Pablo Urdangarin es todo un fenómeno social. El segundo de los cuatro hijos de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín se convirtió en el más “mediático” de sus hermanos tras la separación de sus padres. En aquel entonces, el joven deportista dio una gran muestra de madurez y buena educación, y se ganó a todo el mundo como el portavoz improvisado de su familia en un momento muy difícil. Desde ese instante, el interés por su vida creció exponencialmente.
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Pablo es el único que ha seguido los pasos de su padre en el mundo del deporte. El pasado mes de agosto, fue presentado oficialmente como jugador del equipo de balonmano Fraikin BM Granollers, club por el que ha fichado hasta 2025, tras abandonar el Barça, el equipo que le vio nacer, y donde su padre estuvo tantos años como jugador, con 27 partidos y 44 goles marcados. Ahora sigue sumando triunfos a su palmarés, éxitos que celebra con su novia, Johanna Zott , que no se pierde un solo partido del joven Urdangarín.
El sobrino de Felipe VI y la también deportista —juega al voleibol en la categoría Senior B del Voley Esplugues—fueron fotografiados recientemente mientras iban de compras por Barcelona , unas imágenes que nos mostraron que Pablo es un joven que tiene una forma muy personal de vestir. Aunque su atuendo es similar al de todos los chicos de su edad —pantalones vaqueros o chinos, camiseta y deportivas—, su forma de llevar la sudadera, con las mangas cruzadas y anudadas sobre el pecho, ha creado tendencia.
De ser un básico para hacer deporte, la sudadera se ha convertido en la prenda imprescindible del atuendo juvenil en todas las épocas del año. Con el cuello redondo o con capucha, en invierno o en verano, las sudaderas lisas o con logos de empresas y escuelas universitarias son el objeto de deseo de adolescentes y jóvenes de ambos sexos, que las han incorporado a sus estilismos más casual.
Pero si la mayoría suele usarla anudada a la cintura o sobre la espalda, con las mangas cayendo por delante de los hombros, cuando no hace frío, Pablo prefiere llevarla a su manera: cruzada y atada sobre el pecho, como ha demostrado en varias ocasiones: así la llevaba también cuando fue fotografiado junto a su madre y su hermana, Irene, mientras daban un paseo por Barcelona, el pasado mes de junio.
Alto, guapo y en plena forma, Pablo Urdangarin es un joven admirado por su carácter y sufísico privilegiado. Aunque quiere mantenerse alejado de los medios de comunicación y permanecer concentrado en su carrera deportiva, en seguir mejorando como jugador y en lograr sus sueños — “ir a los Juegos Olímpicos, ganar alguna medalla con tu país y tu gente y, quién sabe, ganar una Champions”, declaró tras fichar por el Granollers—, cada una de sus apariciones es observada al detalle. Por eso, no es extraño que llame la atención con su personal forma de vestir.