Era febrero de 2016 cuando Arantxa Sánchez Vicario llegaba a Barcelona procedente de Miami, tras el fallecimiento de su padre, Emilio Sánchez Benito, a los 83 años. La extenista, junto a su entonces marido, Josep Santacana, acudía a la capilla número 6 del Tanatorio Les Corts en Barcelona, donde se encontraban los restos mortales de su padre. Pero, según contó ella misma, sus hermanos la expularon de la capilla ardiente.
"Una vergüenza, me han vetado mis hermanos, por eso estoy aquí hablando con vosotros porque creo que no es lo adecuado, sobre todo no es el lugar, ni el momento", explicaba la deportista a los medios allí congregados. "Si mañana no me veis en el funeral será porque no es normal que me hayan montado el 'numerito' que me han montado, me han vetado y me han echado de la sala. Así, que quiero decirlo porque estoy cansada de tantas especulaciones", dijo en referencia al posterior funeral que se celebró en honor a su padre y al que, finalmente, no acudió.
Tensos momentos
La ganadora de cuatro torneos de Grand Slam explicó con todo lujo de detalles cómo sucedieron los acontecimientos en el interior del tanatorio: "La situación ha sido así, he entrado, he saludado a mi madre, le he dado dos besos, nos hemos abrazado, mi madre se ha echado a llorar, nos hemos abrazado como madre e hija, se ha desmayado -la están atendiendo para ver que le ha sucedido- y a partir de allí, me han vetado y me han dicho que me fuera. Parece que a mis hermanos les moleste que esté aquí". Marisa Vicario, la madre de Arantxa, tuvo que ser atendida al sufrir un desvanecimiento por una ambulancia del 112.
Su marido, su apoyo en aquellos momentos
Respaldada en todo momento por el que era su marido y su apoyo, la extenista lamentó lo sucedido: "Es un momento muy duro, he venido a ver a mi padre y a mi madre, y esto es lo que ha pasado". "Yo tengo el mismo derecho, soy su hija, es mi padre el que ha fallecido. No me lo merezco, es una vergüenza y si tienen algún problema -en referencia a sus hermanos- que lo digan dentro de unos días, ahora no es momento", afirmó.
Una ruptura familiar que marcó la vida de Arantxa
La relación entre Arantxa y su familia estuvo marcada por el proceso judicial que les enfrentó en el año 2012. Una de las mejores deportistas españolas de todos los tiempos presentó una querella contra su padre y su hermano Javier por haberse apropiado de más de 16 millones de euros de fortuna. “Me han dejado sin nada, estoy endeudada con Hacienda y mis propiedades son muy inferiores a las que tiene por ejemplo mi hermano Javier, que a lo largo de su vida ha ganado mucho menos que yo”, aseguraba en su libro de memorias Arantxa ¡Vamos! Tras aplazar en varias ocasiones la vista ante el juez, en verano de 2015 se llegó a un acuerdo entre las partes y se desactivó la causa judicial.
Actualmente y, tras la ruptura con Josep Santacana en el año 2018, la deportista mantiene una buena relación con su madre, Marisa, con su hermana mayor Marisa y con su hermano Emilio, con el que además colabora dando clases en la 'Emilio Sanchez Academy', en Florida, Estados Unidos. Algo más distante sería la relación con su hermano Javier, aunque con también tendría contacto.