Meryl Streep y Antonio Banderas, dos grandes genios de la interpretación, se reunieron en Oviedo para mantener un encuentro único y emocionante, del que nos dejaron maravillosos testimonios de cómo se conocieron, el ánimo de lucro en la industria de Hollywood, su gran pasión por el cine y ¿por qué no? del susto que se llevó Banderas al sufrir un ataque al corazón. El actor malagueño, de 63 años, no pudo ocultar la emoción y el orgullo que siente de ejercer como anfitrión de una leyenda del cine como es Meryl Streep, de 74, a quien recibió con una reverencia. La ganadora de tres premios Oscar y con 21 nominaciones en su haber recibirá el premio Princesa de Asturias de las Artes, de manos de la princesa Leonor, mañana viernes en el Teatro Campoamor. "Un gran premio para una gran mujer", destacaba Banderas junto a una foto con la actriz con más talento de su generación.
Tras el coloquio de ambos actores en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo, cuyas entradas se agotaron en cuestión de segundos, Banderas y Streep salieron a cenar juntos. Los astros del cine, que además de compañeros son amigos, eligieron Casa Fermín para probar algunos platos de la cocina asturiana, aunque ciertamente no los más típicos. Acompañados de cuatro personas más, entre los que estaba el hermano de la actriz, Harry William, disfrutaron de una distendida cena en uno de los salones reservados de este restaurante con un siglo de tradición, al que suelen acudir numerosos rostros conocidos en Oviedo.
¡HOLA se ha puesto en contacto con Luis Martínez, dueño del restaurante Casa Fermín, que muy amablemente nos atendió y nos contó el gran honor que sintió de tener entre sus comensales a estos poderosos intérpretes, que se mostraron "cercanos y entrañables" con todo los presentes. No hubo fotos del momento para preservar su intimidad, aunque no dudan que "de habérselas pedido, seguro que se las hubieran hecho".
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"Cenaron fenomenal" y llamó especialmente la atención "lo agradables, amables, educados y verdaderamente encantadores que fueron". Dada la amistad de Banderas y Meryl, que se remonta al rodaje de La casa de los espíritus, donde por primera vez coincidieron hace tres décadas, y volvieron a trabajar juntos en La lavandería en 2019, alargaron la sobremesa para aprovechar este bonito reencuentro. La anécdota final llegó en la despedida cuando a la hora de abandonar Casa Fermín, se despidieron de todo el personal del restaurante estrechándose la mano y Banderas no dudó en abrazar muy cariñoso a María Jesús Gil, la mujer del dueño, que fue la encargada de anotar la comanda y de atenderles maravillosamente.
En el menú asturiano no faltaron algunos entrantes de temporada como el salpicón, las alitas o las anchoas con crema de quesu Afuega'l Pitula, según detalla el diario El Comercio, y como plato principal se sirvió merluza de pincho de Cudillero con emulsión de su jugo y pisto de tomate. Para finalizar les ofrecieron una degustación de postres variados en los que no faltaron milhojas de chocolate blanco y casadielles, dulce típico asturiano. A la salida, las estrellas de Hollywood se encontraron con numerosos fans, que querían ver de cerca y fotografiarse con sus ídolos. Se pararon brevemente a saludar y dieron muestras de que son todo un ejemplo de simpatía, humildad, talento y profesionalidad.
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