El pasado jueves 15, Tamara Falcó presentó su nueva colección cápsula para Pedro del Hierro en la Semana de la Moda de Madrid. Pero el desfile contó con una inesperada sorpresa: la presencia de Boris Izaguirre , que terminó saludando a la marquesa de Griñón después de casi un año distanciados. No hay que olvidar que su amistad se rompió en octubre del año pasado, cuando el escritor venezolano escribió un artículo sobre la intervención de Tamara como ponente al Congreso Mundial de las Familias de México.
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Entonces, Isabel Preysler y su hija cortaron relación con Boris hasta el punto de que el venezolano no estuvo en la boda de la marquesa de Griñón con Íñigo Onieva. Sin embargo, parece que el tiempo ha conseguido limar asperezas entre todas las partes. De hecho, el escritor venezolano saludó cariñosamente a Tamara, a quien llamó por teléfono. El propio Boris explica a ¡HOLA! cómo se ha producido el acercamiento.
—Te has reencontrado con Tamara Falcó en su desfile. ¿Cómo ha sido?
—Creo que muy bonito, la verdad. No esperábamos crear toda esta excitación alrededor de saludarnos. Desde el principio lo hemos podido haber hecho por teléfono y es como debió haber sido.
—Entonces, ¿ya habíais hablado por teléfono?
—Hemos hablado por teléfono, sí.
—Entonces, ¿hay un acercamiento?
—Creo que sí.
—¿Quién dio el primer paso?
—Yo le avisé de que iba a venir al desfile. Me pareció importante hacerlo así para evitar las tensiones y sorpresas. Sobre todo, porque yo no creo en las sorpresas y no me no me sientan nada bien. Ella me respondió inmediatamente y me dijo: “Estaré encantada de verte el jueves”. Entonces, vine ya más tranquilo. En realidad, lo que le dije fue que tenía unos nervios terribles, pero por el desfile de ella.
—¿Crees que se va a poder solucionar todo con Tamara?
—Yo espero que sí.
—Ella siempre dice que Rubén y tú la apoyasteis cuando tuvo su conversión y así se lo hicisteis saber a su madre, Isabel Preysler.
—Es verdad. Eso ocurrió en casa de Elena Benarroch.
—¿Y cómo está tu situación con Isabel Preysler?
—Bueno, primero estamos hablando con Tamara y ya hablaremos con Isabel.
—¿Crees que vais a poder quedar y solucionarlo?
—Yo espero que sí.
—¿Cómo ves a Tamara ahora que está casada?
—La veo muy guapa, y muy feliz y muy entera.
—¿Te gustó su vestido de boda?
—Sí, sí. Me gustó mucho.
—Ya que estamos en un evento de moda, hablemos también de cómo te vistes. ¿Eres muy selectivo a la hora de arreglarte?
—Lo es más Rubén. Yo creía que me vestía bien, pero ahora, con Rubén, todo son dudas.
—¿Él es más exigente?
—Muchísimo más. Pensaba que era bastante conocido por eso, pero ahora Rubén no está tan de acuerdo con esa suposición.
—También vemos que te aguanta el bronceado. ¿Cómo ha ido el verano?
—Sí, porque he tomado sol en varios sitios: Baleares, Venezuela…
—¿Has visitado a tu familia?
—Sí, he estado con mi padre. Se encuentra muy bien y hemos estado muy felices.
—A finales de mes, cumples años. ¿Cómo llevas el paso del tiempo?
—Sí, el día 29, pero no cumplo 29 (ríe). Estoy muy bien, encantado. Cada vez mejor.
—Que no parezca que te estoy llamando mayor, pero, ¿cómo te encuentras?
—¡Soy mayor! Voy a cumplir 58 años y ya es mayor, desde luego. Pero estoy deseando entrar en los 60. Los 50 han sido buenísimos, pero parece que los 60 son mejores. Me lo ha explicado este verano un muy querido amigo mío, que las mejores dos décadas son 60 y 80. El camino de 60 a 80 son fenomenales y estoy con muchísimas ganas de entrar ya en esas dos décadas.
—¿Piensas celebrar tu próximo cumpleaños de alguna manera especial?
—No lo sabemos porque no nos ponemos de acuerdo Rubén y yo. Él también cumple años el 14 de octubre y está en una etapa de su vida que necesita muchísimo afecto y muchísimo cariño. Ahora el protagonista es él, pero no termina de ponerse de acuerdo, así que todavía no sé qué voy hacer para mi cumpleaños.
—¿Por qué dices que Rubén necesita mucho afecto? ¿Se encuentra bien?
—Sí. Es que está muy pesado, pero ya es un problema de matrimonio (ríe).