Jumpsuit de lentejuelas; boas de plumas; botines de plataforma con tacón cubano; levitas extra slim fit de terciopelo brocado; blusas con escote imperio; leggins en animal print; rouge de labios y foster verde para el párpado… Y no, no estamos hablando del guardarropa o la paleta de maquillaje ni de Harry Styles ni de Damiano (de Maneskin) ni siquiera de Thimothée Chalamet, Manu Rios, Lenny Kravitz o Palomo Spain y su pasarela. Cuando ellos se lo pusieron -todo- y ocuparon titulares sobre cómo convertirse en el nuevo icono de estilo o sobre cómo difuminar los límites entre los masculino y lo femenino, mientras que los periodistas acuñábamos el término no gender como si fuera el nuevo must, ya hubo alguien que, medio siglo antes, lo había hecho. Medio siglo, por ser generosos… Y hablamos de la misma persona que, estos días, se ha convertido en un fenómeno viral porque perrea mejor que nadie. Aún siendo británico y contando 80 veranos recién cumplidos… ¿Pero es que alguien, a estas alturas, podría sorprenderse de que no fuera capaz? Evidentemente, solo aquel que no sepa quién es Mick Jagger, una leyenda no solo de la historia de la música del siglo XX, sino, también, de la moda.
Porque hacer un recorrido por la vida del líder de los Rolling Stones significa hacer dos altos en el camino para tomar aliento. Y porque el antes, el después -con sus dos puntos de inflexión- y, por supuesto, ‘el durante’, son hoy la base de la estética de todo músico o fashion victim que se precie de serlo. Del que se sube a un escenario en el Primavera Sound o Mad Cool Festival, pero también del que se viste en Zara, el que pone velas en las vitrinas de Gucci o el que se compra los trajes de Burberry creyéndose tan delgado como Hedi Slimane.
Esos dos puntos son: el primero, en 1968, con la foto de promoción de Jumpin Jack Flash y, el segundo, con aquel videoclip del 85 en donde compartía plano con otro mito 360, David Bowie con quien, tras su experiencia berlinesa conjunta, bailaba por una calle de cartón piedra. Por supuesto, era Dancing in the street. Jagger, en uno, daba la vuelta a lo establecido y redefinía el concepto rockstar (con su traje sastre, pero descalzo y sin camisa, algo que un crooner nunca habría hecho jamás pero tampoco, hasta la fecha, Elvis Presley) y, en el otro, se contoneaba como los bailarines de Jungle en el video Back to 74 ( sí, sí, eso también lo inventó él) con un look casual a lo Sonny Crocket, de Miami Vice. Un outfit del que ni él ni otro de sus coetáneos, Julio Iglesias, aún se han despojado y que marcó entonces en sus tonos pastel a Wham, Spandau Ballet, The Communards, Frankie goes to Hollywood o Bryan Ferry.
Pero, entre medias… ¡Ay entre medias!… ¡La fantasía Glam! ésa de la que hoy beben los años 20s de este siglo como si la androginia la hubiera inventado Alessandro de Michelle... Aunque, desde aquí, gracias, Alessandro, por recuperarla. Así, desde Samantha Hudson a Jared Letho son herederos de Mick Jagger. De sus foulards de seda, lycras , ropa deportiva provocativamente corta y apretada, botas de baseball , jerseys de angora… prendas con las que vestir sus cuerpos masculinos -que no obvian sus atributos- y darles una apariencia pretendidamente femenina y festiva. Y a este punto, el de Dartford llegó desde el look mood de los 60’s con chinos, chaquetas Oxford y pelo a tazón que, poco a poco, contagiándose de la escena punk, comenzó a combinar de un manera muy diferente a la convencional, tanto incluso como para provocar los mismos debates sobre la ambigüedad sexual o el género binario -o no- de la ropa… Hace 50 años, que eso sí que es ser revolucionario. De esa forma, los mismos trajes que llevaban The Beatles y que en ellos derivaron hacia el universo hippy véase boho de Woodstock, en el caso de Jagger y sus compañeros de grupo (¿recordamos los ojos maquillados de Kewith Ricards y el glitter de Pierre Laroche?) los empezaron a combinar con botas de tacón fácilmente intercambiables con los de sus novias. Marianne Faithfull en el caso de Jagger. Fue precisamente a través de otra mujer, la que lo llevó al altar, con la que su estilo volvió a relajarse. Del mono Ossie Clark al traje blanco de tres piezas, creación de Tommy Nutter, con el que pasó por la vicaría a juego con Bianca Jagger y su tuxedó Yves Saint Laurent con pamela. Eran los años de Studio 54, de Halston, de los pantalones de tiro alto y los blazer entallados. Después, con los 80’s llegaría el mudo deportivo, como los pantalones de deútbol americano con rodilleras para el tour de Tattoo You, los pitillo, las converse, las t-shirt negras…
Pero ésta no es solo una relación de prendas que puedes ver en uno (Mick) y en otros (de Don Johnson a Miguel Bosé) indistintamente en un denodado esfuerzo por tramar una conexión entre el de Satisfaction y el resto utilizando como denominador común que son cantantes y hombres. La influencia va mucho más allá de la coincidencia. Está en la actitud irreverente, en el estilo contestatario, en la ruptura con los roles… incluso, casi, rozando el plagio. ¿O es que a alguien le pillaron de improviso las fotos del backstage de la gira de Harry Styles de 2018 cuando el ex de One Direction se convertía para siempre en mito para la ‘generación Z’? ¿Alguien era capaz de encontrar más de 7 diferencias entre las instantáneas de Terry O’Neill, que inmortalizó a Jagger bajo el secador y con redecilla en el pelo, de las de Helene Marie Pambrun con un Styles cepillándose los dientes en Milán? Vamos, como que hasta el propio Mick levantó la voz.
Fue en una entrevista con The Sunday Times cuando dijo aquello de: “Me gusta Harry, tenemos una fluida relación. Yo solía usar mucho más maquillaje en los ojos que él. Vamos, que era mucho más andrógino”, una de cal, y otra de arena porque, cansado de las comparaciones, Jagger estableció las diferencias. “No tiene una voz como la mía ni se mueve en el escenario como yo. Solo tiene un parecido superficial con mi yo más joven, lo cual está bien, no puede evitarlo”. Como era de esperarse, la gran comunidad de fans de Styles puso el grito en el cielo, redes sociales mediante, porque ¿quién era ese señor taaaan mayor…? Mick respondió categórico: “Me gusta Harry. Es muy decente”. Viniendo eso de su satánica Majestad, entiéndase la contundencia de ese golpe de gracia, a su pretendida irreverencia y a su rebeldía.
Y no solo Harry es un digno heredero de Mick. ¿Damiano y su lengua? Y sin olvidarnos tampoco de que, en el caso del italiano, Bowie, Kiss o Def Leppard podrían también levantar la mano… ¿Hay una lengua menos conocida que la de Mick? Efectivamente, fue inspiración para uno de los logos pop más universales. Unos labios rojos y una lengua que se usaron por 1971 por primera vez en las invitaciones VIP de un show de los Stones en el Marquee, obra de un estudiante de diseño gráfico llamado John Pasche que lo dibujó un año antes por 50 libras. A a día de hoy, es uno de los diseños más conocidos en todo el mundo y no, no la dibujó Andy Warhol.
Sus claves de estilo
Quizás, para que no haya más equivocaciones sobre el legado de estilo de Mick Jagger, ¿no nos vendría bien hacer un repaso a sus tips de estilo? Vamos:
- Dedos llenos de anillos y la camisa cuello Lavalier completamente abierta
- Trajes a cuadros de lana con camisas de flores de seda
- Americanas cruzadas extra slim con pantalón de campana y zapato de tacón
- Camisas con cuellos enormes y pañuelos y solapas anchas… y bordados.
- El mono de lycra, el mono de lentejuelas, el mono de algodón o lino… El mono.
- La camiseta de tirantes, la camiseta roída, la camiseta de tirantes rota debajo de una chaqueta de cuero con muuuuucha hombrera
- El pantalón joggy y el pantalón leggin
- El vaquero pitillo, con la chaqueta afilada de fantasía y las converse de bota.
Ea. Y ya estaría. Si es que... Mira que fastidia, pero está todo inventao’...