,type=downsize)
Una boda en el corazón de la sierra de Ronda, con votos intercambiados en una villa de ensueño y la naturaleza haciendo de las suyas mientras sellaban su amor, la “reina de la belleza” que consiguió el título de Miss International Spain en 2021 y ganó un concurso de poemas japonés, y su novio desde hacía once años, Guillermo, celebraron su inolvidable boda el pasado 26 de agosto en Ronda Mountain Resort después de tener que aplazar en tres ocasiones.
“Íbamos a casarnos en 2020, pero llegó la pandemia, después en 2021 seguían las restricciones y por último en 2022 tuve mi certamen de Miss International en Japón, por lo que tampoco lo pudimos hacer. Fue este año cuando le dije “¿por qué esperar más?” Y la organizamos en tres meses”, recuerda Julianna Ro , que conoció a su hoy marido en la fiesta de cumpleaños de uno de sus mejores amigos: “Yo iba como acompañante de otro amigo suyo y unas semanas después empezamos a vernos a solas. Él le dijo a su amigo que si no me cuidaba él me iba a conquistar, y así fue”, nos recuerdo.
© Joy Zamora y Kristel Aragón-¿Cómo y cuándo fue la pedida de mano?
-Fue muy especial porque fue en nuestro primer viaje a Japón, en Disneyland, mientras contemplábamos los fuegos artificiales. Soy una fanática de Disney y Japón, por lo que fue increíblemente perfecto. Él se pasó medio viaje con el anillo en su mochila sin yo tener ni idea, así que no me lo esperaba. Se había aliado con mi madre, hasta ella me hizo un día probarme un anillo suyo porque me lo quería regalar. Sólo era una excusa para saber mi talla de anillo.
“Decidí que la boda tenía que ser especial en cada uno de sus detalles, por eso quise diseñar mi propio vestido con la ayuda de la firma Bernabé”
-¿Cómo te sentiste vestida de blanco?
-Me encantó, porque soy una apasionada de las bodas. No es la primera vez que voy de blanco. En mi certamen nacional e internacional fui en ambas ocasiones de ese color. Pero esta vez era muy diferente.
© Joy Zamora y Kristel Aragón
© Joy Zamora y Kristel Aragón-¿De quién era el vestido?
-¡Era mío! Decidí que la boda tenía que ser especial en cada uno de sus detalles, por eso quise diseñar mi propio vestido con la ayuda de la firma Bernabé.
-¿Tenías las ideas muy claras?
-Siempre tuve claro cómo quería sentirme en esta boda tan íntima. Me siento muy identificada con el “menos es más”. Es un vestido satinado de escote halter con espalda abierta y una cola sencilla. El cuello tiene de peculiar que es fluído, formando unos pliegues muy delicados, y la espalda está rematada con un adorno de perlas y un pequeño plisado. El velo sigue la línea de esa sencillez, y está confeccionado en un tul suave. A pesar de ser una novia de pelo corto, tenía clarísimo que quería ser una novia velada y que Guille me retirara el velo al llegar al altar. Por último, quise tener una versión diferente del vestido para la cena y fiesta sin necesidad de tener que hacerme otro vestido, por lo que le añadí unos guantes y una flor hecha del mismo tejido del vestido colocándola en el cuello a modo broche.
“Nos emocionamos con los discursos, con nuestros votos y recordando a aquellos que ya no están con nosotros físicamente”
© Joy Zamora y Kristel Aragón-¿Hubo mucha emoción, recuerdos y lágrimas?
-Todo el tiempo. No podíamos imaginar que un día de agosto podía llover en Ronda, pero así fue. Simplemente cayeron unas gotas con su dosis de viento justo cuando me tocaba salir a mí (dicen que novia mojada, novia afortunada). La gente se cubría con los cojines de los asientos y gritaba “¡Qué solo es agua, qué no es ácido! Seguid, seguid”. Lloramos y nos emocionamos con los discursos, con nuestros votos y recordando a aquellos que ya no están con nosotros físicamente, pero sí están en nuestros corazones.
- ¿Quién fue tu padrino?
-Mi madrina fue mi mamá. Mi padre murió cuando yo tenía 9 años y soy hija única, por lo que ella lo es todo para mí. Una guerrera, una valiente y la mejor madre del mundo. No podía ser otra persona, tenía que ser ella.
-¿Qué recuerdo te ha quedado grabado con mayor intensidad de ese día?
-Es difícil elegir porque hubo muchos, pero creo que Guille y yo coincidimos en que el momento más especial fue al día siguiente, sentados en el mismo banco de la ceremonia a la hora del atardecer (ese atardecer que no tuvimos el día de la boda por culpa del tiempo), en ropa de piscina, a cara lavada y con su primo y y maestro de ceremonias leyéndonos todo lo que había preparado, palabras que no pudo leer porque el día anterior tuvimos que acortar todo un poco por la lluvía. No parábamos de llorar, su mujer inmortalizaba el momento con una polaroid y sonaba una música escogida por su primo que hizo el momento aún más emotivo. Fue el momento de intimidad perfecto que ambos deseábamos. Después le hice leerlo de nuevo delante de la familia porque era demasiado bonito para no presumir y terminamos llorando todos de nuevo.
© Joy Zamora y Kristel Aragón-¿Dónde tuvo lugar la posterior celebración?
-Todo lo hicimos en la misma villa. Sobre todo queríamos comodidad para nosotros y nuestros invitados, ya que fue suficiente pedirles que se desplazaran hasta Ronda (risas).
-¿Eráis muchos?
-En total éramos 40 personas. La mejor decisión que pudimos tomar. No era la idea que teníamos en 2020, pero nos apetecía mucho en este momento celebrarlo de una manera íntima, pudiendo disfrutar de cada uno de nuestros invitados al cien por cien. Todos nuestros invitados no paraban de decirnos que era la primera boda que vivían así, que era perfecto porque todos habíamos conectado con todos, había muy buen rollo, todos estábamos emocionados y lo disfrutamos de principio a fin.
“El momento más especial fue al día siguiente, sentados en el mismo banco de la ceremonia a la hora del atardecer, en ropa de piscina y con la cara lavada”
-¿Cuál fue el momento más especial de la celebración?
-Si tengo que elegir del día de la boda como tal, creo que me quedo con el momento de la cena, en el que los invitados empezaron a dar discursos preciosos y nos sentíamos todos en familia, riendo, llorando y disfrutando.
© Joy Zamora y Kristel Aragón
© Joy Zamora y Kristel Aragón-¿Y el más divertido?
-Le compré a Guille a escondidas un disfraz de alien. Siempre está enseñándome vídeos sobre alienígenas, misterios y le pedí a sus amigos que en la fiesta se lo hicieran poner. De pronto, apareció corriendo de una punta a otra de la villa con el disfraz y terminamos bailando Paquito, el chocolatero. Fue muy gracioso verle disfrutando como un niño.
“A la noche siguiente sorprendí a mi mejor amiga con un montaje que parecía que le iba a pedir matrimonio. Muchas velas, una de sus canciones favoritas y yo esperándola con el ramo y unas palabras que quería dedicarle a solas”
-¿Con qué tema abristéis la fiesta?
-Con ninguno en concreto. No queríamos abrir el baile bailando solos, ni nada típico. Simplemente empezamos a poner música. Decidimos ir sin DJ porque éramos muy pocos. Yo hice una lista de spotify con un popurrí de canciones que no pueden faltar en una boda y triunfó. Además, podíamos poner todas las peticiones que la gente quisiera. Era una barra libre de música.
© Joy Zamora y Kristel Aragón-¿Regalaste el ramo de novia?
-Sí. A la noche siguiente sorprendí a mi mejor amiga con un montaje que parecía que le iba a pedir matrimonio. Muchas velas, una de sus canciones favoritas y yo esperándola con el ramo y unas palabras que quería dedicarle a solas.
-Por tu vocación musical, ¿llegaste a cantar en tu boda?
-Muchos me lo preguntaron, pero no quería esa carga el día de mi boda.
“Todos nuestros invitados no paraban de decirnos que era la primera boda que vivían así, que era perfecto porque todos habíamo conectado con todos”
-¿A dónde habéis ido de viaje de novios?
-No fuimos a ningún viaje como tal. Nos fuimos a desconectar a nuestra playa favorita, donde siempre veraneamos con nuestros perros. El año que viene haremos ese viaje organizado con más tiempo, que tiene toda la pinta de que será de nuevo por Asia.
-¿Han cambiado muchas cosas en tu vida desde entonces?
-Nada (risas) Nos estamos acostumbrando a mencionarnos como “mi marido” y “mi mujer”, y en casa todo el día bromeamos llamándonos “esposo” y “esposa”.
© Lea Farren-¿Pensáis aumentar pronto la familia?
-No creo que tarde mucho en llegar. Si fuera por Guille ya tendríamos más de un hijo. Soy yo la que aún no estaba preparada, pero ya voy teniendo el instinto maternal a flor de piel.
-¿Qué proyectos profesionales tienes por delante?
-Estoy a la espera de saber si podré cumplir una de mis siguientes metas. También quiero seguir trabajando en la moda, pero como empresaria. Tengo varios frentes abiertos que según se vayan dando los acontecimientos tomaré un rumbo u otro. ¡Mucho misterio porque aún no hay confirmado nada!
