Después de un inolvidable verano, marcado por su boda y sus viajes de luna de miel, Tamara Falcó e Íñigo Onieva retomaban en septiembre sus compromisos laborales y comenzaban su nueva vida de casados en Madrid, en la que empiezan a adquirir nuevas rutinas, como las visitas a sus respectivas familias políticas. En esta ocasión, fueron fotografiados el pasado fin de semana entrando en casa de los Onieva, donde disfrutaron de un almuerzo. La madre de Íñigo los recibió en la puerta y le dio un cariñoso abrazo a su nuera, con quien tiene una gran complicidad. Los recién casados no fueron solos a la cita; con ellos iba un miembro muy importante de la familia, ‘Jacinta’, la caniche de Tamara , a la que llevaba en brazos.
Tamara e íñigo están viviendo ahora de manera temporal con Isabel Preysler, hasta que esté terminada la nueva casa en la que vivirán, en Puerta de Hierro, y, hace unas semanas, Tamara bromeaba con las estrictas normas de convivencia de su madre: “Tenemos tantas normas y mi madre se las recuerda tanto, que Íñigo le dice que debería hacer un libro”, decía en el programa El hormiguero.
Como reflejan estas imágenes, la marquesa de Griñón está feliz en esta nueva etapa y, recientemente, descubría en el programa Joaquín, el novato —presentado por el futbolista Joaquín— algunos detalles y curiosidades de su nueva vida, como que ha perdido su alianza a los dos meses de casarse: “Me estaba un poco grande y nada... Aparecerá, aparecerá”. También desvelaba que, poco antes de su enlace, los zapatos que tenía preparados para el gran día sufrieron un grave percance: “Cuatro días antes de la boda, se quema el camión de mensajería que llevaba mis zapatos de la boda ”. Pero por suerte, finalmente, todo salió bien y pudieron cumplir su sueño de ser marido y mujer.
Ahora la marquesa está inmersa en su trabajo en televisión, acaba de lanzar su última colección de moda con Pedro del Hierro y, además, ha aceptado un nuevo reto: participará en el programa El musical de tu vida, de Carlos Sobera.