Los Invictus Games, que arrancan en Dusseldorf este fin de semana, volverán a colocar a los duques de Sussex en el centro del escenario mundial. Es su gran oportunidad para demostrar que quieren pasar página, después de años de disputas familiares y, también, de mostrar su solidez como matrimonio. Fue en los Juegos de Toronto de 2017 cuando hicieron su primera aparición pública anunciando su noviazgo y es, ahora, en Alemania, coincidiendo además con el 39 cumpleaños del príncipe, cuando pueden poner fin a los rumores de crisis que sobrevuelan su casa de Montecito desde hace meses.
En agosto publicaron un vídeo conjunto sobre acoso cibernético y se les ha visto en el último concierto de Taylor Swift en Los Ángeles y el de Beyoncé (este uno de septiembre), pero desde mayo no han compartido ninguna salida “oficial”. La última aparición fue en los premios Ms Foundation Women of Vision Awards en Nueva York, el 16 de mayo. Y no acabó bien. Los duques contaron que habían sido perseguidos en Nueva York por los paparazzi -recordando de alguna manera a lo que vivió Diana-, pero la policía de Nueva York lo desmintió dejándolos en mal lugar: “El duque y la duquesa de Sussex llegaron a su destino y no se informó de colisiones, citaciones, lesiones o arrestos al respecto”. Desde entonces, no se les ha vuelto a ver en escena salvando algunas imágenes “robadas”. De ahí que empezaran a surgir muchas informaciones sobre su relación, y también sobre sus proyectos profesionales fallidos.
El imperio Sussex
Los planes americanos no han salido tan bien como esperaban y encontrar una base sólida en Hollywood sigue siendo un desafío. Cuando se anunciaron sus acuerdos millonarios con Spotify (20 millones de euros) y Netflix (más de cien millones), en 2020, parecía que los Sussex estaban en camino de hacerse con un imperio, pero no todo es de color rosa.
La docuserie autobiográfica de los duques batió récords -fue el documental más visto de Netflix en diciembre de 2022-; y las memorias del príncipe Harry, En la sombra, se han convertido en el libro de no ficción más vendido en la historia, pero hay otros proyectos que se quedaron en el camino. Entre ellos, su pódcast en Spotify, tras una única temporada de Archetypes. Un ejecutivo de Spotify, Bill Simmons les llamó “estafadores”, y a Meghan se la acusó de falsificar entrevistas. Según publicaron los tabloides británicos fueron otras personas las que hicieron esa labor añadiéndose posteriormente el audio de su voz con las preguntas.
Los planes americanos no han salido como esperaban y encontrar una base sólida en Hollywood sigue siendo un desafío
Nuevos proyectos
Ahora, según publica The Telegraph están trabajando en proyectos separados lo que “no significa que se estén separando” que reflejan sus diferentes intereses profesionales y “son el resultado de una reflexión profunda sobre su dirección y carreras futuras”. Meghan no tiene planes de revivir The Tig, el exitoso blog de estilo de vida que cerró después de conocer a Harry, pero acaba de abrir una cuenta de Instagram @meghan. Según Daily Mail este perfil podría posicionarse en poco tiempo entre en el top 10 de influencers mejor pagados del mundo. Y, según los expertos, la duquesa podría ganar 1 millón de dólares por publicación.
Están trabajando en proyectos separados, asegurándose el futuro sin tener que hablar de sus vidas ni de su pasado
Quieren estabilizar su futuro sin tener que hablar de su vida ni de la de la Familia Real y tienen abiertos varios frentes. Han comprado los derechos cinematográficos de Meet Me at the Lake, de Carley Fortune, una novela romántica que será producida por Archewell Productions. Y también, según el Wall Street Journal, sus proyectos en desarrollo incluyen un programa de televisión llamado Bad Manners, basado en los personajes de Miss Havisham de Great Expectations, de Charles Dickens. Además, Harry también espera regresar a África para un nuevo documental.
Último ‘error’
Netflix todavía cree en Harry y Meghan y, dando vida a su acuerdo millonario de varios años con la plataforma, Harry y Meghan acaban de lanzar Heart of Invictus. Una serie de su productora (Archewell Productions) de cinco capítulos sobre los Juegos Invictus, que Harry fundó, en 2014.
En el segundo episodio, Heridas invisibles, el príncipe vuelve a hablar de la muerte de su madre, Diana de Gales: “El detonante fue cuando llegué de Afganistán, pero lo que me ocurría provenía de 1997, cuando tenía 12 años. Perder a mi madre siendo tan pequeño… nunca fui consciente del trauma que tuve hasta que volví de Afganistán”. Tras su misión en 2011 pilotando Apaches, terminó en el suelo en “posición fetal“ y dándose “golpes con las paredes”. “No tenía esa estructura de apoyo, esa red o ese consejo experto para identificar lo que realmente me estaba pasando”, contó. Se esperaba que no hiciera alusiones a su familia o a lo que vivió en palacio, pero Harry volvió a lanzar otro ataque velado contra los Windsor, bien es cierto que la mayor parte de la serie se filmó hace unos dos años, antes de la publicación de sus memorias.
Libres para hablar
Desde que los duques de Sussex cruzaron el Océano, las ofensivas a su familia han sido incesantes y siguen de momento. En su otra vida no podían defenderse ni contar su verdad, se sentían indefensos, silenciados, hasta que encontraron el camino. Meghan, que ha crecido con una fuerte conciencia social y está acostumbrada a tomar la palabra sin censuras, se valió primero de su círculo más íntimo para señalar las mentiras que se publicaban de ella; las discrepancias, las tensiones… Y, después, de las cámaras de televisión abriendo una brecha en su viaje oficial a Sudáfrica (finales de 2019) que ya no pudieron cerrar.
Su viaje a Europa es una gran oportunidad para demostrar que quieren pasar página, después de años de disputas familiares y, también, de mostrar su solidez como matrimonio
Un año de ataques
Harry y Meghan derrumbaron el cuento de hadas en 599 días… De la boda en un castillo a un cambio de vida radical que dejó a la Familia Real y a todo Gran Bretaña en shock. De ser los fabulosos cuatro -Sussex y Cambridge eran a ojos del mundo el equipo perfecto- a la guerra de la independencia. De parecer una familia unida a las peleas detrás de escena: luchas entre hermanos, lágrimas de duquesas, dos formas de entender la vida y el servicio a la institución… Y el dolor de Harry que nunca se sintió apoyado y tuvo miedo de no poder proteger a Meghan. Cada palabra, o era una bomba o una flecha cargada de dolor. El que arrastra desde niño y no ha podido superar, causando mucha tristeza al Rey.
La Casa de Windsor podría haber enfrentado una crisis existencial, pero las encuestas sugieren que las decisiones que han tomado Harry y Meghan les han perjudicado mucho más. Su popularidad ha caído a mínimos históricos y su imagen y su reputación también ha quedado en entredicho tras hacer un sinfín de declaraciones en las que han incurrido en contradicciones e inexactitudes. Sembraron dudas describiendo hechos de dominio público que evidencian falsedades, atacaron a la institución desde todos los frentes, no ayudaron en el inicio del reinado de Carlos III, aunque no todo era verdad. Ya lo dijo la Reina: “los recuerdos pueden variar”.
La casa real en calma
La muerte de Isabel II hace justo un año y la posterior coronación de Carlos III pudieron haberlos llevado a sellar la paz, pero nada más lejos. Si hubo un periodo de tregua, ahora sabemos que la guerra se ha enquistado, aunque los Windsor han encontrado una solución al problema y, publican los tabloides, está funcionando: mantener la calma porque el tiempo lo pone todo en su sitio. Ni un mal gesto, ni una mala palabra, más bien lo contrario, al menos en lo que respecta al Rey, que parece haberle perdonado incluso que haya llamado a Camilla “madrastra malvada” villana y “peligrosa”.
Meghan regresa a Europa, pero no viajará a Londres con Harry. Lleva el título de duquesa y sus hijos Archie y Lilibet son príncipes, pero cada vez está más alejada de la Familia Real
Otro tema es el abismo que se ha abierto entre los hermanos, aunque como en todas las familias no hay que perder de vista que enterrar el hacha puede seguir siendo el objetivo final. No sabemos cómo de difícil se lo pudieron poner a Harry los príncipes de Gales en la intimidad, pero lo que sí se ha visto es el bombardeo Sussex contra palacio -también los tabloides, e incluso la familia de Meghan, con la que no tienen ningún tipo de trato, a excepción de la madre de la duquesa- exigiendo una disculpa. Un perdón que nunca llegó y que los llevó a tomar decisiones como no aceptar las invitaciones para pasar la Navidad o las vacaciones de verano juntos; o en el caso de Meghan no viajar a Londres para la coronación de Carlos III con la disculpa del cumpleaños de su hijo Archie.
Era el sueño
Según The Telegraph, el duque esperaba que al poner las cartas sobre la mesa provocaría una reacción y sentaría las bases para la reconciliación… Era el sueño, recuperarlos, pero, según Harry “no han mostrado absolutamente ninguna voluntad de reconciliación”. Querían una vida más tranquila cuando abandonaron el Reino Unido, pero ha sido todo lo contrario. Especialmente los últimos diez meses. Por eso, las críticas las siguen golpeando de lleno y no dan un solo paso sin que arrecie la tormenta. Dijeron que querían huir del foco mediático, pero siempre están presentes : que si han roto su amistad con los Beckham, que si se quieren mudar a Malibú, que si Meghan quiere retomar su carrera en Hollywood… Sin olvidar su victimismo al que los medios hacen cada vez más alusión. Aunque nadie menosprecia el dolor de perder a una madre -Diana siempre está en el centro de la historia- ya no se entiende su queja constante de sufrimiento y “dolor genético”.
Harry volará al Reino Unido para asistir a los premios WellChild Awards, en asociación con GSK, el 7 de septiembre, pero no se verá con su padre, Carlos III, ni con su hermano Guillermo. Volverá a estar solo. La duquesa le ha acompañado otros años, pero no estará a su lado en esta ocasión. En agosto, borraron desde Buckingham el rastro de Meghan Markle en el certificado de nacimiento de su hijo Archie —algo que ya hizo con Diana tras su divorcio- y tampoco la felicitaron públicamente en su 42 cumpleaños. Lleva el título de duquesa y sus hijos Archie y Lilibet son príncipes, pero cada vez está más alejada de la Familia Real.
Al día siguiente, el 8 de septiembre, se conmemora el primer aniversario de la muerte de Isabel II . Y el 9, Harry inaugurará en Düsseldorf, los Juegos Invictus, de los que tan orgulloso se siente.
Las aguas siguen estando agitadas para Meghan y Harry y son muchas las incógnitas que están en el aire, pero los duques piensan, según ha contado su entorno, que es el momento de seguir adelante. No pueden seguir “explotando” su relación con la familia real y es la hora de construir una marca que sea creíble demostrando que tienen talento y están dispuestos a trabajar duro más allá de sus títulos y su conexión real.