Es el momento de Marta Nieto. Lo contábamos en ¡HOLA! papel. La actriz llega a las pantallas en aluvión. Cuatro estrenos en una misma semana. Que ya saben cómo son estas cosas. Que parece que el actor -o la actriz- no ha parado de trabajar ni un instante porque todo llega junto y de repente, pero, a lo mejor, se trata de un espejismo dado que, entre un trabajo y otro, han pasado meses de espera al lado del teléfono... Sin embargo, éste no ha sido el caso. Marta no ha estado quieta ni un solo día y, además, todos sus trabajos han coincidido en el tiempo. Concretamente en ocho días. Hablamos con ella precisamente después de llegar de París donde ha rodado y acaba de estrenar Visions, midiéndose de ‘tú a tú’ con Diane Krueger y en un impasse para coger las maletas y salir escopeteada para San Sebastián , para el Festival. Pero es que, entre medias, tras la première parisina, aparecía en las marquesinas de los cines -y como protagonista- de Verano en rojo, de Belén Macías, compartiendo cartel con José Coronado; La manzana de oro, de Jaime Chávarri, Un pasado por delante, de Olga Osorio y, como ya contábamos, Visions, de Yann Goznlan… A todo esto, Marta ha conseguido el premio a la mejor actriz en los MAX por La infamia, la obra de teatro que ha compatibilizado con los sets de rodaje que, a su vez, le ha robado tiempo para debutar como directora. Con La mitad de Ana que, después de un corto, será un largo. Lo mismo que ocurrió con Madre, por cierto, la producción con la que fue a los Oscars y le dio un Goya.
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Cogemos aliento… Y quizás para pecar de machistas. De un machismo inconsciente pero recalcitrante. Pegado como el sarro a nuestro bulbo raquídeo porque es cierto que a un hombre, la misma pregunta, no se le formula. Véase, ¿cómo se puede triunfar, ser mujer y no morir en el intento? Nos buscamos una coartada moral que, por otro lado, tiene base real. Y es que, hasta hace muy muy muy poco, los hombres teníamos tan solo unos días de licencia cuando nos convertíamos en padres, mientras a las madres les caía por completo la carga de tener que ocuparse -solas- de los hijos. Tampoco el reparto de las tareas del hogar era -ni es- paritario, aunque ellas también trabajen fuera de casa. Y así, mientras los señores, una vez terminada su jornada de oficina, se pueden poner las pantuflas y ver el partido de la Champions, las esposas hacen la cena, bañan a los niños… Y ellos, tal vez, en un alarde de arrimar el hombro, ejercen de improvisados mecánicos o electricistas.
¿Clichés? ¿Tópicos? Sea como fuere, como decía la canción de Sandro Giacobbe, “la vida es asíiiii, no lo he inventado yoooooo”. Lo hablamos con Marta porque, además, la actriz tiene un hijo, un hijo pequeño del que ocuparse en cuerpo y alma cuando su trabajo, ser actriz, es algo muy vocacional, que requiere horas intempestivas, viajes fuera del hogar… Por “vocacional” se entiende algo que forma parte de uno, que conforma tu identidad, tu modo de entender la vida, el mundo y el ser humano…. pero también donde uno da más de sí mismo de lo que muchas veces recibe… Llegamos así al debate entre vida familiar, vida privada, vida profesional… Para triunfar, ¿hay que sacrificar tiempo y espacio con quienes más se quiere y especialmente más si se es mujer? Marta echa mano de Aristóteles, o sea, del equilibrio y el término medio. O del funambulismo circense. “Eso es un ejercicio de equilibrismo constante, porque hay una pasión que es laboral, que es absorbente y que requiere de muchísimo tiempo y que te la llevas a casa puesta. Y luego hay otra pasión que es personal, que en este caso es mi pareja y mi hijo, y que requieren igual o más tiempo. Y, a veces, todo se mezcla. Yo lo hablo mucho. Para mí la comunicación es fundamental. Que mi hijo sepa lo importante que es para mí el trabajo y lo importante que es para mí él. Y que me vea esforzarme para estar presente en su vida y para disfrutar de mi pasión laboral también, porque me parece un buen ejemplo, que vea a su madre sea feliz con él y haciendo lo que quiere”.
Porque ser madre no significa renuncia. No significa dejar de ser quien se es. Y cuando uno utiliza como instrumento de trabajo su propio cuerpo y su propia alma, qué complicado separar (compartimentar los sentimientos) y qué difícil también hacer una elección (ser madre pero también tener éxito en tu trabajo, sea cual sea) especialmente cuaOndo, como ocurrió en el caso de Marta Nieto, nunca hubo plan B. “Tuve una pulsión súper radical cuando era adolescente y había una energía que me llamaba profundamente y me decía ‘por aquí’. Y hubo un montón de puertas cerradas y un montón de momentos desérticos… En los que me hubiera gustado renunciar a la vocación, pero no podía. Lo cierto es que, aunque he querido en algún momento tener un plan B, la vocación ha mandado en mi vida radicalmente”.
Pero se cumplió el sueño. Afortunadamente. Para ella y para el público. Ahora, ocurrió, ¿así? ¿de repente? “La vida es mejor de lo que uno planea. Yo creo que la vida es amable y es bonita. Tengo esa sensación de optimismo en general… Muchas veces parece que los artistas tenemos una vida disoluta o superficial o plagada de eventos y alegrías y éxitos así superficiales. Pero para mí, en mi experiencia, esas cosas, si llegan, son frutos de muchísimo trabajo y mucha disciplina”. Aunque fácil fácil, tampoco es que fuera. “Ésta ha sido una carrera, con sus altos y con sus bajos, de los que no reniego tampoco porque me parece importante integrar las cosas que no funcionan para aprender de las que sí funcionan. Los fallos, los momentos de tristeza, las frustraciones, los dolores forman parte de las alegrías y de los éxitos también. Ver estos días cuatro pelis en cartel es una fortuna, pero vienen después de mucho trabajo previo, de disciplina, de aprendizaje y de muchos, muchos madrugones… Para mí, es igual de importante saber caerse que saber levantarse”.
Y por si fuera poco, además, nos encontramos en una industria, la del cine o la del show business en general, donde hay muchas dictaduras y, casi todas ellas, se ciernen sobre la mujer por el hecho de serlo. La de la belleza, la de la juventud… Parece que soplan nuevos vientos pero ¿son reales? ¿Podremos algún día decir que si hay papeles para mujeres que no tengan que tener 20 años y que con 40 no sea condiction sine qua non la talla 38? Marta responde:
“Yo creo que está cambiando, yo creo que sí. Quiero pensarlo, yo soy optimista. Creo que cada vez hay mayor representación de la diversidad femenina, personajes más complejos y más ricos a la hora de encarar esas diversidades. Y yo espero y veo y siento que está siendo así, la verdad. Yo empecé a interpretar, a actuar hace 20 años, cuando los personajes femeninos eran de otras profundidades, casi siempre más al servicio que accionadores. Y ahora veo que hay espacio para representarnos desde otro lugar, para empezar también o para seguir. He tenido la oportunidad de escribir y de poder financiar la película, mi película, en la que hablo de una feminidad diferente también, de una maternidad diferente. Entonces, me siento afortunada por ello y he llevado a cabo el ejercicio que quería, que es un poco, quería ver mujeres haciendo cosas y dije pues ponte a hacerlas tú. Entonces, aquí vamos.
.- ¿La industria sigue siendo patriarcal o con las nuevas plataformas y formas de ver entretenimiento eso está cambiando?
.- Claro que es patriarcal. Claro que vivimos en un entorno machista. Tú y yo somos machistas, sin saberlo, pero por supuesto que lo somos, porque vivimos y nos hemos desarrollado y crecido con esos criterios y esas creencias pero, poco a poco, reconociéndolo y hablando sobre ello, sobre cómo cambiarlo, ya estamos cambiando algo. Es fundamente ser conscientes primero de lo que somos para saber, después, dónde tenemos que cambiar. Que tú y yo estemos hablando de esto para ¡HOLA! ya es positivo. Yo soy optimista.
.- Ya sabes cómo terminan estas entrevistas… Uno siempre termina con eso de: ‘¿Con qué estás ahora?’ Pero contigo, visto lo visto con tanto trabajo, me da hasta miedo preguntarte…
.- (risas) A mí también me da miedo afrontarlo… Estoy montando la película que he rodado este verano, intentando escuchar su alma y sacar la mejor peli posible del material que tengo. En enero, empiezo a ensayar una función de teatro con Pau Loire Remont, un Vania por Vania, con Javier Cámara e Israel Elejalde, que me apetece muchísimo. Será en el Matadero… Y con muchas ganas de las cosas que vienen. Me siento muy afortunada. Y muy agradecida también de esta entrevista.
Nosotros también.