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Carlos Maldonado es tal cual se ve: inquieto, humilde, noble y espontáneo. Le descubrimos en MasterChef, cuya tercera edición ganó, y desde entonces, a base de trabajo, ha encontrado su sitio en la cocina. Unido a sus orígenes, en la localidad toledana de Talavera de la Reina, ha montado allí su fortín, el restaurante “Raíces” que tiene una estrella Michelín y acaba de publicar su cuarto libro de cocina, 15o recetas para hacer en casa , publicado por la editorial Espasa.
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-¿Qué podrán encontrar los lectores entre sus páginas?
-Pues mira, podríamos decir que se trata de un libro sencillito con recetas muy divertidas, saludables y ricas que pueden hacer en sus casas.
-En el mercado hay muchos recetarios, ¿qué diferencia al tuyo del resto?
-Que está basado en el proyecto “Semillas” y que todas las recetas las han elaborado nuestros chicos de la Fundación Raíces y se han servido a nuestros clientes. Son chicos en riesgos de exclusión social y el 95% por ciento de ellos se han incorporado ya al mercado laboral. Además, parte de la recaudación obtenida con la venta del libro irá destinada a dicha Fundación.
-¿Qué sientes al ver a los chicos que han pasado por tu Fundación trabajando?
-Estoy muy contento y muy orgulloso de lo que han hecho. Porque yo no he hecho nada por ellos. Lo único que hemos hecho es poner una herramienta a disposición de quien lo necesita. Quien tenga la posibilidad de aportar un granito de arena, debe ponerlo. Sería egoísta no hacerlo.
-¿A tí que te impulsó a poner en marcha este proyecto?
-Yo soy uno de esos chicos y chicas que se sentían perdidos en el camino, que tenían poca confianza en si mismos y que no tenían muy claro qué hacer con su vida. Yo encontré mi camino en la cocina y me empecé a sentir útil gracias a ella. Esa sensación de sentirse útiles es la que necesitan los chicos de la Fundación. Necesitan sentir que valen y que pueden salir adelante si quieren hacerlo.
“Yo encontré mi camino en la cocina y me empecé a sentir útil gracias a ella”
-Otro de tus objetivos es que la gente aprenda a cocinar como una auténtica estrella Michelin.
-Bueno...eso es puro marketing.
-Ofrecéis aperitivos, primeros, segundos y postres. ¿Con cuáles te quedas?
-Yo soy muy de aperitivos. Me encanta compartirlo con la familia y los amigos. Yo me tiraría toda la vida comiendo de aperitivos, tomándome unas buenas cervecitas y tapitas en buena compañía.
-Con lo ocupado que estás entre los restaurantes, la Fundación y otros muchos compromisos que tienes, ¿encuentras tiempo para cocinar en familia?
-No mucho. Desgraciadamente, a día de hoy, no encuentro el equilibrio para compaginar el trabajo con la familia y los amigos. Tampoco veo crecer a mi hijo como quisiera verlo. Lo llevo a las nueve al colegio y luego lo veo por la noche.
-Tiene cinco añitos, ¿le gusta ya ayudarte en la cocina?
-Sí que le gusta, sí. Sobre todo con los postres. Yo creo que va a ser repostero.
“A día de hoy, no encuentra el equilibrio para compaginar el trabajo con la familia y los amigos”
-A tus 32 años, no has parado de hacer cosas. ¿Qué te queda?
-Pero bueno...si está todo por hacer. No hemos hecho nada. Tenemos que vivir intensamente porque solamente se vive una vez y recorrer todavía muchos caminos que no tienen que estar relacionados necesariamente con la hostelería. A lo mejor, mañana me dedico a la jardinería.
-Hace casi un año, te llevaste un susto por un problema de salud, una parálisis facial. ¿Cambió tu forma de pensar?
-Sí, me cambió por un instante. Tuve que bajar el ritmo y tomarme las cosas de otra manera porque estaba totalmente descontrolado. Pero es que hay que vivir, aunque debo tomarme las cosas con mas tranquilidad y que no me afecten tanto en el tema personal.