Horas antes de que diera comienzo en Barcelona el juicio de la extenista Arantxa Sánchez Vicario, de 51 años, y su exmarido Josep Santacana, por un presunto delito de alzamiento de bienes, se producía un nuevo cruce de acusaciones entre la expareja. Arantxa habló sobre la delicada situación personal que atraviesa, reconociendo que es una de las peores etapas de su vida. En declaraciones a El País, aseguró que lo fundamental para ella son sus hijos, Arantxa, de 14 años, y Leo, de 11, a los que saca adelante gracias a la ayuda económica de sus amigos. “Estaba enamorada. Confié en mi exmarido y me he visto inmersa en esta situación. Mi error, como he dicho otras veces, fue enamorarme. Confié en la persona que tenía al lado, en mi marido, y me la jugó. No voy a tirar la toalla. No lo hice en la pista y no lo haré ahora" declaró.
Su exmarido, del que se separó en 2018, no ha tardado en responder de manera contundente afirmando en el citado diario que nunca engañó a su exmujer, a la que acusa de no ser sincera. “No es cierto que Arantxa sufra dificultades económicas. Es una estrategia de cara al juicio para dar pena” asegura en las páginas de El País. Santacana detalla que la extenista vive en un apartamento de lujo en Miami y que sus hijos van a colegios privados. Añade además que no es cierto que no disponga de dinero pues afirma que tiene patrimonio, pero lo ha ocultado.
Explica el empresario, de 51 años, que cuando se casaron, en 2008, la exdeportista ya tenía problemas. “Ya todo estaba hecho y la mayoría de su patrimonio había desaparecido” dice. Santacana apunta a que él ha sido el cabeza de turco en esta situación. “Entré en la vida de Arantxa en el momento ideal para buscar un perfecto culpable de todos los errores que habían cometido” dijo. En este sentido señaló que la gestión de su patrimonio la llevaba su familia y que él no intervino en sus asuntos. Con firmeza, reitera: “Nunca engañé a Arantxa ni me beneficié económicamente de ella”.
Arantxa Sánchez Vicario vuelve a España tras su nuevo revés con la Justicia
¿Por qué se les juzga?
El Banco de Luxemburgo interpuso una querella por lo penal en 2015 contra Aranxta Sánchez Vicario y Josep Santacana. ¿El motivo? No hacer frente a la deuda que tenían con la entidad, que les había estado avalando durante años, al entregarles los 3,5 millones de euros -más intereses- a los que la Audiencia Nacional les condenó por evasión de impuestos y que el Tribunal Supremo ratificó en 2009. Después de eso, la entonces pareja estuvo vendiendo el millonario patrimonio inmobiliario de la exdeportista, con el fin de, según la querella, intentar evadir la deuda con el Banco de Luxemburgo. Por su parte, la propia Arantxa confesaba, en el escrito de defensa que presentó ante el juez en octubre de 2021, que había ocultado bienes, asegurando que lo hizo manipulada por el que fuera su marido, Josep Santacana.
La fiscalía sostiene que el empresario dio consignas a su entonces mujer para vender varios inmuebles, por lo que piden para cada uno de ellos cuatro años de cárcel por un presunto delito de alzamiento de bienes. El empresario niega haber cometido delito alguno mientras que, como se recuerda en El País, la extenista ha reconocido los hechos, se ha mostrado arrepentida y ha pedido que se le imponga una pena de prisión de siete meses de cárcel.