Noventa años, cinco maridos, siete décadas en el show business y amantes como Marlon Brando, Ryan O’Neal o Warren Beatty dan para once autobiografías. La última, titulada Detrás de las hombreras, unas memorias en las que la pérfida Alexis Colby de Dinastía vuelve a echar mano de sus recuerdos, para pulverizar el aura dorada del Hollywood clásico.
Joan Collins arremete ahora contra el trato vejatorio que recibían las actrices, en aquellos mágicos años del Technicolor. Especialmente denuncia los abusos que sufrían las aspirantes a estrella y no duda, tampoco, en tirar de la manta para descubrir a “los lobos” que las acechaban. Así, a través de numerosas anécdotas en las que comparte atmósfera con mitos como Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor o Juliette Grecó, la diva británica revela un drama que, hasta ahora, había mantenido oculto: la violación que sufrió por parte de su primer marido, el actor Maxwell Reed, que la narcotizó para aprovecharse de ella.