Puso tierra de por medio. Desapareció. Puede que para tomar aire y coger fuerzas para enfrentarse a las críticas, a quienes no entienden que haya crecido profesionalmente. Una semana después, reaparecía en Málaga, con las riendas de su carrera en las manos y haciendo una declaración de principios sobre el escenario. Emocionada, sí, pero firme. Porque en medio de la polémica que estallaba en su concierto en Valencia, Aitana, tal y como podemos ver en estas imágenes, cruzaba el Atlántico. Lo hacía para guarecerse en quien mejor puede entenderla, Sebastián Yatra. Y así, templada por el sol de Miami y las caricias de su amor, ha podido regresar y responder. Como una mujer y una artista adulta.
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La nueva coreografía del tema miamor había desatado ríos de tinta. La cantante revisitaba el número de su gira Alpha tour con unos movimientos que, para algunos, rozaba lo sexualmente explícito cuando, por contra, gran parte de su público es infantil. Con las primeras críticas, muchos fueron también los que defendieron a la artista, aplaudiendo su evolución artística y la libertad de expresión. Pero, en ese ínterin, Aitana había escapado. Viajó a los brazos de Yatra. Días de descanso, de desconexión, de amor y también de poner en claro sus ideas. El escenario no podía ser mejor: el hotel Faena, uno de los más exclusivos de Miami Beach. A su regreso, ya en España, Aitana abría su corazón frente a su público en concierto: “En la vida sentíos libres de hacer lo que realmente os dé la gana”, les dijo.