Para Kiko Hernández Mila Ximénez no era una amiga, era su mejor amiga. Más de dos años han pasado ya desde que falleciera a consecuencia de un cáncer, pero su recuerdo sigue muy presente entre sus seres queridos. El excolaborador de Sálvame se ha casado este fin de semana en Melilla y ha querido rendir homenaje a su amiga, su compañera y cómplice en un día tan importante como ha sido el de su boda. No solo ha tenido palabras cargadas de emotividad para ella, también se ha acordado de Begoña Sierra, fundadora del bingo Las Vegas, a la que también le unía una gran amistad.
Kiko Hernández y su pareja, Fran Antón, se dieron el sí, quiero ante cientos de invitados. Todos los asistentes recibieron una vela blanca con un mensaje que encendieron cuando Kiko recordó con inmenso cariño a sus dos amigas, dos personas esenciales de su vida y que hoy no están. En ese momento todos los asistentes guardaron silencio y miraron hacia el cielo en honor a esas personas que significaron tanto para Kiko Hernández. Un momento lleno de emotividad, en el que a muchos se les saltaron las lágrimas. Mila tuvo mucha relación con algunos de los presentes como Lydia Lozano, Chelo García Cortes o Kike Calleja.
Kike Calleja ha compartido con Emma García en el programa Fiesta algunos detalles como la mención especial a Mila que hubo durante el banquete. Un momento que Kike Calleja ha recordado aún con emoción: "Sonó una canción de Manuel Carrasco que a Kiko le recordaba a Mila y comenzaron a proyectar imágenes de ellos dos juntos, fue un momento muy especial para todos. Se nos pusieron los pelos de punta". La periodista sevillana adoraba a Manuel Carrasco y el tema que se escuchó era su preferido.
Mila Ximénez no solo tenía una increíble relación con Kiko, sino también con sus hijas, Abril y Jimena, de seis años. El colaborador contó en el 14º aniversario de Sálvame el gran vínculo que unía Mila y a sus niñas. "En la pandemia, Mila hablaba todos los días conmigo y lógicamente con mis hijas. Era la época en la que empezaban a hablar y la época en la que ella se puso enferma". "Un día se puso Abril al teléfono y le preguntó si estaba mala. Cuando ella le dijo que sí, mi hija se fue al baúl de sus cosas y vino con un bote de purpurina. Le dijo: 'Para curarte te tienes que poner purpurina en la frente'. Mila se puso a llorar, colgó y cuando volvió a llamar tenía toda la frente llena de purpurina", contaba Kiko emocionado al recordar como Mila iba siempre a darse los ciclos de quimioterapia con la purpurina en la frente.