Julián López “El Juli” se despide este fin de semana de los ruedos tras más de 25 años en el trono del toreo. Y lo hace, además, en las dos plazas más importantes del panorama taurino: Las Ventas de Madrid y La Maestranza de Sevilla, que albergarán las corridas con las que se pone el broche final a una trayectoria impecable, rubricada con 1857 corridas, 3895 toros lidiados, 2883 orejas, 97 rabos, 32 indultos y 961 puertas grandes.
Una exitosa carrera en la que el diestro ha encontrado un apoyo fundamental: su mujer y madre de sus hijos, Rosario Domecq, con la que lleva casado más de quince años. Hija del ex jugador de polo y ganadero jerezano, Pedro Domecq y Urquijo, ha acompañado a Julián durante todo su periplo por las plazas de toros españolas y americanas sin captar ningún protagonismo. Siempre alejada del foco mediático, la jerezana ha formado con el torero una pareja idílica dentro del mundo del toro.
Los protagonistas de esta historia de amor iniciaron su relación a comienzos de los años 2000, cuando "El Juli", que con apenas 18 años ya era una figura máxima del escalafón taurino, conoció a una Rosario, de 22, que acababa de terminar sus estudios de comunicación en Barcelona y trabajaba en una famosa galería de arte en Madrid. El inicio de este noviazgo no fue, ni mucho menos, un camino de rosas, ya que sufrió la pronta negativa de los padres de la joven, que no veían con buenos ojos la excesiva exposición a la que se enfrentaría su hija. Sin embargo, la discreción con la que los novios llevaron a cabo esos comienzos recondujo finalmente la situación.
Tras seis años de noviazgo, Rosario y Julián se dieron el “Sí, quiero” el 20 de octubre de 2007, en la Capilla del Convento de Santo Domingo de Jerez de la Frontera. La novia lució un vestido de la firma de Miguel Palacio, combinado con una diadema de diamantes familiar. El banquete de bodas se celebró en la casa Palacio Domecq, propiedad también de la familia de Rosario desde el siglo XVII, y al que acudieron más de 400 invitados, entre los que estuvieron presentes empresarios, ganaderos y numerosas personalidades taurinas como Enrique Ponce, Finito de Córdoba o Javier Conde. Cuatro años después de la boda, el matrimonio anunció el nacimiento de sus dos primeros hijos mellizos, Rosario y Fernando, y, en 2014, el de la tercera, Isabel.
El recato mediático con el que la pareja inició su relación ha seguido intacto durante el resto de la carrera del matador de toros. Julián y Rosario siempre han gozado de una vida discreta y reservada en la finca extremeña de El Freixo, donde pasan la temporada de invierno, y también en su residencia veraniega de Sotogrande, en Cádiz, donde suelen disfrutar de las épocas vacacionales. El Juli, en su comunicado de despedida, expresó la necesidad por “empezar una nueva etapa”, puesto que, debido a la entrega por su profesión, “no he podido disfrutar de más tiempo con mi familia”.