Este martes ha dado comienzo en Barcelona el juicio de la extenista Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana, por ocultar sus bienes para eludir el pago de una deuda millonaria con el Banco de Luxemburgo. La que fuera número uno del mundo y su ex, del que obtuvo el divorcio en 2019, se enfrentan a la petición de la Fiscalía de cuatro años de prisión por urdir un plan para descapitalizar su patrimonio y evitar el pago de una deuda que asciende a más de seis millones de euros.
Minutos antes de las 09:30 de la mañana llegaba la exdeportista española a los juzgados de la Ciudad Condal acompañada de su equipo legal y con el rostro serio por la tensión no solo de encontrarse con su ex, sino por lo que supone para ella y los hijos de la expareja esta vista oral. Curiosamente hoy 12 de septiembre de 2023 se cumplen quince años de la boda de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana en el castillo de Peralada, Girona. Una fecha que para muchos fue el inicio del calvario para la mejor tenista española de todos los tiempos.
-Así fue el polémico matrimonio de Arantxa Sánchez Vicario y su ex Josep Santacana
Rompe a llorar cuando es interrogada ante el juez
Josep Santacana, vestido con una camisa blanca y un pantalón beige, comparecía en los juzgados unos minutos después que su exmujer y respondía a las preguntas de los reporteros. "Afronto el juicio bien, con tranquilidad", señalaba a su llegada a la Ciudad de la Justicia y ante cuestiones tales como si se arrepiente de lo hechos, el empresario respondía: "No, de nada". En cambio, Arantxa Sánchez Vicario, ataviada con un look azul marino y blanco, llegaba a esta vista oral seria y sin querer responder a las preguntas de la prensa. Aunque la extenista y el padre de sus hijos no iban a declarar hasta la última jornada del juicio, que está previsto que se prolongue hasta el día 15, la tres veces ganadora de Roland Garros ha sido interrogada y ha expuesto su testimonio ante el juez.
Arantxa, que vive en Miami desde hace una década, ha vuelto a asumir su responsabilidad en el juicio, del mismo modo que lo hizo hace dos años, mostrándose arrepentida y considerándose una víctima de su exmarido, al que acusó en el pasado de haber dilapidado el patrimonio que ella forjó durante su carrera deportiva. La tenista rompió a llorar al afirmar que Santacana fue quien gestionó toda su fortuna a partir de noviembre de 2009 que es cuando le rebocó ese poder a su padre. "Yo nunca he gestionado ese patrimonio porque desconozco cómo se hace. Me he dedicado al tenis y siempre me he fiado de terceras personas y en estos momentos era mi marido, la persona que ha estado a mi lado, y es quien ha organizado todo", señaló. Además aseguró que no había pagado la deuda "porque mi marido me dijo que no (...), que no me preocupase, que él se ocuparía de hacerlo todo".
Sánchez Vicario ha asegurado que ella siempre quiso pagar pero que fue su marido quien no quiso y de ello se arrepiente. Desde hace varios años la mitad de los ingresos de la deportista van a parar al Banco de Luxemburgo para pagar esa deuda millonaria. Lo único que desea la mamá de dos niños, Arantxa y Leo, de 14 y 11 años respecivamente, es poder rebajar esa pena y no tener que ingresar en prisión como así solicita la Fiscalía.
Poco antes de la 13:30 de la tarde Arantxa abandonaba los juzgados con gafas de sol y sin querer responder a los medios. "Como comprenderéis no voy a dar ninguna contestación", señalaba y daba las gracias a los medios. Han sido algo más de tres horas lo que ha durado la vista oral, que continuará mañana a la misma hora en estos juzgados.
El origen del caso se remonta a 2009 debido a los problemas con el fisco de la exdeportista por los que fue condenada por el Tribunal Supremo a pagar una multa de 5,2 millones. Hacienda recuperó el dinero gracias a un contraaval suscrito con el Banco de Luxemburgo, que había acogido la fortuna de Arantxa. Pero cuando la entidad quiso recuperar el dinero, ya no quedaba cantidad alguna en la cuenta. El patrimonio se había volatilizado. El Banco de Luxemburgo presentó una querella y el ministerio público acusó al matrimonio de un delito de alzamiento de bienes o de insolvencia punibles. La Fiscalía sostuvo que Sánchez Vicario "bajo las consignas" de su exmarido, y en colaboración con otros cinco acusados, "idearon un plan" para descapitalizarse y evitar de este modo el pago de la deuda que tenían con el Banco de Luxemburgo.
-Arantxa Sánchez Vicario vuelve a España tras su nuevo revés con la Justicia
Esta entidad se había querellado contra la pareja después de intentar sin éxito, desde el año 2010, cobrar las cantidades con que avaló a la tenista. Según la Fiscalía, los acusados efectuaron numerosas "maniobras" con un "ánimo de enriquecimiento ilícito", entre ellas el vaciado de seis cuentas corrientes, para que no hubiese saldo en caso de embargo, o la desaparición del dinero percibido por la tenista en concepto de reportajes en medios de comunicación, "cobrando de forma opaca o haciendo desaparecer el dinero nada más recibirlo".
La acusación incluye asimismo la ejecución de un proceso de despatrimonialización inmobiliario "a través de sociedades de las que era titular real o fiduciaria" la exdeportista, llevado a cabo, "bajo las directrices del acusado", en más de una decena de viviendas, varias plazas de aparcamiento, un local en un puerto deportivo o varios terrenos, entre otros bienes inmuebles.