Julio Iglesias ha entrado en varias ocasiones en el Libro de los Récords y sus premios no han hecho nada más que rubricar sus hazañas en la música. El madrileño es el único artista en conseguir un Disco de Diamante, un reconocimiento creado especialmente para él porque nadie en la historia ha logrado vender más de 100 millones de copias de sus álbumes en más idiomas. Desde el español o el inglés al japonés o el tagalo.
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Además, Julio Iglesias forma parte de un selecto y reducido grupo de leyendas de la música, como Elvis Presley, Frank Sinatra, The Beatles o Michael Jackson, que ha recibido el Grammy honorífico a toda su carrera, un reconocimiento que aún hoy no ha conseguido ningún otro artista español.
Estos son tan solo dos premios que coronan un largo etcétera que comenzó un 17 de julio de 1968, con su triunfo en el Festival de Benidorm. Después vendría un cuarto puesto en Eurovisión y el despegue internacional con premios como el Billboard Latin Music, World Music, ASCAP, su estrella en el Paseo de la Fama de Los Ángeles en 1985 o condecoraciones como la Real Orden de Isabel la Católica en España, la Legión de Honor de Francia o el China’s Golden Record Award, la máxima distinción musical que se otorga en el coloso asiático.
A Julio Iglesias le produce cierto temor volar. Algo paradójico en un artista que ha ofrecido más de 5.000 conciertos y ha actuado para más de 60 millones de personas en los cinco continentes tras darse a conocer en el Festival de Benidorm de 1968. Por aquel entonces, viendo la acogida que el artista tenía en el extranjero, el directivo discográfico Enrique Martín Garea dijo: “¿Sin entenderle enloquecen con él? Vamos a grabarlo en todos los idiomas que podamos y veremos qué pasa”.
Parecía una locura, pero Julio Iglesias ya había cantado en japonés una versión de Como el álamo al camino, canción que compuso con las frases de la homilía de su ceremonia de boda con Isabel Preysler. Y su mánager de entonces, el fallecido Alfredo Fraile, siempre creyó que nunca habría llegado a ser una estrella mundial si no hubiera tenido el detalle de cantar a cada público en su idioma.
Julio Iglesias ha sido y sigue siendo el mejor embajador de España en todo el mundo y uno de sus grandes iconos
Pero ¿cómo lo hacía? Julio no dominaba los idiomas, pero era capaz de hacer suyos esos sonidos y de emocionar a un público con el que solo se entendía cantando. A lo largo de la década de los setenta, comenzó a grabar en portugués, francés e italiano… y hubo un momento, más adelante, en el que se atrevió con el inglés, el chino, el indonesio y el filipino, entre otros. Así hasta convertirse en el único cantante de la historia que ha sido número uno en catorce idiomas diferentes. Algo que ya es natural para Julio, que ha sido (y lo sigue siendo) el mejor embajador de España en todo el mundo y uno de sus grandes iconos.
Sin perder su identidad latina y su costumbres españolas, y viajando a bordo de su avión privado, el cantante ha tenido la oportunidad de actuar en casi todas las ciudades y países del mundo: Madrid, Marbella, París, Moscú, Nueva York, Londres, Bangkok, Tel Aviv, Egipto, Brasil, Filipinas, Corea del Sur, Taiwan... “Cantar en España es muy emocionante, pero cuando cierro los ojos antes de empezar siento a la gente. Se encienden unas luces maravillosas y, en ese momento, no hay culturas, no hay razas, no hay nacionalidades. Solo hay sentimientos”, decía. En 1976 actuó por primera vez en el emblemático Madison Square Garden, de Nueva York, donde estableció todo un récord de taquilla, agotando las entradas en el más corto lapso de tiempo registrado jamás por un artista. Ha llegado a ser el más importante cantante extranjero en la historia de Brasil, actuando para más de 150.000 personas en el Parque do Ibirapuera, en São Paulo.
Y en 2016 recibió un premio en Sudáfrica por la venta de 500.000 discos, convirtiéndose en uno de los tres únicos artistas en el mundo que lo han recibido. Hasta los chinos han caído rendidos a su carisma, de ahí el cariño que profesa por el país: “Mi primer viaje aquí lo hice en 1972, mi primera mujer es filipina y vivíamos largas temporadas en Hong Kong, así que mi relación con esta cultura viene de lejos y he venido en muchísimas ocasiones”, contaba. Atrás queda su primer viaje a Chile para participar en el X Festival de Viña del Mar, en el que, por su miedo a los aviones, tuvo que viajar acompañado por su padre.
Julio, en cifras
• Más de 350 millones de discos vendidos en todo el mundo, 26 solo en España.
• Una carrera de 60 años en la que se cuentan más de 80 álbumes grabados en 14 idiomas.
• Más de 5.000 conciertos ante 60 millones de espectadores en más de 600 ciudades de los cinco continentes.
• Más de 2.600 Discos de Oro y Platino y un Disco de Diamante, único en el mundo.
• Su disco, Hey! compuesto íntegramente en español, ha vendido trece millones de copias. Es el artista extranjero que más discos ha vendido en la historia de países tan dispares como Brasil, Francia, Italia o China.
• Actualmente, en el ámbito digital, Me olvidé de vivir cuenta con 88 millones de reproducciones en Spotify, donde, mensualmente, consigue 4,3 millones de escuchas.