En las últimas apariciones públicas de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin parece que ha habido un cambio en su relación. Aunque desde que anunciaron su reparación en enero de 2022 se han mantenido unidos por el bien de sus hijos, ahora se ve entre ellos una mejor sintonía y más complicidad. Durante el primer año tras poner fin a su matrimonio se mostraban de una forma un poco más distante, su relación era muy cordial pero más fría, sin embargo, todo ha cambiado desde que el pasado mes de junio estuvieron en la graduación de su hija Irene en Ginebra, una cita que reunió a toda la familia.
Ahora han vuelto a protagonizar otro encuentro en un día muy especial para Pablo: su debut en la liga Europea de balonmano con su nuevo equipo, el Fraikin BM Granollers. Todos menos su hijo Juan, que comenzó el verano trabajando en Cerdeña y no pudo asistir por sus compromisos laborales, quisieron estar al lado del deportista para animarlo en el partido contra el CSM Constanta de Rumania. La infanta Cristina llegó acompañada por Miguel e Irene y poco después de estar ya en las gradas, hacía su aparición Iñaki Urdangarín, protagonizando una escena que dice mucho del momento que están viviendo.
Doña Cristina se levantó de su asiento para saludar con mucho cariño a Iñaki, quien muy sonriente le dio dos besos. Tras ellos se encontraba Irene, sentada en la fila de detrás de su madre, y no pudo ocultar su sorpresa al ver el afectuoso reencuentro de sus padres. Aunque ellos son conscientes de que en un evento así son el centro de muchas miradas, Irene se quedó atónita, como muestran estas imágenes.
Acto seguido, Iñaki se sentó al lado de su hija y de Johanna Zott, la novia de Pablo, y antes de que diera comienzo el partido estuvo charlando con la Infanta. Tanto Irene como su hermano Miguel, estuvieron muy pendientes en todo momento de sus padres, felices porque a pesar de que su matrimonio haya terminado la familia sigue siendo lo más importante y la tranquilidad y el cariño reinan en sus citas, y muy cariñosos con ellos.
Ahora comenzarán una nueva etapa. Está previsto que firmen el divorcio dentro de poco y parece que la tempestad ha pasado para dejar paso a la calma. Atrás quedaron los reproches, las incertidumbres y tensiones y ahora, cada uno por su lado sigue adelante con su vida pero con una misma prioridad, el bienestar de los cuatro hijos que tienen en común.