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Se mueven entre la alta sociedad, sus familias acaparan páginas de la crónica social y guardan también una estrecha relación, tal y como pudimos comprobar el pasado julio en la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Pero la marquesa de Griñón , Alessandra de Osma y Amelia Millán, mujer de Felipe Cortina, comparten otro sorprendente dato –y desconocido– que les une todavía más: sus lazos de sangre. Las tres son primas. Lejanas, pero primas.
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El vínculo de consanguinidad entre Sassa y la mujer de Felipe Cortina lo descubrimos al conocer el nombre completo de esta última: Amelia Millán Osma, que es cofundadora del estudio de arquitectura Vilallonga Millán y que acaba de ser madre con el hijo de Miryam Lapique, como anunciamos días atrás. Efectivamente, su parentesco con Sassa –que está esperando su tercer bebé con Christian de Hannover, como informamos también en primicia– viene por el lado materno. Pero lo más llamativo es que es la misma rama familiar de la que forma parte Tamara Falcó.
Para ubicar el antepasado común de las tres, debemos viajar en el tiempo y retroceder varias generaciones. En concreto, seis. La marquesa de Griñón, la princesa de Hannover y Amelia descienden de Gaspar Antonio de Osma y Tricio, un abogado que nació en 1799, en el seno de una familia de hidalgos de la localidad riojana de Nalda, y que, tras graduarse en Leyes por la Universidad de Alcalá de Henares, se instaló en Perú, cuando todavía pertenecía a la Corona de España.
En el país andino, este antepasado se convirtió en un destacado funcionario de la corte del Virreinato: fue Consejero del Alcalde del Crimen en la Audiencia de Lima y oidor en la Real Audiencia de Ciudad de los Reyes, así como consejero honorario del rey Fernando VII. En el plano personal, Gaspar Antonio de Osma y Tricio se casó con la hija mayor de Domingo Ramírez de Arellano, un capitán general de guardias del Virrey, con la que tuvo trece hijos en poco más de veinte años.
De todos estos vástagos, puede que la primera que llame la atención sea Carmen, quien contrajo matrimonio con Manuel Pardo y Lavalle, primer presidente constitucional de la República de Perú. Pero es el mayor de todos, José Domingo de Osma y Ramírez de Arellano, V conde de Vistaflorida, de quien desciende Amelia Millán, la mujer de Felipe Cortina. Él fallecería en 1882 en España, donde sería diputado de las Cortes y cuyas siguientes generaciones formarían una importante saga de comerciantes vascos. Entre ellos, José Domingo de Osma y Cortés y José Domingo de Osma y Yohn, bisabuelo y abuelo de Amelia.
Por su parte, el segundo de los trece hijos de la familia Osma y Ramírez Arellano, José Joaquín es el antepasado directo de Tamara Falcó. Abogado de profesión, ejerció la presidencia de la Cámara de Diputados y el Ministerio de Asuntos Exteriores, entre otros cargos políticos. Se casó con Ana de Zabala y de La Puente, marquesa de la Puente y Sotomayor. La menor de sus dos hijas, Blanca Rosa Ana, contrajo matrimonio con Joaquín Fernando Fernández de Córdova y Álvarez de las Asturias Bohorques, VII duque de Arión, que son los bisabuelos de la actual marquesa de Griñón. En concreto, los padres de su querida abuela paterna, Hilda Fernández de Córdova –madre del desaparecido Carlos Falcó–.
Por último, Sassa desciende de Mariano de Osma y Ramírez Arellano, que era el décimo de los trece hijos. Tuvo una importante carrera política en su Perú natal, siendo diputado por Lima al Congreso Constituyente, aunque terminó instalándose en España. Sin embargo, su primogénito Felipe de Osma y Pardo permanecería en el país andino y se convertiría en otro destacado político: fue ministro plenipotenciario del Perú en España, Argentina y Perú, además de Ministro de Relaciones Exteriores y presidente del Tribunal Mayor de Cuentas, entre otros cargos. Sin duda, una saga tan fascinante como lo son los lazos de sangre que unen a Tamara Falcó, la mujer de Felipe Cortina y la princesa de Hannover.