“Continúo con su legado para que hermanas como nosotras no tengan que separarse nunca más”. Con una mirada distinta, por su amor por la vida -y la música-, y una fuerza innata, Emi Huelva cumple, cada día, el mayor de los deseos de su hermana: vivir por las dos. El 3 de enero del 2023 el mundo perdió a la ‘mujer de las mil batallas’; pero el cielo ganó una estrella, Elena Huelva, que falleció tras una larga batalla contra el cáncer. Desde el minuto uno, Elena nos contó, con alegría y optimismo, cómo afrontaba su enfermedad a través de sus redes sociales pero, también, nos hizo ser conscientes de lo que de verdad importa: vivir cada momento como si fuera el último, porque nadie nos promete un mañana.
“Cierro los ojos y me la imagino sonriendo, con música, saltando en primera fila de un concierto, poniéndose su pañuelo y maquillándose”
Diez meses después, Emi ha recogido su testigo desde la libertad, el amor y sus ganas de seguir ayudando a todas esas personas -y familiares-, que se han enfrentado al sarcoma de Ewing, la enfermedad que padeció su hermana. La sevillana nunca miró hacia otro lado y acompañó a Elena desde el principio hasta el final, en los momentos buenos y en los más dolorosos. Es por ello que, en forma de libro, Todo lo que ganamos. ¿Y si después es nunca?, Emi se ha abierto en canal para contar a ¡HOLA! en primera persona todo lo que, tanto su hermana como ella, ganaron.
- Emi, ¿qué tal estás? Gracias por contarnos tu valiente testimonio
- Si hablamos del proyecto del libro, estoy muy emocionada, porque ha sido un viaje brutal escribirlo y ahora empieza un camino muy bonito de ver las reacciones y cómo a la gente le puede llegar el amor con el que yo también he escrito este libro. Emocionalmente, depende del día pero, como siempre digo, viviendo por las dos.
- ¿Por qué decides escribirlo?
- Mi hermana me lo pidió, ella quería que hubiera una especie de continuación desde el punto en el que ella dejó su libro Mis ganas, ganan. Nadie nos ha prometido un mañana. Vive el presente . Me pidió que no fuera un libro triste y creo que lo he conseguido. A principios de febrero comencé a escribir posts en Instagram con reflexiones, con recuerdos… y me sentía muy bien haciéndolo, me desahogaba y luego veía un efecto en las personas con mi desahogo, por lo que decidí empezar a escribirlo ahí.
- Érais un pilar la una hacia la otra y, al final, Elena era muy joven. Como hermana mayor me imagino que ha sido muy difícil sentarte delante de un papel en blanco y empezar a escribir
- Yo siempre me he sentido muy libre. Cuando es real y con amor, esa intención gana cualquier opinión o sensación negativa de lo que uno siente. En el libro ha habido cosas en las que profundizo más, otras paso más de puntillas pero, al final, creo que esto toca a muchas personas y tengo esa ‘suerte’ de tener esa ventana para llegar, no tenía que desaprovecharla.
- ¿Crees que Elena te ha guiado e iluminado para escribir el libro?
- Todos los que hemos pasado por algo así, parecido, me entenderán y saben que en esos momentos no te hace falta escribir en papel o llamar para comunicarte. Se siente en el corazón. Ha habido momentos en los que me ha costado más escribir, pero sentía que mi mano y mi fuerza no eran solo mías y muchas personas me entenderán.
- En este libro cedes un gran protagonismo al dolor y al acompañamiento, ¿cómo lo has vivido como hermana mayor?
- Mi hermana nos lo ponía muy fácil. Aunque es doloroso y duro, mi hermana lo hacía más sencillo. Es vital para los que acompañamos. Yo tenía claro que quería estar a su lado el máximo tiempo posible. Era mi idea y prioridad fundamental. Yo tenía claro que mi hermana iba a salir adelante, porque ella también tenía esa actitud. Yo estaba encantada de acompañarla siempre. En París, en el hospital, en casa… Mi hermana tenía tanto amor por la vida que decía que se pasaría toda la vida así, con los tratamientos.
“¿Qué frase tiene más fuerza que, “quiero vivir”? Yo sentí que tenía que hacer todo lo posible”
- Tus padres también le hacen un homenaje a tu hermana en el libro. Ellos han tenido un papel fundamental en la vida de las dos. ¿Cómo lleváis ese duelo en la familia?
- No nos juzgamos entre nosotros. Cada uno tiene su personalidad, su dolor, vivmos la tristeza de forma diferente. Bajo mi punto de vista, perder a una hija es lo peor que te puede pasar. Lo hacemos de la mejor forma posible, sin hundirnos más de lo necesario, aunque hay veces hay que dedicarte tiempo para llorar y estar mal, porque eso también te hace coger fuerzas cuando flaquean.
“El cáncer, a veces, nos caía bien”
- En este acompañamiento también han estado dos personas fundamentales, Sara Carbonero y Almudena Navalón, que también han formado parte de este proyecto.
- Tanto Sara como Almudena tienen algo en común y es que las dos me decían que Elena les había cambiado la forma de ver la vida viendo a mi hermana, con 20 años, pelear por la vida y disfrutarla de esa forma. También han sentido mucha empatía conmigo. Así que yo feliz.
- En estos últimos meses, tu hermana habrá salido en muchas conversaciones y, aunque la conocías bien, ¿ha habido algo que te haya sorprendido de ella que no conocieras?
- Yo creo que antes la gente lo pensaba, pero ahora muchas personas me dicen muchas que, cuando me miran a los ojos, ven esa energía y brillo de mi hermana. Ahora lo notan más en mí. Cuando me dicen eso, me emociono muchísimo porque es lo mejor que me pueden decir.
- ¿Cómo recuerdas a tu hermana?
- Yo la recuerdo sonriendo siempre y feliz. De verdad que los momentos duros han quedado en un cajón y, aunque están ahí y no vamos a quitarle dureza a esta enfermedad, ver cómo mi hermana se sobreponía a todo con una sonrisa y actitud arrolladora... pues yo cierro los ojos y me la imagino sonriendo, con música, saltando en primera fila de un concierto, poniéndose su pañuelo y maquillándose. Creo que será así siempre.
- Fueron muchos años de lucha desde que diagnosticaron la enfermedad a tu hermana. ¿De dónde sacas esas fuerzas?
- Yo siempre he pensado que había que seguir peleando porque mi hermana quería estar aquí, yo también quería que estuviera y había que estar en primera línea. Cuando no te queda otra: o tiras o te hundes, y yo no podía hundirme.
- En el libro mencionas que, “el cáncer, a veces, os caía bien”, ¿cómo siendo una enfermedad tan dura sacáis algo positivo?
- A veces a mí se me olvidaba que tenía cáncer porque hacíamos planes como si tuviéramos una vida normal. Al final es una enfermedad que no entiende, por desgracia, de ganas de vivir ni pasión por la vida, entonces, algo que mi hermana siempre decía y es algo que me repito cada día es que: “lo que te pasa no lo puedes cambiar, pero la actitud ante lo que te sucede, sí”.
- Además, tu hermana, según cómo lo has contado en el libro, te decía que “quería vivir”. Como hermana mayor, ¿qué sientes cuando tu hermana te dice eso?
- Sentí que tenía que mover cielo y tierra para que el rumbo de la situación cambiara. Es una fuerza que te tira, que te empuja a hacer lo que sea o irse donde sea. ¿Qué frase tiene más fuerza que “quiero vivir”? Yo sentí que tenía que hacer todo lo posible. Obviamente esas palabras de tu hermana te rompen por dentro, pero, por fuera, tenía que hacer todo lo que estuviera en mi mano.
- También mencionas que, en esos momentos de altibajos, la felicidad llegaba cuando a tu hermana le daban buenas noticias sobre la enfermedad. La felicidad, ¿qué es hoy para ti?
- Puf. Mirando a largo plazo, porque ahora veo la felicidad en pequeñas cosas y momentos (como terminar el libro, la presentación, ir a un concierto de Manuel y estar rodeada de gente maravillosa…). Yo ahora mismo intento vivir esos momentos de felicidad tan inmediatos porque si pienso en medio o largo plazo, me agobia, porque yo siempre me he imaginado una vida en la que estaba mi hermana. Intentaré ser feliz y hacer mi vida, aunque eche de menos a mi hermana cada día de mi vida.
- ¿Y acordarte de ella?¿Es un momento feliz?
- Depende también de dónde esté. Si estoy en un concierto en una canción que me emociona pues es muy raro, porque, cuando lloro en un concierto, es complicado identificar si es pena o emoción de alegría. La música me hace estar cerca de ella. Mis lágrimas son una mezcla de amor y de pena, porque la siento cerca, pero no está aquí.
- Supongo que para ti es muy importante la tranquilidad de haber hecho todo lo que has podido por ella. El no haber mirado hacia otro lado. ¿Cómo fue esa despedida con tu hermana?
- En uno de los últimos vídeos que subió, yo creo que todo el mundo vio lo generosa que era con la gente y con los que nos quedábamos aquí. Imagínate cómo fue esa despedida con nosotros. Pero nos lo puso muy fácil, nos lo puso en bandeja todo y fue generosa con los que nos quedábamos aquí con su ausencia, y eso creo que es el acto más valiente y generoso que puede haber.
- ¿Sientes que, de alguna manera, está contigo?
- Sí, muchísimo. Creo que a todos nos llegan señales de muchas formas y por muchas vías, pero hay que estar receptivos y saber identificarlas. Y yo, como tenía tanta conexión con mi hermana y teníamos ‘truquitos’, como canciones o letras… Esto es ella, seguro. Yo no creo en las casualidades. La casualidad es aleatoria. Desde enero he vivido situaciones en las que estoy segura que ha sido ella y eso, para los que estamos aquí, nos ayuda mucho.
- Después de haber vivido una enfermedad así, que se ha llevado a tu hermana, ¿por qué quieres ayudar en la investigación? Podrías enfadarte perfectamente.
- Mi hermana ha promovido muchísimo que hubiera más investigación porque ella empezó de forma cotidiana, contando su día a día, por entretenimiento. Luego porque le ayudaba y ayudaba. Y luego vio que, sin pretenderlo, ayudaba a muchas personas. Después lo hizo conscientemente, pretendiendo hacerlo con esa ventana y esa voz tan potente. Hay que continuar con la investigación, casi todas las personas que ayudan es porque han pasado por algo así en su vida. Mi hermana me ha dejado ese legado y yo, con muchísimo orgullo, lo llevo por bandera, y para que hermanas como nosotras, como digo en el libro, no tengan que separarse nunca más. Me sale innato continuarlo, además de que mi hermana me lo pidió.
- Hace poco anunciaste en redes sociales que estabas inmersa en la grabación de un documental sobre tu hermana, ¿qué nos puedes contar de este proyecto?
- En primavera contactó conmigo una productora de Sevilla para hacer un documental de mi hermana. Llevamos poco tiempo trabajando en ello. La idea es que vaya al cine y que todo lo recaudado vaya a la Beca Elena Huelva por Juegaterapia, para el estudio Inter-Ewing, para la investigación contra el sarcoma de Ewing. Va a estar lleno de amor y con momentos muy importantes de la vida de mi hermana y que a tantas personas que ha ayudado.
- ¿Cuál crees que es el legado que deja tu hermana y por qué crees que es tan importante?
- Mi hermana deja el legado de que la vida, a veces, aunque nos parezca injusta, hay que saber aprovecharla hasta el mínimo detalle, porque no sabes el momento en el que todo puede cambiar. Como digo en el libro: “¿Y si después es nunca?”. Hay que hacer las cosas en el momento que las sientes, no dejar nada para después y ser generoso con los que vendrán, porque vendrán muchos casos así por desgracia y si todos pusiéramos de nuestra parte, conseguiríamos grandes cosas. Creo que mi hermana ha dado un gran empujón y una oportunidad para montarnos en ese tren.
Sara Carbonero, Aitana, Manuel Carrasco y Almudena Navalón: los grandes apoyos de Emi Huelva en su valiente testimonio
Sara Carbonero: un pilar fundemental en sus vidas
- En este camino no has estado sola. Has tenido a tu familia y a tus amigas, que nos cuentas que son un pilar fundamental pero hay otra persona fundamental, Sara Carbonero.
- Tanto Elena como Sara tenían una relación ‘virtual’ en las redes sociales. Sara nos vio y una fuerza le hizo girarse y correr hacia nosotras, hacia mi hermana en este caso, y yo pude ver ese abrazo y ese inicio de la relación. Desde ese momento compartimos muchas cosas, muchas formas de ver la vida parecidas y ella siempre dice que mi hermana le dio esa visión de vitalidad que tenía mi hermana. Sara tiene una hermana y decía: “Es que también tu papel…” Ella pensaba en su hermana y se veía reflejada en nuestra relación. Esa relación ha continuado y es otro regalo que mi hermana me ha dejado.
- ¿Qué significa Sara para ti?
- Para mí es una amiga. Como si fuéramos amigas de hace muchos años y será así siempre.
- ¿Cómo se ha implicado ella en el libro?
- Yo pensaba en el prólogo y la primera persona que se me venía a la cabeza era ella, y no dudé en decírselo para ver si le apetecía, pero yo tenía claro que tenía que decírselo. Estoy segura de que a mi hermana también le gustaría que formara parte del libro.
- Sara es protagonista de varios capítulos del libro, ¿cómo fueron esos encuentros con ella más allá de lo que veíamos en las redes sociales?
- Nosotras siempre nos hemos hecho fotos, las hemos subido a las redes sociales con un texto de los nuestros intensos porque nos salía bastante natural. También ha venido al hospital a Sevilla, que para mi hermana significó muchísimo, pero para mí también, ya que era pleno verano y fue una mano en plena oscuridad. Ella sabe perfectamente lo que significó para nosotras.
Mujer de las mil batallas
- Todo empezó en un concierto cuyo objetivo era recaudar fondos para la investigación contra el cáncer. Desde entonces muchos artistas se volcaron con vosotras, como Manuel Carrasco, que sigue homenajeando a tu hermana. ¿Qué sentiste la primera vez que fuiste a un concierto de su última gira y viste la imagen de tu hermana en una pantalla enorme en el escenario mientras cantaba Mujer de las Mil Batallas?
- Manuel sentía debilidad por mi hermana porque la veía como su niña bonita. Yo tuve la suerte de conocerle gracias a ella, y nosotras siempre hemos admirado su parte profesional. Desde ese momento, nos acogió en su familia y vino varias veces al hospital, la invitó al concierto de Sevilla donde le dedicó la canción Mujer de las Mil Batallas; y cuando lo hizo, yo subí a mi hermana a hombros. Fue algo que no puedo explicar con palabras: era sentirlo o sentirlo. Fue algo mágico.
- ¿Y cómo se implicó con vosotras?
- Cuando mi hermana ya empeoró, también vinieron a casa. Yo he sentido tanto a Manuel como a Almudena familia. Después del 3 de enero podía haberse enfriado la relación, porque el nexo que nos unía era mi hermana, siempre lo será, pero con ellos ha sido al contrario. Después de que se fuera mi hermana, han estado más a mi lado todavía que antes. Manuel es una de las mejores personas que conozco en mi vida. También gracias a él conocí a Almudena, que forma parte del libro y ha escrito el epílogo. Escribe muy bonito y tiene una sensibilidad muy especial. A partir de ahí, con ella también he forjado una relación de amistad y de complicidad muy bonita.
- ¿Te han sorprendido de alguna manera durante estos meses?
- En un principio iba a ir a los ensayos del concierto del Olímpico, de Sevilla, después de que se fuera mi hermana. A última hora me dijo que no podía. En el concierto, Manuel empezó a cantar Mujer de las Mil Batallas, esta vez a piano. Estaba el estadio lleno de globos amarillos con la luz y, cuando terminó de cantarla, todo el mundo empezó a gritar. Me giré y vi en la pantalla la sonrisa de mi hermana formada por estrellas. Fue como afirmar que estaba ahí en el concierto, y fue un acto de generosidad muy bonito por parte de Manuel, pero me consta que también parte de su familia y equipo le acompaña siempre. No fui a los ensayos porque era una sorpresa. Yo pensaba que lo iba a hacer solo en Sevilla, pero lo ha hecho en toda la gira que ha hecho por toda España. Que Manuel haga esto en todos los conciertos significa mucho para mí, tanto que me he hecho un tatuaje que aparece en mi libro, el de mi hermana haciendo un corazón, como la portada del disco de Manuel, Corazón y Flecha.
Vas a quedarte
- Dentro del mundo de la música también hay una persona fundamental, Aitana.
- Los conciertos de Aitana, para mi hermana, eran un motor y, en concreto, su canción Vas a Quedarte, desde el momento en el que le diagnosticaron el cáncer porque esa canción salió a la vez y ha significado mucho para ella y para mí también porque, de alguna forma, Vas a quedarte tiene un significado más profundo... Realmente mi hermana se iba a quedar y se ha quedado en muchísimas personas. Esa canción es muy especial, siempre lo será y Aitana hizo disfrutar a mi hermana muchísimo.