Contagia alegría allá por donde pasa y tiene una de las sonrisas más sinceras de la televisión, sin embargo, en las navidades de 2019 algo se rompió para siempre en la vida de Roberto Leal. Su padre, Pepe, fallecía a los 65 años antes de que pudiera verle dar sus segundas campanadas y él tuvo que hacer de tripas corazón para ponerse delante de una cámara cuatro días después de su despedida. Sin poder llenar aún el vacío dejado por el que fue uno de los pilares de su vida, el presentador de Pasapalabra ha acudido como invitado al programa del exjugador Joaquín, El novato, donde ha recordado muy emocionado a su mayor y más discreto fan: su padre.
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Albañil de profesión, a Pepe le diagnosticaron diabetes con tan solo treinta años, sin embargo, más pendiente del trabajo y de sacar a su familia adelante no se cuidó como debería y hasta los cuarenta no se puso insulina por lo que eso le fue afectando poco a poco, tal y como ha relatado el propio Roberto. "Un día, con 52 años, le dio un infarto. Yo pensé que no pasaba de ahí. Tuve la suerte de que me cogió en mi casa, porque yo estaba con España directo y los viernes me iba a mi casa. Lo que es la vida, parece que estaba esperándolo. Si no, le hubiera cogido solo, con mi madre", relataba el presentador emocionado.
"Tuvieron que operarle a corazón abierto, ahí vieron que no estaba bien. Poquito a poco se fue apagando, tenía dificultad para moverse..." hasta que en las navidades de 2019 su vida se apagó para siempre. "Falleció cuatro días antes de las Campanadas. El año anterior también las di, pero se acostó antes, no estaba bien. No estaba para fiestas. Me daba pena" explicaba Roberto Leal.
Sin embargo, y a pesar de lo duro que fue decirle adiós, el presentador sevillano también recordó a su padre con una sonrisa, pues tal y como él mismo lo ha descrito era "un tío muy peculiar" y "de pocas palabras", tanto que cuando Roberto rompió con su primera novia y su padre le vio llorando lo único que alcanzo a decirle fue: “Tranquilo hijo, que mujeres hay muchas”. "Me lo dijo así, muy serio. Me quedé callado, esperando a que me diese un discursito sobre el amor. Pero no, ahí se quedó” contaba con una sonrisa el presentador. "Era un tío peculiar, lo queríamos mucho. Se puso malito muy pronto. La vida no ha sido buena con él, se fue joven, con 65 años" añadía el sevillano.
Y es que como ha revelado Roberto, él comenzó a trabajar mano a mano con su padre en la obra y eso de alguna manera los unió mucho. "Yo empecé a hacer chapuzas y la facultad me la pagué gracias a la albañilería y el carnet del coche. Él me iba pagando el sueldo y era un tío con un sentido del humor de estos que no los ves venir que a priori te puede parecer serio, pero luego tenía mucha retranca" afirmaba Leal.
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De hecho y a pesar de lo parco en palabras que solía ser, Pepe no dejaba de presumir de su hijo siempre que se le presentaba la ocasión. "Lo que más me duele es que al final él sí que ha vivido cosas mías bonitas porque él presumía mucho, aunque le costaba muchas veces trasmitir sus sentimientos", declaraba Roberto, con esa espinita clavada de que su padre no haya podido disfrutar más de sus éxitos profesionales. "No veas lo que presume tu padre en la asociación de vecinos jugando al dominó de que es su hijo el que sale en la tele, me contaba mi madre, y por eso sé que él estaba muy orgulloso" añadía el presentador con una sonrisa, que dejaba atrás los duros momentos vividos.