hola 4132 alexandre grimaldi© CHRISTEL JEANNE, POINT DE VUE

Alexandre Grimaldi al cumplir los 20, el hijo de Alberto de Mónaco se confiesa: ‘ Tengo la suerte de tener unos padres comprensivos y cariñosos’

‘Hoy soy un hombre feliz. Soy transparente y honesto con ustedes’, asegura Alexandre


7 de octubre de 2023 - 13:48 CEST

En la tranquilidad del castillo de Crémat, situado en las alturas de Niza, Alexandre Grimaldi y su madre, Nicole Coste, aceptaron concedernos una larga entrevista. Sus confidencias son escasas, sus palabras dulces y sus aclaraciones, a veces, necesarias. Pero juntos hablaron, sobre todo, del cumpleaños del joven, que fue el pasado 24 de agosto. Cumplió 20 años, que es, sin duda, la edad más hermosa de la vida.

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© CHRISTEL JEANNE, POINT DE VUE

Alexandre Grimaldi y su madre, Nicole Coste, eligieron el castillo de Crémat, situado en Niza y antaño frecuentado por Gabrielle Chanel, para tener una charla sin tapujos sobre sus vidas

—Alexandre, cumplió 20 años el pasado 24 de agosto. ¿Es para usted la edad de la madurez? 

ALEXANDRE GRIMALDI.—Es más bien la edad de las elecciones, que pueden ser buenas o malas según la gente que te rodea. Creo que, sin duda, soy una persona razonable. Y, hoy, el compromiso más impor­tante de mi vida es terminar mis estu­dios universitarios e instalarme en mi vida adulta.

—¿En qué tipo de joven cree que se ha convertido? 

A.— Me considero bueno y cortés. A los 20 años, uno quiere descubrir el mundo y construir su futuro. Es lo que procuro hacer, apoyándome en la educación que recibí, moderna y estricta.

—Y usted, Nicole, ¿está orgullosa del hombre que es hoy? ¿Cómo lo ve y qué desea para su futuro? 

NICOLE COSTE.—Estoy muy orgullosa de él. Pero me mantengo en alerta dada su exposición mediática en los últimos años. Y, pensándolo bien, cambiar de década puede ser un choque psicológico para un joven, porque a los diez años eres un niño, a los 18 o 19 entiendes que entras en el mundo de los adultos, pero ¿a los 20? ¿Cuál es la historia? Sin duda, es una época de grandes cambios. Quieres ser un conquistador. Crees que estás a salvo de todo, pero es ahí donde creo que está el peligro. Le acompaño lo mejor que puedo para que se asiente en esta nueva vida desempeñando mi papel de madre y amiga. De momento, mi principal preocupación es que termine la universidad. Al menos, hasta que haga un máster, y luego ya se verá. Con una buena base estructurada, puedes llegar a cualquier parte.

 —¿Se llaman entre ustedes con algún apodo? 

N.—En realidad no, porque me gusta su nombre y debo admitir que no me gusta que le llamen “Alex”. Para mí, es otro nombre que no encaja realmente con su carácter: es tranquilo, pero a la vez una fuerza de la naturaleza, como muchos Alex. Por su parte, él me llama “mamá” o mom. Me gusta mucho porque lo veo respetuoso.

“Mi hijo ha tenido y sigue teniendo una vida equilibrada, que protegemos lo mejor que podemos. Espero que dure”, dice su madre, Nicole Coste

—¿Alexandre es reservado como la mayoría de los chicos o, por el contrario, le pide consejo a menudo? ¿En particular cuando se trata de relaciones amorosas?

N.—Me resulta fácil leerle porque estamos muy unidos. Alexandre es amable y querido por todos, y con razón. En cuanto a relaciones amorosas, por supuesto que habla conmigo. Mis requisitos son que sea bien educada, dulce, guapa... como yo (risas), como piensa cualquier madre. Por supuesto, dejo en manos de Alexandre la elección de una persona buena, que tenga verdaderos valores, que encaje en nuestra familia y que no le haga ningún daño. Soy una persona verdaderamente amable y la maldad es un lenguaje que no entiendo. Un día, una amiga me dijo: “Lo más impor­tante es lo que lleve dentro”. Y le contesté: “Un alma buena siempre es bella por fuera”.

—¿Fue muy difícil criarlo y guiarlo sola en el día a día?

N.—No lo crie sola. Vivió y creció con mis otros dos hijos. Estábamos y seguimos estando muy rodeados de gente, ya sea en Ginebra, Nueva York, Londres o Mónaco. Y también tiene un padre que cuida de él. Mi hijo ha tenido, y sigue teniendo, una vida equilibrada que protegemos lo mejor que podemos. Espero que dure.

—Su hijo le parece perfecto, pero ¿hay algo de Alexandre que no le guste?

N.—Rezo todos los días para que se quite las trenzas (risas). Este peinado le sienta bien, pero prefiero ver su pelo natural. Me prometió que se lo quitaría pronto. Así que estoy esperando.

—Alexandre, asistió a eventos durante la Semana de la Moda de París y en el pasado le pidieron en ocasiones que hiciera de modelo. ¿Es una carrera que podría plantearse? 

A.—Lo pensé cuando era adolescente. La idea de que me fotografiaran con ropa bonita y parecer elegante me divertía. Pero luego llegó la covid y acabé perdiendo el interés. Además, ¡yo era menor de edad! Mi padre es príncipe y jefe de Estado, así que no me imagino desfilando en una pasarela. En cambio, si una marca prestigiosa me pide que sea su embajador y su imagen se ajusta a la mía, ¿por qué no?

“Tuve una infancia serena. Fue importante para mi madre. Viajábamos mucho. Mi padre está presente en mi corazón tanto como mi madre”

—¿Qué profesión le interesa? 

A.—Estoy estudiando Empresariales y Gestión. Es un abanico bastante amplio que me deja aún tiempo para definirme. Pero de lo que estoy seguro, y me gustaría conseguirlo en el futuro, es de tener mi propia organización benéfica.

—¿Dónde estudia? ¿Comparte piso como muchos estudiantes?

A.—Estoy en una universidad inglesa en el Reino Unido. Y de momento sigo viviendo con mi familia. Es una suerte cuando estás estudiando. No tienes que preocuparte por nada.

—¿Qué deportes o aficiones le gustan?

A.—De joven, jugaba al fútbol y al tenis. Sigo jugando al fútbol con regularidad, pero menos al tenis. También me gusta el baloncesto y juego al golf más a menudo para mejorar mi técnica. Es un deporte elegante y apasionante. También me estoy aficionando al mundo del arte, me encantaba dibujar cuando era más joven y una visita reciente me hizo replanteármelo y querer volver a interesarme por ello. Por último, me encanta montar a caballo. De pequeño, solía dar largos paseos con mi madre.

—Nicole, ¿tiene algunos pequeños rituales familiares con su hijo que signifiquen mucho para usted? 

N.—En cuanto podemos, nos gusta desayunar juntos o jugar a juegos de mesa como las damas, los caballitos o el Uno. Le gusta jugar al ajedrez solo.

—Alexandre, la generación a la que usted pertenece está muy implicada en causas humanitarias, cuestiones ecológicas o la causa animal... ¿Le llaman a usted también estas luchas? ¿A qué cuestiones es más sensible? 

A.—El humanismo me llama. Mi educación me enseñó a amar al prójimo y a ayudarlo cuando lo necesita. Las cuestiones climáticas y medioambientales me preocupan, como a todo el mundo y como a cualquier joven del siglo XXI. Necesitamos preservar la naturaleza para poder seguir disfrutando de ella. No soy vegano, pero tengo la increíble suerte de tener un huerto ecológico en el que no se utilizan productos nocivos, así que me gustan mucho las verduras. Por lo demás, como cualquier cosa que no me dé asco.

© Christel Jeanne, Point de Vue

—Con su edad, ¿uno sigue soñando? Si es así, ¿con qué? 

A.—Por supuesto. Más concretamente, con dónde uno quiere encontrarse en la vida.

—Nicole, ¿qué rasgos de carácter cree que su hijo heredó de usted y de su padre? 

N.—Nuestra elegancia de espíritu y nuestra amabilidad.

—Alexandre, su padre le reconoció cuando tenía cuatro meses. ¿Cómo transcurrió su infancia junto a su madre? ¿Y qué papel desempeñó su padre? 

A.—Tuve una infancia serena. Fue importante para mi madre. Viajábamos mucho. Mi padre está presente en mi corazón tanto como mi madre. Ambos son padres comprensivos y cariñosos, tengo esta suerte.

—¿Ser hijo de un soberano cambia la forma en que le miran los demás y sus amigos? ¿Ha tenido momentos difíciles en este sentido o, por el contrario, momentos felices?

A.—He tenido momentos bastante felices, la verdad, y nunca he tenido la sensación de que haya cambiado la forma en que los demás, y mis amigos en particular, me miran a mí y a lo que soy. Pero ¿quizá soy todavía demasiado joven para tener este discernimiento? Aprecio mucho a mis amigos y espero que nunca me defrauden.

“Jazmin Grace es mi hermana mayor y la quiero igual que adoro a mis dos hermanos mayores por parte de madre. Nos llevamos todos muy bien”

—De acuerdo con su padre, en 2022, decidió llevar solo el apellido Grimaldi. ¿Por qué era una decisión importante para usted? 

A.—Mi padre se llama Grimaldi, así que es lógico que yo lleve su apellido. ¡Me hubiera llamado Duchemol si mi padre se apellidara Duche­mol! Además, nunca me llamé Coste o Coste-Grimaldi. Ni en ningún documento de identidad, ni en la escuela, ni en mis diplomas. Quien me llame así está siendo malintencionado. ¡Que Google y otros muestren mi verdadera identidad respetando mi intimidad! Mi madre es tierna de corazón y ha dejado pasar muchas cosas porque siempre le han aconsejado “dejar hablar”. Yo soy más de pleitos, porque nací en Francia, pero crecí en un país anglosajón. Atacaré si es necesario. Y tampoco soy “ilegítimo”, porque cuando nací ninguno de mis padres estaba en otro matrimonio y no cometieron adulterio. ¡Utilizar esa palabra es insultante! Espero que nadie se crea este concentrado de mentiras que se difunden por Internet. Culturalmente, llevas el apellido de tu padre cuando te han reconocido al nacer. Yo fui reconocido voluntariamente por mi padre cuando era un bebé, ¡no porque un juez o la prensa le obligaron a hacerlo! Mi madre, a la que adoro, es mi roca y no está nada celosa de mi elección. Si nunca ha dicho nada de mi apellido es para proteger nuestra vida privada. Yo tenía dos años cuando salió en la prensa... Una cosa es segura: hoy soy un hombre feliz. Soy transparente y honesto con ustedes.

—¿De qué manera piensa desempeñar un papel al lado de su padre en el futuro? 

A.—Solo tengo 20 años. Déjeme que me saque un título y ya hablaremos. Todos los amigos de mis hermanos mayores que tienen padres empresarios trabajan con sus padres o sus familias y están bastante contentos. A mí eso no me preocupa. Como dije antes, estoy estudiando Empresariales y Gestión, que es una rama muy apasionante y que me permitirá tener oportunidades interesantes.

© Christel Jeanne, Point de Vue

Sobre estas líneas, Nicole Coste mira con orgullo a su hijo, por quien siempre se preocupó para que tuviera una buena educación, apoyada por el príncipe Alberto de Mónaco. El joven está estudiando Empresariales y Gestión en el Reino Unido

—Y usted, Nicole, ¿sigue trabajando en la moda? 

N.—Volví a ello y desde hace más de un año estoy trabajando en un apasionante proyecto de perfume que, espero, se distribuya el año que viene.

—Usted educó a Alexandre en la fe católica y desde hace unos años está confirmado. ¿Qué significa este compromiso para usted? 

N.—Somos cristianos y este sacramento confirma nuestra elección de seguir a Dios. Tenemos la suerte de tenerlo en nuestras vidas y hacemos todo lo posible para que siga ahí. Gloria y honor a su nombre.

—¿Qué importancia tiene para usted la religión, Alexandre?

A.—Voy a Misa todos los domingos desde que era niño. Dios es y seguirá siendo mi único testigo. Siempre rezaré para ponerme bajo la protección del Señor.

“Estoy estudiando Empresariales y Gestión. Pero lo que me gustaría conseguir en el futuro, es tener mi propia organización benéfica”

—Sabemos que está muy unido a sus dos hermanos mayores, pero también a su hermana Jazmin Grace. ¿Qué le aporta? ¿Qué le gusta de ella? 

A—Es mi hermana mayor y la quiero igual que adoro a mis dos hermanos mayores por parte de madre. Nos llevamos todos muy bien y Jazmin también está muy unida a uno de mis dos hermanos, con quien, además, comparte la misma fecha de nacimiento. Tenemos una excelente relación a pesar de vivir en distintos países.

—¿Qué comparte con sus hermanos pequeños, Jacques y Gabriella? ¿Y con sus primos? 

A.—Los juguetes no, eso seguro, dada nuestra diferencia de edad (sonríe). Con todos comparto ternura.

—Su madrina, la princesa Estefanía de Mónaco, se convirtió en abuela por primera vez el pasado mes de abril. ¿Ha tenido ocasión de felicitarla?

A— Cuando nace un bebé, lo primero que hacemos es felicitar a los padres. Mi primita es preciosa y me alegro mucho por ellos.

EntrevistaCandice Dupret, Point de Vue
FotosChristel Jeanne, Point de Vue
Agradecimientosequipo del Castillo de Crémat