangular de grandes dimensiones y un juego de elegantes sillas de diseño danés, con la estructura de madera y los asientos de cuerda tejida a mano. En el techo, una lámpara de ratán da el toque rústico y mediterráneo a esta zona.
La decoración de la mesa va en la misma sintonía tradicional. Sobre un mantel en vichy blanco y marino, se ha colocado otro de menor tamaño, con estampado de cuadros más grandes en blanco y amarillo, a juego con el color de los cuencos, que se alternan con platos llanos y platos de pan de estilos y tonos diferentes, siguiendo la tendencia de mezclar vajillas que tanto se usa actualmente para vestir las mesas. Los cubiertos con mango de bambú y las servilletas de hilo con bordado de abeja aportan un plus de estilo al aire campestre de la mesa.
Espacios en blanco y deco sencilla
Respetando las espaciosas estancias de la casa, la decoración huye de la sobrecarga ornamental y apuesta por el minimalismo con toques rústicos. En el salón, dividido en dos ambientes —la zona de sofás y la de comedor—, mullidas alfombras de tonos neutros delimitan cada espacio. Un amplio sofá rinconera de terciopelo oscuro preside la zona de relax, junto a una mesa de centro de cristal. En la pared, obras de arte abstracto cuelgan junto a dos espejos con patrón de rejilla y, si a un lado del sofá, vemos una mesa auxiliar de línea contemporánea, al otro, una consola de raíces de madera “rompe” la estética imperante.
En la zona del comedor, la pared de un tono diferente, gris topo, resalta tras la estantería de líneas simples, compuesta por anchos tableros blancos. La lámpara de techo, con una maxipantalla de fibra natural, destaca por su espíritu desenfadado y artesanal; en acabado desfilado, es el elemento decorativo que domina el espacio. La mesa, grande y cuadrada, permite dar espacio a más comensales que una de formato convencional. En torno a la misma, las sillas, también de fibras naturales, dan armonía al conjunto.
La cocina, siempre se ha dicho, es el corazón de la casa y la de la familia de Toni Nadal se ajusta a esta máxima. Muy luminosa, como el resto de la vivienda, gracias a la gran cristalera que conecta con el jardín, está equipada con muebles en blanco; consta de una gran isla central, con encimera de piedra también blanca, en la que se encuentra la zona de trabajo, además de hacer las veces de mesa, para desayunar o tomar algo, mientras se cocina. Por este motivo, a su alrededor se encuentran taburetes altos con respaldo, de diseño vanguardista y también alberga una campana extractora cilíndrica, ideal para este tipo de distribución, que además de funcional es muy decorativa.